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Unos 60 empleados de Cancillería esperan que les asignen funciones

Más de un mes después del decreto que modificó el esquema de los ministerios y redujo funciones a la Cancillería para otorgárselas al Ministerio de Producción, todavía no se sabe qué ocurrirá con al menos 60 empleados de la cartera conducida por Jorge Faurie.

Según el sindicato de diplomáticos, que desde el primer momento manifestó su rechazo a la medida que le transfiere a Producción las facultades de promoción comercial que en los últimos años formaron parte de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, hay decenas de trabajadores no diplomáticos que desde mediados de julio no tienen una función específica, pues su trabajo ahora está a cargo de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (Aaici).

Según la comisión directiva de la Asociación Profesional del Cuerpo Permanente del Servicio Exterior de la Nación (Apsen), son empleados capacitados en el área de comercio exterior que desconocen en qué va a consistir su trabajo en el futuro. “Estamos levantando una bandera amarilla porque esta gente estuvo formándose por muchos años. Sería absurdo que los reasignen a áreas que no tienen que ver con lo que venían haciendo”, dicen en Apsen.

Según la agrupación, la transferencia de facultades (como la organización de ferias internacionales o las misiones comerciales a otros países) dejó a la Subsecretaría de Promoción Comercial y Desarrollo de Inversiones vacía de contenido.

Y aunque los diplomáticos que estaban afectados a la tarea que realizaban allí serán “reubicados” en otras áreas, hay un trasfondo de puja política detrás. “Se le están quitando a la Cancillería facultades que ejerció por 25 años”, cuestionan en el Ministerio de Exteriores.

Además, según la asociación, que la agencia tenga más poder sobre esas cuestiones dificultará el camino en las negociaciones internacionales -como el largamente anunciado acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea- que permanecen dentro de la órbita de la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales. “La promoción comercial no puede funcionar por separado de las negociaciones internacionales”, aseguran.

Apenas se conoció la decisión presidencial, Apsen había manifestado en un duro comunicado su “profundo desagrado y malestar” por la decisión.

“Si bien es muy positivo reconocer y rectificar los errores cometidos, es reprochable reiterarlos. Veintiséis años dedicados a estas materias, valorados por las cámaras de diferentes sectores, no deberían descartarse para reasignar funciones a un ministerio de reciente creación”, rezaba el escrito.

Idas y venidas

No es la primera vez que se intentaba transferir funciones al ministerio que dirige Francisco Cabrera. Horas después de la asunción de Mauricio Macri también se había ordenado el reordenamiento de las competencias, pero, poco después y por la presión de la entonces canciller Susana Malcorra, se dio marcha atrás.

Tras la llegada de Faurie, diplomático de carrera, el panorama volvió a cambiar. A pesar de las quejas del sindicato, en el Gobierno aseguran que la Cancillería seguirá teniendo participación en la política comercial exterior. De hecho, el decreto que modifica la ley de ministerios afirma que la Cancillería deberá “entender” sobre la “definición” y “ejecución” de la política comercial, “incluyendo la promoción y las negociaciones internacionales”, como era antes.

Sin embargo, la normativa indica que a partir de ahora deberá “intervenir” en las cuestiones ligadas a las ferias internacionales y misiones comerciales, entre otros puntos.

Según la asociación de diplomáticos, el decreto pone fin a la política de “ventana única” que existía para los inversores extranjeros, que hacían contacto con la cancillería a través de las embajadas o representaciones internacionales. “La agencia se manejará sola sin el know how“, afirman.

Aunque rechazan que pidan una nueva marcha atrás, la asociación de diplomáticos reclama que se convoque a la mayor cantidad de empleados capacitados posibles para que trabajen en la Agencia. Se lo plantearon al canciller en una reunión que mantuvieron semanas atrás por este tema.

En julio, el presidente Mauricio Macri dispuso por decreto una nueva distribución de tareas entre la Cancillería y el Ministerio de Producción.

Mientras Susana Malcorra estuvo al frente de la Cancillería había resistido perder funciones como las misiones comerciales, las ferias de exposiciones y de promoción de inversiones en el exterior a manos del Ministerio de Producción que conduce Francisco Cabrera.

Tras la partida de Malcorra, el decreto presidencial entregó parte de las funciones que llevaba adelante el Ministerio de Relaciones Exteriores a la cartera de Cabrera.

La decisión generó malestar interno en la Cancillería, con quejas que llegaron a los oídos del ministro Jorge Faurie, y la incertidumbre de un grupo de funcionarios.

Por Alan Soria Guadalupe – La Nación