Chubut Para Todos

Un organismo clave para el futuro del trabajo sigue en manos macristas

Un hombre de Montenegro controla la Superintendencia de las ART, en la mira de sindicatos. Aparecen exfuncionarios porteños y de Vidal. Aprietes en la Justicia.

Pasados siete meses de la vuelta del peronismo al poder, la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT) mantiene a las mismas autoridades designadas en diciembre de 2015 por Mauricio MacriGustavo Morón, un hombre del riñón del intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, y buena parte de los funcionario designados entonces siguen manejando los hilos de un organismos central para la discusión del trabajo en la postpandemia.

Ya con el virus pegando de lleno en el país, la SRT resistió con uñas y dientes que la Covid-19 fuera reconocida como enfermedad laboral, una decisión que llegó recién más de un mes después de que se dicte el aislamiento obligatorio y que, según los especialistas, tiene un alcance bastante limitado.

La continuidad de Morón se enmarca en los generosos márgenes de tolerancia que aplicó el Gobierno en el reemplazo de autoridades en ministerios y organismos públicos. Una decisión que, a la par de la carencia de recursos para aceitar desvinculaciones, buscó imprimir un estilo no revanchista con los trabajadores ingresados en la era Cambiemos, pero que redundó también en la permanencia de funcionarios de la gestión anterior que no se privaron de hacer zancadillas. Un ejemplo extremo de eso fue lo que relató Letra P sobre la Comisión Nacional de Valores (CNV), donde la continuidad de mandos de segundas líneas derivó en una citación judicial al propio presidente Alberto Fernández.

Pese a esos antecedentes, la SRT permanece bajo control de un alto funcionariado designado por la gestión anterior, indudablemente alineado con Cambiemos, al punto que buena parte de su cúpula fue aportante de la campaña para la reelección de Macri. Su continuidad en el organismo, que depende del Ministerio de Trabajo, sólo se explica por un entramado de intereses comunes que atraviesa a los principales estudios de abogados laboralistas pro patronales, ex funcionarios acusados de tener vínculos con los servicios de inteligencia y la decisión de no modificar el status quo de un sector sensible del mundo del trabajo.

Contador de profesión, Morón fue un puntal clave en la estrategia de Montenegro durante el proceso de creación de la Policía Metropolitana -luego convertida en Policía de la Ciudad-. De hecho, en diferentes investigaciones periodísticas se lo señala como el arquitecto jurídico y financiero de la fuerza porteña, por su profusa vinculación con los servicio de inteligencia.

Primero como auditor externo y después directamente como su mano derecha en el Ministerio de Seguridad de la Ciudad, Montenegro se valió de su asesoramiento en la disputa con el sector de Jorge “Fino” Palacios por la conducción de la Policía Metropolitana. El resultado es conocido: Montenegro se impuso sobre Palacios, que apenas un mes y medio después de asumir como jefe policial renunció, denunciando que el hoy intendente estaba nutriendo a la fuerza de ex agentes de la ex SIDE, muchos de ellos exonerados.

TODOS LOS HOMBRES DEL PRO. La designación de Morón, en diciembre de 2015, es la fecha en la que los gremios del organismo fijan como inicio de una purga interna que implicó el despido de entre 300 y 400 empleados y empleadas. Sin embargo, durante la gestión de Cambiemos la SRT expandió un 50% los cargos gerenciales y la nutrida planta de asesores, donde fue designada la abogada María José Labat, exesposa de Montenegro y antigua socia del estudio jurídico de Esteban Righi, el fallecido exprocurador general de la Nación.
Durante su paso por el gobierno porteño, Morón coincidió con Miguel Ángel de Virgilis, hoy hombre fuerte dentro del Ministerio de Trabajo de Claudio Moroni, un abogado que se desempeñaba como subsecretario de Trabajo de la Ciudad.

De Virgilis, laboralista de reconocida trayectoria técnica, tiene una vinculación estrecha con el estudio Salvat, Etala & Saraví, que tiene como socio a Juan José Etala, una de las principales espadas legales de la Unión Industrial Argentina (UIA), una entidad con indiscutible ascendencia en el organismo. En las últimas semanas, en diferentes entrevistas, magistrados de la Cámara de Apelación del Trabajo insinuaron que Etala fue uno de los protagonistas en las maniobras de presión del macrismo sobre ese fuero, como responsable de la pata laboral de la mesa de operadores judiciales de Cambiemos que hoy investiga la justicia.

Eugenio Begue es el ex esposo de una de las hijas de Alberto Iribarne, viejo pope del peronismo porteño y muy cercano al presidente Alberto Fernández, Este  exsubsecretario de Trabajo del gobierno bonaerense de María Eugenia Vidal ya reportaba a la SRT, pero en marzo de este año fue designado por Morón como miembro de su Equipo Técnico de Trabajo. En esa función lo acompañan Alejandro Speroni y Eduardo Marceillac.

Speroni, que según el portal oficial de la SRT es el actual gerente de Asuntos Jurídicos y Normativos, supo ser subsecretario de Recursos Humanos durante la primera gestión de Macri como jefe de Gobierno. Llegado Cambiemos al poder, se mudó al Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), donde ocupó la dirección de Recursos Humanos. Los gremios del organismo lo señalaban como el ejecutor de casi un centenar de despidos en 2017.

Por Francisco Basualdo – LetraP