Chubut Para Todos

Uber deja de funcionar en Texas por decisión de la gente

Uber sigue funcionando en Ciudad de Buenos Aires. De hecho son muchas las personas que estaban tomando con regularidad vehículos de la flota de Uber, y pagando una tarifa inferior a la que, por igual recorrido, abonaban por un taxímetro. El sistema de remisería siglo 21 (al final de cuentas, eso es Uber) es audaz en sus prácticas aunque sufre reveses más importantes, a veces, que la burda violencia de peones de taxis manipulados por el sindicato y con complicidad policial que encontraron en la metrópolis porteña. Por ejemplo, Uber acaba de sufrir un varapalo en una consulta popular en Austin, capital de Texas (USA).

Mientras que en la Argentina los taxistas siguen resistiéndose a la llegada de Uber, la aplicación de servicios de transporte anunció en la semana (que termina el domingo 15/05) el cese de su operación en Austin, Texas, tras un referéndum en el que los texanos optaron por un control más estricto a los conductores de Uber, algo que la empresa se niega a aceptar.

Lyft, otra empresa similar a Uber, también decidió cesar su operación en la capital de Texas luego del resultado del referéndum, desfavorable a las aplicaciones para pedir transporte vía Smartphone.

El 07/05, los texanos de Austin votaron, por un 56% contra un 44%, en favor de mantener una ordenanza aprobada por el Consejo Deliberante de la ciudad de Texas en diciembre 2015, que obliga a los conductores de aplicaciones de transporte que operan en la ciudad a someterse a exámenes de huellas dactilares para chequear sus antecedentes, por si hay alguna irregularidad, y esa verificación debe ocurrir antes del 01/02/2017. (Para Uber y Lyft, en cambio, los chequeos que ellos realizan, basados en el nombre de la persona, son suficientes).

Si bien los chequeos dactilares para los conductores de los autos son la cuestión central en la batalla, hay otros factores que Austin solicita a Uber, que disgustan a la empresa:

> la identificación de sus vehículos con un emblema distintivo y

la restricción respecto de dónde pueden sus conductores levantar y dejar pasajeros.

Uber y Lyft aducen que, bajo estas condiciones, sus servicios se vuelven inoperables.

Además, agregan, en materia de seguridad, ellos se regulan solos: no consideran necesario el chequeo de antecedentes criminales de sus conductores ya que ellos mismos llevan a cabo el rastreo de ellos a partir del nombre. El gran riesgo para Uber, que ya está en 415 ciudades alrededor del mundo, es que la regulación tejana replique en el resto de los estados de USA y se vea forzado a, o bien modificar su procedimiento, o bien perder parte del territorio que ha ganado.

Uber puede perder un plebiscito

Lo más sorprendente de todo es que previamente al referéndum que decidió sobre la Propuesta 1, el proyecto de ley patrocinado por Uber y Lyft que dejaba sin efecto la ordenanza del Consejo de la Ciudad de Texas, las 2 compañías gastaron -entre ambas- US$ 8,7 millones en una campaña de anuncios, llamados telefónicos, mensajes de texto e emails.

Pero aún así, no fue suficiente para convencer a los texanos.

Uber y Lyft gastaron 80 veces más que sus opositores en la campaña previa al referéndum pero aun así no lograron que prospere la propuesta.

El 56% de los votantes le dijo No a que las compañías se regulen solas (en verdad, sería una autorregulación).

Tras su derrota en el referéndum, Uber y Lyft anunciaron que dejan Austin.

Según la revista Fortune, las compañías argumentan que los chequeos de huellas digitales dependen de bases de datos que están desactualizadas, lo que les haría difícil contratar conductores del servicio de manera expeditiva.

Los detractores de Uber dicen que el chequeo dactilar impediría que potenciales criminales ingresaran en la compañía.

En el pasado, Uber y Lyft ya han amenazado con dejar Houston por una ley similar a la que sacó Austin, y dejaron de operar durante un breve período en San Antonio por la misma razón.

Uber es agresivo pero también lo intentan apps locales.

Uber es agresivo pero también lo intentan apps locales.

Chau Uber, chau Lyft: hola Get Me

Pero hay otro dato que no es menor: tras la partida de Uber y Lyft de Austin, gana terreno en la capital tejana Get Me, una start-up oriunda de Dallas, que ya funcionaba en Austin y ahora aseguró que reclutará a los conductores que han quedado desempleados, según reveló el periódico Dallas Morning News.

“Tenemos una plataforma desde la que podríamos –ya lo tenemos listo- registrar 5.000 conductores por mes, si no más”, dijo el director de Get Me, Jonathan Laramy, al Texas Tribune.

Get Me, que desde su página se presenta como un servicio de transporte para pasajeros pero también de mensajería y transporte de objetos, desde café a ropa de la lavandería, fue lanzada el año pasada en Dallas y mudó sus oficinas a Austin este año.

“Ahora que Uber y Lyft han dejado la ciudad tras el fracaso de la Propuesta 1, muchos conductores y pasajeros se están volcando hacia Get Me –escribió Jordan Bontke del portal KeyeTV-. El día después de la elección, el co-fundador de Get Me dijo que miles están registrándose en la compañía local. Y a diferencia de Uber y Lyft, esta cumple con la ordenanza de la ciudad.”

El caso recuerda a lo que sucedió hace 2 años en España con Uber. En ese momento, tras meses de protestas intensas por parte de los taxistas, un juez ordenó que la aplicación cesara su actividad. Esa prohibición dejó a una joven aplicación de transporte madrileña el camino al éxito prácticamente despejado.

Se trata de Cabify, una app creada en 2011 que ya está en 18 ciudades del mundo, cuyo punto fuerte en contraposición a Uber es que se sabe adaptar a las regulaciones de cada país. Desde la proscripción de Uber, Cabify multiplicó sus ingresos. Ahora, la aplicación californiana decidió volver a España, aunque esta vez se someterá a los requerimientos de la ley española: sólo ofrecerá la posibilidad de cobrar a otras personas por llevarlas en el coche, a quien disponga de vehículos con licencia de Vehículo de Turismo con Conductor (VTC).

Habrá que ver si podrá recuperar el terreno que perdió a manos de Cabify desde su partida. “Hemos cometido errores. Seguimos creyendo en nuestro modelo de negocio pero España quizás no está lo suficientemente madura para asumir que particulares ofrezcan estos servicios”, dijo Carles Lloret, responsable de la empresa en España.

CityLab: la partida de Austin es un “bluff

“Uber, pienso yo, decidió que iba a hacer de Austin un ejemplo para la nación”, le dijo el consultor político David Butts al periódico Austin American-Statesman. “Y Austin hizo de Uber un ejemplo para la nación.”

Varios analistas están especulando con la posibilidad de que la retirada de Uber de Austin sea sólo una jugada más dentro de una batalla que lejos está de haber terminado, parte de una estrategia de la compañía para obtener en la ciudad un marco más favorable.

De hecho, hace un año, Uber y Lyft dejaron San Antonio por la misma causa, para retornar al cabo de unas semanas.

“Hace un año, Uber y Lyft dejaron San Antonio luego de que aprobara una ordenanza obligando a chequeos de antecedentes con huellas digitales que fueran llevados a cabo por la ciudad. Las compañías regresaron un par de meses después cuando negociaron un acuerdo temporario con la ciudad que hizo que los chequeos de huellas digitales sean voluntarios”, escribió el periódico San Antonio Express-News.

“La política en cuestión –si los chequeos dactilares deberían ser requeridos de los conductores que usan las aplicaciones de transporte- es un asunto legítimo de debate. Mentes razonables pueden tener desacuerdos sobre si la seguridad que eso añade vale la pena el inconveniente para los conductores”, escribió Kriston Capps, del portal CityLab.

Por otro lado, para Capps, la partida de Austin de Uber y Lyft es un “bluff”: “Puede que se vayan por un tiempo, como han hecho en otras ciudades. Pero mientras el SXSW (N de la R.: South by Southwest, un mega-evento que convoca mucha gente) esté en Austin, allí estarán también Uber y Lyft”, escribió CityLab.

La planificación urbana, ¿dominio de quién?

Por otro lado, Kriston Capps considera que el haber puesto una ordenanza del Consejo de la Ciudad de Texas a ser aceptada o rechazada por el voto popular, es un error. Someter el planeamiento urbano a referéndums trae caos, argumenta.

“El planeamiento a través de las urnas no es manera de gobernar una ciudad”, escribió en CityLab. Los votantes de Austin ya decidieron qué tipo de regulaciones quieren para los servicios de su ciudad a través de sus representantes, que aprobaron una ordenanza en el marco de un proceso democrático normal.

Para CityLab, es algo mucho más profundo: es el enfrentamiento entre los votantes de una ciudad y sus representantes vs. las corporaciones y sus aliados. Con la Propuesta 1, dice Capps, “estas compañías están queriendo llevar a pasear a los votantes de Austin.”

Haya o no verdad en el argumento, lo cierto es que la Propuesta 1 fue rechazada y ahora Uber y Lyft deberán empezar a pensar cómo harán para reingresar en la ciudad, y cómo evitar que la ordenanza del Consejo de Austin replique en otras ciudades norteamericanas.

Fuente: Urgente24