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Sun Zhong Qin: un cadáver, un bosque y 15 días de misterio

En horas de la tarde hallaron un cuerpo en un arroyo de Ezeiza y ahora se investiga si se trata de Zhong Qin Sun, la ciudadana china desaparecida desde el 20 del mes pasado cuando llegó al aeropuerto de Ezeiza en un avión.

Los peritos buscan develar la identidad del cuerpo encontrado la noche del sábado en un arroyo de la localidad de Ezeiza, provincia de Buenos Aires. Su hallazgo coincide con la desaparición de Sun Zhong Qin, más conocida como “María”. Horas antes, a unos 300 metros de donde yacía el cuerpo, los investigadores habían hallado la cartera y el pasaporte de la mujer que lleva ya 15 días desaparecida.

La mujer china, de 65 años y residente en Buenos Aires, desapareció misteriosamente hace dos semanas tras aterrizar en el vuelo TK 015 procedente de Shanghai. El reclamo de la comunidad china de Buenos Aires, liderado por su hijo Diego, hizo que las autoridades comenzaran la búsqueda esta semana. Las grabaciones de las cámaras de seguridad del aeropuerto y la zona de Ezeiza agregaron más dudas sobre el paradero de María.

Algunos testimonios de vecinos aseguraron haberla visto en la localidad de Ingeniero Budge, ubicada a la vera del Riachuelo, pero estas pistas no condujeron a nada. Sin embargo este sábado, unas horas antes de que fuera hallado el cadáver, una pareja que paseaba a sus perros en los bosques de Ezeiza, a 7 kilómetros del aeropuerto, y muy cerca de la autopista Richieri, encontró una cartera que contenía el pasaporte y algunos objetos personales de Sun Zhong Qin.

El hallazgo hizo que la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Policía Bonaerense intensificaran la búsqueda en esa boscosa zona, circundante al aeropuerto más grande del país, a la altura de la localidad de Ciudad Evita. Al caer la noche de este sábado, los investigadores se toparon con un cuerpo en un área de difícil acceso, en un arroyo que atraviesa un bosque cerrado con árboles de muchas espinas y matorrales.

Alterada en el vuelo

“María” venía a Argentina desde Shanghai con escala en Estambul. El avión de “Turkish Airlines” llegó el viernes 19 de enero a las 22.45 Algunos creen que nunca salió del Aeropuerto de Ezeiza, pero posteriormente se conocieron imágenes provenientes de cámaras de seguridad que muestran a una mujer vagando por un costado de la autopista Riccheri en dirección a Buenos Aires. Algunos testigos aseguraron haber visto a María en el aeropuerto, ansiosa y por momentos desorientada.

La mujer pasó por el área de Migraciones del aeropuerto a las 23.36 y luego se dirigió a buscar su equipaje. En este momento, se le perdió el rastro hasta que a las 4.40 de la mañana se la vio junto a una persona que la acompañó a pasar por los escáneres de control y la dejó en la salida de Ezeiza.

Nadie hizo nada para ayudarla

Varias personas se toparon con ella, al parecer confundida. Un empleado del aeropuerto no le entendió y la dejó ir hacia la zona de los bosques. Sus valijas, inexplicablemente, quedaron abandonadas en la Terminal A. Nunca más se supo de ella.

El locutor Carlos Lin, referente de la comunidad china en Argentina, dijo hace unos días que María sufrió, durante el vuelo, un “trastorno de ansiedad”, pero la familia confirmó que no tomaba medicamentos. “Sabe viajar, era viajera frecuente”, dijo Lin en una entrevista televisiva. “No se puede haber perdido”.

“Ella tenía familia y amigos en Shangai y siempre viajó ahí para visitarlos”, agregó Lin, quien ayuda a la familia de María a comunicarse dado sus escasos conocimientos del idioma castellano. “Quiero encontrar rápido a mi mamá, quiero llegar a casa y encontrarla”, dijo Diego, el hijo de María, en una manifestación en el Barrio Chino de la ciudad de Buenos Aires.

Según Marcelo Sansone, uno de los pasajeros del vuelo de Turkish Airlines, María demostró estar emocionada por ver a su hijo, Diego, que la esperaba en nuestro país. Sin embargo, al hacer escala en Estambul se empezó a alterar. Sansone, que viajaba con su esposa, contó que las azafatas creían que la mujer los estaba molestando, pero la pareja les dejó en claro que no era ese el problema. “Ella estaba ansiosa, desorientada y angustiada”, declaró. Cuando se le informó que faltaban 14 horas para llegar a Buenos Aires, María se alteró: Yo no voy a llegar, son muchas horas”