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Revelan la identidad de dos socios de Pérez Corradi en Misiones

Desde marzo, la AFI acumuló datos y fotos de su ubicación y movimientos. Imágenes exclusivas. Por Nicolas Pizzi  -Clarín

La supuesta “detención” de Ibar Esteban Pérez Corradi, en febrero de este año, fue un punto de inflexión. Para los investigadores, fue un aviso al prófugo para avisarle que lo tenían cercado. Luego de ese episodio, la jueza Maria Romilda Servini (ya no firma más como De Cubría) reunió a los jefes de la ex SIDE y de la Policía Federal en su despacho y comenzó una nueva investigación, sin la Gendarmería.

En la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) se conformó un equipo “cerrado”, para evitar filtraciones. Los agentes elegidos reportaron en forma directa a las máximas autoridades. Durante estos meses, fueron y vinieron varias veces a la Triple Frontera.

El primer objetivo fue investigar el círculo íntimo del prófugo y sus negocios, tanto en el país como en Paraguay, con la sospecha inicial que otra vez estaba operado en el mercado ilegal.

Apenas comenzó la investigación surgieron dos nombres: un argentino identificado como José Antonio Lemes, y Chen Chun Chao,presuntamente de origen chino. Ambos estaban posiblemente vinculados a Pérez Corradi en la presunta comercialización ilegal de precursores químicos destinados a la fabricación ilícita de estupefacientes, medicamentos y suplementos dietarios.

El argentino José Antonio Lemes fue seguido durante meses porque tendría negocios con Perez Corradi.

Foto: Lemes fue seguido durante varias semanas. En la imagen descarga materiales de su camioneta Hilux. 

Los investigadores pudieron determinar que Lemes era propietario de dos hoteles en Puerto Iguazú, “Palo Rosa Logde”, y “Apart Hotel Raíces”, y de una galería comercial en donde se encuentra un local denominado “Vinoteca Gran Iguazú”, propiedad de Chen Chun Chao.

En marzo, según pudo saber este diario de fuentes oficiales, la AFI determinó en base a los seguimientos que Lemes frecuentaba un predio en las afueras de la ciudad, en donde funciona un aserradero denominado “Delicia”. A pocos metros también había un lavadero de micros sospechoso (ver foto).

En la parte de atrás de ese lugar se realizarían “actividades de expendio mayorista de estupefacientes con especial atención en la comercialización del denominado “lanza perfume”. Es uno de los tantos datos nuevos que arrojó el seguimiento de Pérez Corradi. A partir de ahora, la Justicia deberá profundizar esas pistas. “La búsqueda abrió nuevas lineas de investigación, vamos a seguir en la zona trabajando”, dijo una fuente de la investigación.

La vida de Perez Corradi en Paraguay.

Foto: El lavadero de micros de Lemes que funcionaba al lado del aserradero

Con el paso de los días, se sumó un tercer personaje a la trama: Carlos Victor Rojas, quien habría participado de la maniobra “en calidad de propietario de dos máquinas troqueladoras”.

El socio de Perez Corradi en Paraguay.

Foto: el frente de la casa de Rojas, uno de los protagonistas de la búsqueda. 

En mayo, la investigación se topó con otro dato valioso. Por una foto de la hija de Perez Corradi publicada en una red social se determinó que la menor (en julio cumple tres años) iba al jardín de infantes “Xodo Da Vovo”, ubicado en la calle R. Castelo Branco al 300, en Foz de Iguazú.

La vida de Perez Corradi en Paraguay.

Foto: este suéter ayudó a identificar un jardín de infantes vinculado al círculo social de Pérez Corradi.

Con ese y otros datos, la investigación planteó cuatro objetivos clave para delimitar dónde vivía Pérez Corradi y los lugares por los cuales se movía. El jardín pasó a denominarse “objetivo número 3”. Las otras tres direcciones son Marechal Deodaro 1750, Marcela Deodaro 1640 (a menos de 100 metros de distancia) y avenida Paraná 1640, todos en Foz de Iguazú.

La vida de Perez Corradi en Paraguay.

Fotos: el jardín de infantes que frecuentaba la familia de Pérez Corradi.

De acuerdo a los seguimientos, se llegó a una conclusión importante desde el punto de vista operativo: Pérez Corradi se mantenía oculto durante el día y se movía durante la noche, para visitar a sus amigos o conocidos.

Siempre lo hacia en autos de alta gama. Los agentes argentinos identificaron cuatro patentes. Los datos fueron cruzados con la inteligencia brasilera, que aportó los movimientos puntuales en los pasos fronterizos. Fue un avance sustancial.

En los últimos informes de inteligencia se sumaron otros protagonistas de la búsqueda: dos ciudadanos de origen libanés, presuntamente involucrados en el tráfico de efedrina, pastillas y cabellos. Los hermanos “Khalife” son oriundos de la provincia de Kabriha, en el Líbano, y dueños de la empresa MK-TRONIC S.A., en Ciudad del Este.

Mapa con los cuatro objetivos para encontrar a Pérez Corradi.

Con las cuatro direcciones, la AFI tomócontacto, el martes pasado, con las autoridades de Brasil y de Paraguay y se dispuso el operativo queterminó de manera exitosaen la madrugada del domingo.El resto de la historia es más conocida: cuando los efectivos brasileros ingresaron a su casa, el supuesto autor intelectual del Triple Crimenentregó un DNI paraguayo y aseguró que había entrado desde ese país.

Antes de las 6 de la madrugada, un jefe de la AFI que lideró la búsqueda recibió el aviso final por teléfono y lo comunicó a sus superiores. La cacería había terminado.

Pérez Corradi alcanzó a darle un beso a sus hijos y se despidió de su mujer. Era el fin de la clandestinidad, luego de 49 meses.