Si un titular cobrara más de una prestación, ANSES sumará todos los montos para hacer el cálculo de tributación. Hasta el año pasado consideraba cada beneficio individualmente.
Los que pagan Ganancias no son el grupo más numeroso de jubilados. Son algo así como el 1,5% del total, unos 100.000 beneficiarios. En 2015 eran algo más de 320.000. En 2017 se cambió la manera de determinar el mínimo no imponible para las jubilaciones. Antes era igual al de los trabajadores en relación de dependencia solteros y sin hijos. Ahora equivale a seis jubilaciones mínimas.
De Luca añadió que “podrán gozar de la deducción especial para jubilados quienes no reciban ingresos de otras fuentes (como ser sueldos, alquileres, dividendos, etc.) y no estar alcanzados por el impuesto sobre los Bienes Personales”.
Se podrán hacer deducciones también al descuento para el PAMI, gastos médicos o pagos al personal de servicio doméstico. La otra cuestión es que una vez determinado el impuesto a retener, la ANSES lo va aplicar de manera proporcional en los dos beneficios. Por caso, una persona que cobra una jubilación de $97.044,91 y una pensión de 9.309,10, tendrá una retención de $14.382,12 (incluido el proporcional de aguinaldo). Entonces en la primera tendrá un descuento de $13.123,68 y en la segunda $1.258,44.
A pesar de que el Gobierno prometió una reducción de la presión fiscal, en los últimos tres años se estima que 700.000 personas se sumaron al grupo de los que tributan en gravamen a las Ganancias. El mecanismo para sumar más gente era el congelamiento de las escalas y del mínimo no imponible en un contexto de inflación. Eso hizo que para muchas personas en relación de dependencia el incremento salarial implicara comenzar a pagar el gravamen para la Cuarta Categoría. Desde 2017 se aplica una fórmula de ajuste automática que se basa en un promedio simple entre masa salarial sobre la cantidad de aportantes al sistema de jubilaciones. Este año el incremento fue del 28,29% y las personas pagan desde $38.301,85 (es el caso del soltero sin hijos).
En 2019 también se genera otro desajuste con los monotributistas. Las escalas y categorías ajustaron por una fórmula parecida. Mientras la facturación de este grupo se incrementó al ritmo de una inflación anual del orden del 47%, las escalas lo hicieron al 28%. Eso implicó que los que están en las categorías más altas tuvieran que dejar el denominado régimen simplificado, y pasar al General, donde los costos son más altos. Deben retener IVA en la facturación y pagar Ganancias.
En Bienes Personales también subió la presión de vía indirecta. En el caso de los autos de más alto valor, desde el año pasado la AFIP comenzó a usar la tabla de valuación de la Superintendencia de Seguros de la Nación, cuyos valores son 30% más altos que la que usaba hasta el momento el organismo. Mientras tanto, el Gobierno trabaja en un plan para homogeneizar las valuaciones de los inmuebles. Hacia el final del proceso, las tasaciones fiscales para Bienes Personales y el Impuesto Inmobiliario que cobran las provincias equivaldrá al 70% del valor de mercado.