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Pierre Richard: “Hay tanta gente inadaptada en este mundo, tal vez mis personajes tengan tanto éxito por eso”

El gran cómico francés dialogó con Daniel Cholakian tras ser homenajeado en la 33° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Argentina. El humor como crítica a lo establecido, la construcción de sus personajes y su relación con Cuba, entre otros temas.

Quienes vieron en la década del ’70 del siglo pasado Alto, rubio y con un zapato negrosabían que su protagonista era un actor cómico singular. Que no solo superaba en talento expresivo a otros comediantes, sino que tenía recursos diferentes. Pierre Richardcombinaba la inexpresividad en el rostro de Louis de Funes, los recursos corporales de la mejor comedia física de los años ’20 y ’30 y el registro naif de Chaplin.

El joven aristócrata Pierre Richard Maurice Leopold Defays, había comenzado su carrera en el cine unos años antes, en 1968, con Adiós Alejandro. Con el estreno de la película de Yves Robert, se convertía entonces en una estrella global del humor.

De “Alto, rubio y con un zapato negro”

De “Alto, rubio y con un zapato negro”

En el marco de la 33° edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Richard recibió este martes un premio a su trayectoria. En esa ceremonia se mostró emocionado, pero a pesar de cierta solemnidad del acto, mantuvo su humor: “Cuanto más grandes son las distancias, tanto más grande es mi emoción. Por eso me sorprende tanto de ver a un pueblo como el de ustedes me quiere tanto, es algo que me conmueve hasta lo más profundo” y agregó: “La primera vez que vine a la Argentina fue hace 40 años y ahí tuve el privilegio de conocer a Maradona. Yo le dije, ‘usted va a hacer una carrera espectacular’. Y no me equivoqué, ¿no?

Maestro del humor francés, se inscribe en la tradición de actores que construyen un personaje y desde esa creación, personal e intransferible, se convierten en coautor de cualquier película de la que participan. En una entrevista para Infobae CulturaPierre Richard se muestra sonriente, dispuesto a reír y a replicar con humor muchas de sus propias palabras. Habla como una persona poco solemne y lúcida.

Richard junto a Jean-Pierre Léaud, otra figura del cine galo que participa del Festival

Richard junto a Jean-Pierre Léaud, otra figura del cine galo que participa del Festival

Este hombre, que trabajó en más de un centenar de films, no comparte plenamente que la idea del actor como autor sea apropiada. “Yo tengo un personaje distraído, contestatario e inadaptado. Esa mi creación original. Luego vinieron otros directores y me pidieron prestado mi personaje. Digamos que yo inspiré a Yves Robert, Francis Veber o Claude Zidi y luego les presté el personaje”, hace una pausa, casi preparando el remate, y agrega “En realidad no le presté mi personaje, se los vendí”

Se reconoce en cambio autor de las películas que además de protagonizar, dirigió. Fueron 7 largometrajes entre 1970 y 1997. De estos en Argentina se conocieron El distraído(1970) y Yo no sé nada pero diré todo (1973). Si su gran aparición se concretó con la mencionada película de Yves Robert, la consolidación de su fama vino con Se me subió la mostaza (1974) de Claude Zidi. Más tarde seguirían igual camino la serie de films coprotagonizados con Gerard Depardieu durante la década del ’80.

Richard recibió un premio a su trayectoria

Richard recibió un premio a su trayectoria

A pesar de su larga trayectoria y el reconocimiento que sigue aún recibiendo en todo el mundo, sostiene que no entiende la raíz de su éxito “A mí se me escapa entender porque funciona mi humor. No sé porque hago lo que mejor hago. Soy la primera persona sorprendida de mi propio éxito. En realidad mi primer director, que también era mi primer productor, me conocía mejor que yo mismo. Él me dijo ‘tú no eres un actor, eres un personaje’. Tal vez si estuviera vivo podría responder a eso que todos me preguntan y yo no sé responder”.

Aún sus recientes películas como ¿Y si vivimos todos juntos? (2011), Amor.com (2017) o en la pequeña participación en Perdidos en París (2016), Richard mantiene algunas claves que permiten pensar la matriz de su humor. El personaje es, como él mismo lo explica, un inadaptado en el mundo. La realidad suele jugarle en contra. Pero a su vez pone en juego una disociación interna entre palabra y acto, entre gesto y voluntad, lo que da lugar a un humor sutil y crítico. Finalmente, toda su actuación está sostenida en un trabajo físico notable, porque evita siempre pasar el límite de la torpeza que aparece como burla.

Junto a Gerard Depardieu

Junto a Gerard Depardieu

“Hay dos o tres cosas que están siempre en mis personajes. Me dicen que son personajes poéticos, yo no lo sé; son personajes inadaptados, eso lo sé. Mis personajes son realmente inadaptados, no se encuentran bien en el mundo. A veces les queda grande y a veces pequeño. Como hay tanta gente inadaptada que no puede encajar en este mundo, tal vez mis personajes tengan tanto éxito por eso. Yo personalmente soy un poco inadaptado. Inadaptado en mi propia familia aristocrática, quise hacer mi propia familia entre la gente del mundo de la comedia y tampoco allí terminé encajando”, analiza Richard.

Como lo explicaron desde distintos lugares Charles Chaplin y Sigmund Freud, el humor se juega en relación con la interpelación al orden. Económico, social, familiar, religioso, no habría humor si no hubiera ruptura del orden. Si el orden se repone como al comienzo, la comedia se hace conservadora, si el equilibrio final, como en el cine de Jerry Lewis o el propio Richard, es opuesto al orden del comienzo, la comedia es crítica. Richard sostiene que las películas que él dirigió son obras críticas. En este sentido, entre las dirigidas por otros autores destaca El juguete (1976).

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“En la película El juguete de Francis Veber hay una fuerte crítica al orden y al poder del dinero. Quizás se inspiró en mí, que vengo de una familia muy rica en la que no encajaba. En esa película había una fuerte crítica social, como lo hay en mis propias películas, donde intenté criticar a la publicidad, a los juegos de televisión insoportables que estupidizan a la gente o incluso me la he tomado con la venta de armas. En el resto de las comedias, como en Alto, rubio y con un zapato negro, que es una comedia sobre el espionaje y el contraespionaje, no puede decirse que haya un crítica al orden establecido”.

Pierre Richard ha filmado en América Latina en más de una oportunidad. Él enfatiza con humor esa relación con la región contando que su esposa es brasileña. Pero lo que pocos saben es que llegó a Cuba para filmar un documental sobre el Che Guevara hacia finales de los años ’80, que conversó largamente con Fidel Castro, a quien consideró “uno de los más grandes personajes del siglo XX” y que su último rodaje en la isla fue en 2016, cuando bajo las órdenes de Patrick Granperret filmó Fui banquero.

En “Un perfecto desgraciado”

En “Un perfecto desgraciado”

“Tengo una relación importante con Cuba, pero también con América Latina. Estuve por primera vez en Cuba con un amigo periodista para filmar un documental sobre el Che Guevara y la verdad es que me encantó. Me invitaron muchas veces y viajé a Cuba para filmar en 7 u 8 ocasiones. Por supuesto que me gusta su música y el mojito, pero todo empezó con un documental sobre el Che. México me gusta mucho también. Ahí filme Mala pata (1981) con Gerard Depardieu durante 3 meses. A pesar de las distancias, me siento mucho más cerca de América Latina que de Noruega”.