Silvia D’auro se refirió al encuentro con una de sus hijas y recordó su tormentosa separación de Jorge Rial.
Silvia D’Auro (51) le brindó una extensa entrevista a la revista Pronto. Con la excusa de promocionar su programa de radio Reinas, princesas y algo más (FM Aire), la ex mujer de Jorge Rial(55) dialogó con el periodista Matías Ayrala y se refirió a la turbulenta separación del conductor de Intrusos (América, a las 13.30). También habló sobre cómo es la actual relación con sus hijas (Morena y Rocío) y contó en qué se apoyó para salir adelante.
En primer lugar, D’Auro explicó que comenzó a practicar un arte hawaiano que le permitió ordenar su cabeza. “Es el Ho’oponopono, una teoría basada en el te quiero, te perdono, te amo y me perdono. Tiene que ver con eso, con una nueva etapa y un gran aprendizaje en los últimos seis años de mi vida”, sostuvo.
Y esa forma de enfrentar la vida fue la que, según ella, la llevó a alejarse de sus hijas. “A veces la decisión es del otro pero hay que soltar. Hay quienes dicen que cuando una suelta y las cosas vuelven, es porque son de uno. Y si no vuelven es porque nunca lo fueron“, aseguró. Ante esa afirmación, el periodista de Pronto le preguntó cómo pensaba recomponer el vínculo con Rocío y Morena. “Dale tiempo”, contestó D’Auro. “¿Vos decís que tus hijas van a volver a vos?”, repreguntó Ayrala. “Dale tiempo”, reiteró ella.
Pero tanta fue la insistencia del periodista que la ex de Rial finalmente terminó contando que se reunió hace poco tiempo con una de sus hijas. “Fue un abrazo del alma. Fue un abrazo desde el alma. Desde todo el amor. Todo el amor”, reveló.
La tapa de la revista Pronto, con Silvia DAuro como protagonista.
Sobre su separación del conductor aseguró que hoy no se anima a contar su verdad, pero que “mañana no se sabe”. “No se le puede echar toda la culpa a uno o toda la culpa al otro porque seríamos injustos con nosotros mismos”, analizó. Sin embargo, cuando el periodista le preguntó cómo había tomado las críticas de Rial hacia ella a través de la televisión, terminó confesando algo inesperado.
El diálogo fue el siguiente:
-¿Te sentías agredida por él?
-¿En serio? ¿Vos me estás hablando de violencia de género a mí? Mirá… Estamos descubriendo América.
-¿Sufriste violencia de género?
-(Asiente en silencio)
-¿Qué viviste? ¿Maltratos físicos y psíquicos?
-Sí
-¿Ambos?
-Obvio.
-¿Golpes también?
-No vamos a entrar en detalles.
D’Auro no quiso desarrolar más al respecto. “No vamos a entrar en detalles”, sentenció. Y cerró: “¿Por qué no denuncié? No, no tenía sentido. El silencio era mi mejor herramienta. Además no hizo falta que yo hablara. Cada uno cree la versión que quiere creer y listo”.