La periodista habló con dolor sobre su paso por la televisión pública.
La periodista María Julia Oliván supo integrar el panel de “6,7,8”, el ícono televisivo del aguante al kirchnerismo en la TV Pública. Sus cruces con algunos de sus colegas eran habituales, pero un día decidió irse. Y se fue.
En “Mesa de mujeres”, por LN +, Oliván relató que, en su momento, la propuesta de participar del programa le llegó a través del productor Diego Gvirtz . “Yo había trabajado en Endemol, Cuatro Cabezas y [Jorge] Lanata; la que me faltaba era trabajar con Gvirtz”, manifestó.
Así fue como se convirtió, en 2009, en la conductora del programa ultraK, que se transmitía en vivo y en el que se seguía la política diaria. Las aguas estaban bien divididas, la grieta, a full, después de la guerra de los Kirchner con el campo, en 2008.
“¿En la TV pública no nos van a limitar mucho?”, diceque le cuestionó Oliván al productor, y éste le respondió que no, que se quedara tranquila.
“A mí no me decían nada de lo que íbamos a hablar”, cuenta ahora sobre lo que sucedía todos los días, y agregó que había columnistas que sí estaban al tanto de la rutina.
Con el tiempo, por esto y por el contenido de los informes que transmitían, Oliván tuvo el deseo abandonar “6,7,8”. Sin embargo, relató que llegaron las elecciones de 2009 y, como perdió Néstor Kirchner, quiso evitar que su renuncia quedara pegada a eso.
No obstante, la periodista confesó: “Me arrepiento de no haberme ido cuando me empecé a sentir mal”. Pero nunca se animó a manifestar en vivo su disconformidad.