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María Eugenia Vidal: “Más grave que equivocarse es no aprender”

 El miércoles presenta su libro “Mi Camino”, que es el inicio formal de su regreso a la actividad política pública, tras más de 16 meses de bajo perfil.

“Vamos a hablar después del libro”, aclara. María Eugenia Vidal está del otro lado de la línea telefónica y sabe que sus palabras van a ser medidas con regla y pesadas con balanza en Juntos por el Cambio y, también, en el kirchnerismo. De su decisión de ser candidata o no -y si será en la Ciudad o en la Provincia- depende la compleja estructuración de la propuesta electoral opositora. Pero prefiere esperar. “No tengo plazos. El tiempo no me apura porque hay candidatos en la Ciudad y en la Provincia también”, aclara. E insiste: “Vamos a hablar después de la presentación del libro”.

Se refiere a Mi Camino, que editó Pengüin Random House, y que presentará el miércoles próximo. Será el paso inicial de su regreso a la actividad política pública, después de 16 meses de bajo perfil. El libro -que Infobae publica un anticipo en forma exclusiva- retoma y profundiza los argumentos que Vidal ya empezó a transmitir en un encuentro, el mes pasado, en Córdoba. Aborda su experiencia como primera mujer en la gobernación de Buenos Aires, su autocrítica por la derrota y la necesidad de los consensos para salir de la grieta y el atraso. Vidal responde el llamado, pero evita las respuestas, aunque da una definición clave ante la pregunta sobre si va a participar de las elecciones de medio término: “Voy a hacer campaña en los dos lados de la General Paz, sea o no sea candidata. Es lo único que puedo decir”.

Hasta ahí llega. Y vuelve a decir para extenderse sobre su mirada acerca de la política actual y del futuro habrá que esperar a después de Mi Camino. Admite que sus ideas no serán muy distintas de las que planteó en Córdoba, cuando en un encuentro de la Fundación Mediterránea habló sobre la necesidad de “salir por arriba de la grieta, por el lado de la gente” y de los “malentendidos que hay en la política, que dicen que no se puede hablar con los adversarios”.

Vidal confirma que la presentación del libro -que tiene prólogo del psicoanalista José Abadi– será el miércoles, que se transmitirá por sus redes sociales, vía streaming, y que todavía está definiendo el horario y otros detalles. La pandemia y las nuevas restricciones volvieron a trastocar los planes iniciales, que ya se habían alterado por Primer Tiempo, el libro que Mauricio Macri presentó en un acto público en Costa Salguero. Saluda y corta.

Sus colaboradores cuentan que durante el año que estuvo escribiendo el libro -lo empezó en diciembre, pocos días después de dejar la Gobernación, y lo entregó a la editorial 12 meses después- su mirada sobre los cuatro años como gobernadora fue cambiando. Hasta el nombre se modificó, aseguran desde su círculo cercano: “El libro no se iba a llamar Mi Camino, iba a ser Lo que aprendí, porque en este tiempo analizó lo que pasó y entiende que aprendió de la derrota, en algunas cosas en las que se equivocó”. Le dice a los que conversan con ella: “Más grave que equivocarse es no aprender”.

Con ese primer paso, el de la autocrítica puertas adentro, Vidal se muestra convencida de que está lista para plantear de manera pública su mirada sobre la gestión de Cambiemos y los motivos que desembocaron en la derrota demoledora en las PASO de agosto de 2019 y luego, en las generales, en octubre siguiente. Ya en ese encuentro con la Fundación Mediterránea fue categórica con su interpretación sobre esa hecatombe electoral: “La gente no se equivoca”, afirmó entonces, en una frase que no cayó del todo bien entre los sectores más duros de la actual oposición.

Más allá de que evita extenderse sobre lo que viene, es consciente de que su definición puede ser la pieza que complete el armado opositor en el AMBA, esa unidad política, social y -en tiempos de pandemia- también sanitaria, que estructura y escenifica casi toda la política nacional. Tanto Mauricio Macri como Horacio Rodríguez Larreta esperan esa decisión para desplegar estrategias y mover sus fichas. Lo mismo el radicalismo bonaerense, revitalizado por unas internas competitivas que desempolvaron los engranajes del aparato partidario; y Elisa “Lilita” Carrió, que un día dice que será candidata, al otro lo desmiente y al siguiente se vuelve a poner en carrera.

Quiera o no, Vidal está en un lugar distinto al que encarna la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y una lista de dirigentes macristas que se le fueron sumando. Si hubiera “halcones y palomas” en Juntos por el Cambio, no estaría entre los primeros. Pero no quiere, por ahora, plantear esa discusión de manera pública. Entre los suyos, la ex gobernadora habla del “malentendido de la política, que plantea que no te podés sentar con los adversarios”. El rechazo de la grieta, tanto en el libro al que accedió Infobae, como en los diálogos reservados que nunca suspendió con dirigentes políticos, sociales, empresarios y periodistas, ella dice que es y seguirán siendo uno de los pilares de su acción política. “Puedo hacer críticas duras, firmes, sin necesidad de insultar y faltar el respeto. Esto se ve ahora tanto en el oficialismo como en la oposición y no sirve. La sociedad mira eso y entiende que no se la está cuidando cuando hay mucho miedo, cuando la gente tiene un familiar cercano o un conocido que se enfermó de COVID que la pasó mal o que falleció. No está bien”, asegura entre sus íntimos.

Esa interpretación tiene una relevancia actual, cuando pasaron apenas unas horas que el presidente Alberto Fernández tratara de “imbéciles profundos” a los opositores que lo critican. Del otro lado, lo calificaron de “soberbio” y “barra brava”. Una de las autocríticas que Vidal se hace es que no llegó a comprender la complejidad de los problemas que enfrenta la Argentina y las soluciones que requiere.

“Antes creía que con un liderazgo con convicción de buenas ideas, compromiso, equipo y un plan de acción ya alcanzaba. Ahora entiendo que con eso no alcanza. Se necesita del apoyo de la gente, no sólo de los que te votaron, sino también de los que no te votaron porque la transformación que necesita el país es tan grande que sólo con los tuyos no podés”, argumenta Vidal en los diálogos reservados. “Se requiere de acuerdos con la oposición. Hoy, de hecho, el Gobierno actúa sin tener en cuenta al 40% de la gente que votó a Juntos por el Cambio”.

De acuerdo con lo que se pudo reconstruir de fuentes allegadas, Vidal decidió ponerse a escribir apenas dejó la Casa de Gobierno en La Plata. Primero grabó las ideas que iban surgiendo de lo que vivió porque quería dejar su experiencia por escrito. Como hizo Macri con su libro Primer Tiempo, ella fue haciendo grabaciones después de definir cuáles eran los ejes temáticos. Esa voz, luego, fue trasladada al papel y, finalmente, con dos colaboradores –Federico Suárez y Florencia Griecco– que se dedicaron al libro, elaboraron un índice, que fue el quedó finalmente, y empezó la escritura. “Lo escribió de principio a fin. Empezó en diciembre, después se tomó unas vacaciones y retomó en marzo. En el medio dio clases y volvió a trabajar, en diciembre, la editorial puso un deadline y lo entregó en diciembre”.

La política, los hijos y Quique

El año que pasó, cuentan en el entorno de Vidal, fue muy movilizador desde lo personal. La recuperación del vínculo con sus hijos, Camila, María José y Pedro y el inicio de la relación con Quique Sacco. La mayor estudia Ciencias Políticas y, aunque al parecer no tiene intenciones de hacer política partidaria, sí manifiesta interés por lo social. María José cursa la carrera de Ingeniería y Pedro está en la secundaria. “No son chicos que se quejaran, pero ellos tuvieron que pasar cuatro años muy difíciles, porque estuvieron expuestos por la función de su madre. Me pasaron factura por la falta de tiempo y lo difícil que era para mí poder desconectar del todo de mis funciones. Ahora estamos más juntos y podemos disfrutar tiempo de calidad”, dice Vidal a su equipo.

Y sobre Quique Sacco, cuenta a sus más íntimos que tomó como suya una frase de él: “La vida siempre te compensa. Él desde el lugar que venía, con todo el sufrimiento que enfrentó y yo, que pasé cuatro años de mucha soledad”.

El reconocido periodista deportivo era la pareja de Débora Pérez Volpin, quien falleció tras una mala praxis médica que le provocó durante una endoscopia de rutina una perforación esofágica. Y ella, enfrentó el divorcio del padre de sus hijos, el ex intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, en el inicio de su gestión.

“Quique sigue en contacto y acompaña a los hijos de Débora. Es un tipo bueno, familiero que también está integrándose con mis hijos”, cuenta María Eugenia Vidal y repite: “La vida te compensa”.

Tanto Sacco como sus tres hijos fueron leyendo los primeros borradores y, sobre todo, se metieron en uno de los capítulos que habla de ellos. “Quería que lo vieran porque no quería que se publicara nada que pudiera incomodarlos. Camila se entusiasmó más y la verdad que leyó otras cosas. Quique y ella puedo decir que fueron un poco editores de Mi Camino”, reconoce.