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Macri, entre la tentación y el peligro de enfrentar a Cristina

En el Gobierno creen que la mala imagen de la ex presidenta la convierte en la contrincante ideal para Cambiemos.

El peligro y la tentación de enfrentar a Cristina Kirchner en 2017 divide en partes iguales al Gobierno. En la Casa Rosada son mayoría los que se frotan las manos con la imagen negativa que ostenta la ex Presidenta. El secretario General Fernando de Andreis y el Jefe de Gabinete Marcos Peña, abocados en parte a la estrategia electoral bonaerense, se entusiasman con esa posibilidad. Con ese espíritu deben analizarse las palabras del ministro coordinador, quien declaró que en la Provincia Cristina “tiene más importancia de la que se le da”.

En la planta baja de Balcarce 50, en el Ministerio del Interior que conduce Rogelio Frigerio, más concentrado en el armado electoral en las otras provincias, siempre pensaron un escenario con la ex Presidenta como candidata, aunque la imaginaban en el distrito donde vive: Santa Cruz. Todo sea por los fueros que le garanticen inmunidad en la Justicia. En el primer piso de la Rosada, cerca del Presidente, están tan convencidos del peso de la imagen negativa de Cristina que hasta aseguran que podría llegar a perder en su provincia, lo que equivaldría a su acta de defunción política. En ese marco lanzarán en los próximos días la mesa de Cambiemos en Santa Cruz, la única provincia que Mauricio Macri no visitó en campaña ni como Presidente.

A pocas cuadras de la Casa de Gobierno, en los pisos más altos del Banco Provincia que la gobernadora María Eugenia Vidal ocupa parte de la semana, creen que el escenario está abierto. Como el resto, no pueden evitar entusiasmarse con la posibilidad de polarizar la elección; una táctica que ya probó su éxito el año pasado. Sea quien sea el nombre que vaya en la boleta, creen que la gobernadora -la dirigente con mejor imagen- será la verdadera candidata. La diferencia de estilos entre Vidal y Cristina -aseguran- está a la vista. Sin embargo, reconocen que la ex Presidenta tracciona y mide bien en el Conurbano. Temen que la recuperación económica no se derrame a tiempo; sobre todo en el del GBA, el área más necesitada y la más esquiva al macrismo en 2015.

El Gobierno colabora con la atomización del PJ, aunque reconocen que su influencia tiene un límite si los intendentes y los referentes del peronismo encuentran un método competitivo para reunificarse. Suena improbable, aunque en las últimas horas tomó aire la posibilidad de una interna entre Cristina Kirchner y Florencio Randazzo.

Todos descuentan que el frente judicial que debe enfrentar la ex Presidenta salpicará la campaña. La estrategia es la misma que el año pasado, aunque ya no esté Aníbal Fernández enfrente: el futuro frente el pasado; La Bella frente a La Bestia; y sobre todo “El equipo” frente a Ella. La única duda todavía es qué jugadores elegirán para que ese concepto quede más claro. A los nombres de Facundo Manes y Esteban Bullrich, en la últimas horas se sumó el de una mujer: Gladys González, ahijada política de Horacio Rodríguez Larreta, igual que Vidal. En su entorno dicen que “está obsesionada” con volver a una función ejecutiva. Algunos sugieren que lo mejor para reforzar la idea de que la gobernadora será la candidata es llevar en la boleta un nombre desconocido para la mayoría. En las encuestas, la opción “el candidato de Vidal” mide mejor que cualquier nombre propio.

Con Elisa Carrió -aducen- sería imposible coordinar una estrategia y Jorge Macri, el primo del Presidente, cada vez está más lejos en la consideración de Vidal y Peña. “Ya tenemos al Macri bueno, él concentra las críticas”, explican en la gobernación. Las encuestas muestran que la marca Cambiemos es la única que crece y que no tiene imagen negativa. Trabajan para instalar la idea de “gestión” entre los atributos de Vidal. La experiencia de Scioli ya demostró que con la imagen sola no alcanza.

Entre las enseñanzas de Jaime Durán Barba hay una que preocupa particularmente a los laderos de la gobernadora. “El candidato tiene que llegar a las elecciones en ascenso”, suele repetir el consultor estrella del macrismo. Difícilmente Vidal pueda seguir creciendo. La inseguridad es el otro dilema y Margarita Stolbizer se quedará con algunos de sus votos, aunque el plan -otra vez- es polarizar y angostar la “avenida del medio”.

Máximo Kirchner rompió, en tanto, el puente que su madre había tendido con Sergio Massa, aliado y rival de Macri en el Congreso. Mañana Cristina regresará a Comodoro Py para declarar ante el juez Julián Ercolini. El kirchnerismo prepara una demostración de fuerza: una movilización con ex funcionarios y militantes. Hebe de Bonafini ya lanzó la convocatoria en las redes sociales. “Hagamos quilombo antes de que la toquen”, pide. Para el Gobierno esa fuerza es precisamente una debilidad: “un tren fantasma” del pasado.

Por Guido Carelli Lynch – Clarín