Chubut Para Todos

Luis Moreno Ocampo denunció una campaña en su contra y se defendió de las acusaciones

El fiscal argentino denunció una campaña en su contra por el hackeo y la posterior revelación sobre sus finanzas que sufrió. Su trabajo en la Corte Penal Internacional, su relación con el país y sus críticas a los medios.

Luis Moreno Ocampo salió al cruce de las acusaciones por las cuentas offshore que posee, reveladas a principios de octubre a raíz de lo que calificó como un “cyberataque”. El fiscal argentino recordó que no es ilegal tener dinero en paraísos fiscales, dijo que jamás intercedió en la tarea de la Corte Penal Internacional (CPI) como abogado privado, y advirtió que es víctima de un hackeomasivo por sus investigaciones. Sus contactos con Angelina Jolie y una fuerte acusación contra Daniel Hadad, entre otras respuestas:

-Vamos por el inicio. Sale la noticia internacional sobre cuentas offshore. ¿Cuándo creó las cuentas? ¿por qué decidió hacerlo?
-Moreno Ocampo: Primero el contexto. Yo hace un mes descubrí dos cosas: que me habían hackeado en forma masiva; uno de los ataques a un individuo mayores, porque me hackearon a mí, a los que trabajan conmigo. Tienen cosas de las cuentas de banco mías en Holanda, tienen documentos internos. Entonces, Wikileaks hackeaba al Estado norteamericano, a la CIA, Snowden a la NSA, es decir individuos que hackeabangobiernos y se justificaban por razones de interés público. Acá es al revés, la escala del ataque, del hackeo sugiere que hay un Estado que me está hackeando. El momento sugiere que tiene que ver con mi trabajo actual. Hace unos meses estoy investigando la relación de un gobierno y la financiación del terrorismo de Estado. En ese momento, ¡pum!, aparece toda la historia. Todavía no puedo decir que es eso, pero confirmando toda la historia, la primer nota sale en Der Spiegel y la siguiente sobre los yazidis, no mencionando el terrorismo islámico. Los yazidis son una comunidad de Irak víctima de un genocidio del Estado islámico, que secuestró a las mujeres, las transformó en esclavas sexuales y mató a los hombres. De eso no decía nada. Del conflicto en Libia de 2014 mencionan una parte, pero no del Estado islámico y Al Qaeda. Esa es la tercera cosa que me sugiere. El hackeo masivo incluye también: yo estaba en Londres y me compré un teléfono inglés para tener una alternativa y me devolvía los mensajes, me llegaban emails que no mandaba. Entonces, estamos frente a un gobierno que hackea un individuo.

-¿De qué gobierno habla?
-No sé. No te quiero contar hasta que no tenga la certeza de qué gobierno es, yo si trabajo investigando la relación de un gobierno con el terrorismo islámico. Después, en Argentina yo tuve ataque de medios. Pero acá lo que me resultó molesto pero interesante es que hay 18 periodistas que reciben esta información hackeada. A mí me asombra que dicen que tiene un interés público. La única justificación es que haya eso. No se cual es acá que se discuta mis ahorros. No discuten que yo tenga algo ilegal, sino que tengo cuentas en Suiza. ¿Y eso qué? ¿Cuál es el problema de eso?

-¿Pero la Corte Penal Internacional (CPI) sabía?
-No había ninguna infracción ni era ilegal porque a mí nadie me pidió esa información y no se me ocurrió que tenía que darla. Eran mis ahorros y yo cometí un error cuando el periodista de Der Spiegel me interroga porque vienen tres periodistas a Londres. Yo quería hablar de cómo Angela Merkel tenía chance de una política diferente sobre el terrorismo internacional. Y me dicen que no, que querían hablar de Venezuela. Hablo 40 minutos de Venezuela y luego me preguntan por cuentas en Suiza. Hoy hubiera dicho “muchas gracias”. Les digo de donde sale, me dicen que tenían la información. ¿Pero de donde la sacaron?

-No le habían advertido que hablarían de eso.
-No, 40 minutos de otra cosa. Entonces ahí, como un tarado, en lugar de cortar la comunicación confío en él “es de Der Spiegel, parece seriecito”, le digo que no me gustaba hablar de mi plata, pero yo me gasté una parte de mis ahorros entre financiar mi casa en Buenos Aires, mi casa en La Haya y los viajes entre medio por nueve años. En todo eso plantea como si yo me hubiera quejado de mi salario. Entonces todo eso lo fui descubriendo. Cuando salió la publicación, la veo y hay cosas erróneas.

-¿Cómo cuáles?
-Miles, como que mi cliente es un criminal de guerra. Es un millonario y no tienen ningún caso contra él.

-¿Hassan Tatanaki?
-Si. Pero el tema es que a los dos días sacan otra nota en Holanda discutiendo un caso que yo trabajo gratis. Para los yaziris yo trabajo gratis y ahí discutían otra cosa. Luego sacan algo de Kenia, luego Costa de Marfil. Una cosa rara conmigo es que soy noticia local en Kenia, Costa de Marfil, Venezuela, no solo en Argentina. Cada dos días me tiraban una trompada diferente. Entonces yo ahí empiezo a ver una secuencia, entonces me contacto con ellos (la consultora de Comunicación que presenció la entrevista) para ver como manejar esta crisis. Por eso esta es la primera nota que doy, aprendimos que repetir no sirve, nadie lo sigue, te llenan de basura, es comer pescado podrido, no lo comas, no lo toques, cuanto más tocás peor es. Entonces decidimos no responder estupideces. Pero tiran basura cada dos días.

-Es que el interés público está.
-¿Cuál es?

-Usted fue fiscal de la Corte Penal Internacional y entre los rangos éticos por estar en ese lugar a uno le llama la atención que tenga offshore. La primera pregunta es porqué, aunque no sea delito.
-¿Por qué está mal tener offshore?

-No tiene delito en si. Por eso le preguntaba si la CPI sabía.
-Eran mis ahorros, era la ganancia que tuve como abogado en la Argentina. Me fui del país y guardé mis ahorros en Suiza y gasté parte viviendo en Holanda. Ahora el diario alemán cree que tener una cuenta en Uruguay es una cosa rara. Yo tengo oficina en Uruguay y cuentas allá, como en Nueva York. Todo eso es offshore, yo soy offshore. No trabajo en Argentina, no tengo clientes ahí. No vivo más ahí.

-¿En qué contexto le sacan la declaración “tenía que protegerme en un país donde los bancos un día deciden llevarse su dinero”? A los argentinos esa declaración no sorprende.
-Eso pasó en 2002. El periodista alemán que me entrevistó, de cualquier cosa que yo le explico iba a tomar dos líneas para tirarme más basura.

-Entonces, la CPI no sabía de las cuentas y usted no tenía porque declararlas.
-No es ilegal, nunca lo preguntaron y no se me ocurrió contarlo. Podría haberles dicho “miren acá está la plata”. Los documentos que me robaron muestran que son todas transferencias que yo le mandé a mi mujer para que viva acá. La plata que yo gastaba, no es que recibía de alguien, gastaba mis ahorros.

-¿Las cuentas estaban a su nombre?
-Estaban en Suiza. La verdad que todo el modelo de cómo se armó en Suiza lo hicieron los suizos.

-Pero no estaban a su nombre las cuentas.
-Estaban en Suiza, en el modelo que lo armó el banquero suizo.

-¿A nombre de quién?
-Cuando estaba en Argentina tuve ganancias. Puedo tenerlos donde yo quiera. No tengo que explicar nada más. A mí me hackearon, me hicieron campaña de calumnias. Te puedo contar como es la historia, pero no tengo porqué seguir hablando del tema por días.

-Pero no estaban a nombre ni de usted ni de su esposa.
-En definitiva estaban a nombre mío.

-¿Había algún reparo ético entre ser fiscal de la CPI y tener cuentas offshore?
-No. Si fuera por plata robada o de coimas. No es un delito tener offshore. La mejor prueba es que yo mandaba la plata a mi mujer que vive acá en Argentina.

-¿Las cuentas siguen abiertas hoy?
-No tengo porque contarte eso, pero las cuentas mías son en Uruguay, en Nueva York, y tengo una casa que compré en Holanda con una hipoteca.

-Cuando usted deja el cargo y comienza a asesorar a Tatanaki, no tenía porque explicarles a ellos que estaba asesorando a esta persona porque fue un trabajo privado.
-Totalmente. Yo terminé el conflicto libio en 2011. En 2014 se arma una guerra civil. Y en 2015 un millonario libio, Tatanaki, me pide ayuda para ver como podía yo ayudar a reducir la violencia con investigaciones penales. Yo le dije que no iba a actuar, a pesar de que puedo hacerlo. Pero decidí no hacerlo. Yo asesoro para hacer cosas positivas. Me pareció perfecto ayudarlo. Nunca actué ante la Corte, nunca presenté un documento ante la Corte. Luego dicen que usé información interna y eso es gracioso porque le conté al periodista que la información que le di a mi cliente se basaba en un informe público que hizo la fiscal Fatou Bensouda (sucesora de Ocampo) frente al Consejo de Seguridad. Se lo mostré. Pasa que soy un experto en como funciona la CPI. Por eso me llaman de la OEA por Venezuela, Tatanaki, los yazidis.

-Si usted como exdirectivo de ese organismo habla con algún miembro de la CPI, ¿está prohibido?
-Por supuesto que no. Todo el mundo habla, no. Lo que no hago, nunca fui a visitar a la Corte, nunca fui a hacer reuniones en la Corte ni trabajé ahí. Me dediqué a armar esa fiscalía. Recibí seis pisos vacíos, dos empleados, 18 jueces esperando y muchos que pensaban que iba a cerrar. Nueve años después entrego la Corte con 300 empleados en mi oficina de 90 países diferentes, por concurso, con investigaciones abiertas, gente presa. Esa fue mi tarea. Yo no quería afectar la independencia de la fiscal nueva.

-Der Spiegel publicó: “Ocampo mantuvo su interés en muchos de estos casos, incluso después de su mandato en la CPI había terminado. Y Bensouda estaba feliz de informarlo. En febrero de 2013, seis meses después de haber asumido el cargo, se puso en contacto con ella para preguntar: ‘¿Podemos hablar? Estoy preocupado por Kenia’. Pero en lugar de citar su deber de confidencialidad, Bensouda respondió: ‘Gracias Luis. Intenté llamarte nuevamente hoy’. ‘Me gustaría hablar con usted antes de tomar una decisión’. Poco después, Bensouda anunció que dejaría caer el caso contra uno de los asociados de Uhuru Kenyatta”. ¿Hubo contactos con su sucesora?
-Yo no recuerdo haber hablado con una abogada que ya se había ido de la fiscalía. A mí me preocupaba mucho lo que pasaba con Kenyatta. Pasó una cosa paradójica, nosotros lo procesamos a Kenyatta y su enemigo que era (William) Ruto. Ellos hicieron una alianza y ganaron las elecciones. Era la forma de parar la guerra. Una vez que fueron presidente y vice dicen que mataron y sobornaron testigos. ¿Cómo hace una Corte cuándo no tiene las pruebas? Ese fue el debate. Yo no recuerdo haber hablado con la fiscal de ese tema pero hubiera sido legítimo que me consultara.

-¿Los correos no existieron?
-Yo no recuerdo. No me acuerdo. Primero, los correos que ellos mencionan no los voy a validar. No se si son legítimos, ellos los pueden modificar, así que no me interesa. Eso es mío, me lo robaron. Es un crimen. No tengo porqué, no hay interés público para mantener ese tema vigente. Si la fiscal me quiere pedir una opinión, ella trabajó conmigo ocho años y sabe que entiendo del tema.

-Llamó la atención que Bensouda, a través del organismo, hay dicho que no hubo contactos, cuidándonse. ¿Cuál hubiera sido el problema?
-Ninguno.

-¿Es libre de preguntar o la CPI pone reparos al respecto?
-Lo que no podía pasar que es que tenga conflicto de intereses. Si yo hubiera trabajado para una persona acusada, yo no podría opinar. Pero no es así, entonces la fiscal me puede preguntar lo que quiera.

-¿A Tatanaki lo conoció mientras desempeñaba el trabajo en la CPI?
-No. Lo conocí en 2015, cuando ya me había ido de la Corte. Fue en Nueva York.

-¿Nunca le planteó la necesidad de hacer un acercamiento dentro de la Corte?
-Primero, mi asesoramiento nunca fue que yo iba a pleitear por él en la Corte. Yo le iba a explicar a ellos como debían hacer investigaciones para llevarlas en Libia o en la Corte. Le expliqué como investigar crímenes masivos, como presentar los casos, como hacerlo en Libia. Le expliqué eso.

-¿Hoy trabaja con él?
-Después de cuatro meses terminamos. Él vio que lo que esperaba hacer no iba a poder.

-¿En qué sentido?
-Tatanaki es un millonario, cuya familia se dedica a la extracción de petróleo. Cuando subió Khadaffi, en Trípoli había un solo edificio de seis pisos, que se llamaba Tatanaki, que era de ellos. Él siente que es su país, estaba desesperado por la matanza que había, sentía la responsabilidad de hacer algo. Entonces me consultó la parte legal y por otra parte la política. Luego notó que no iba a ser muy eficiente y paró.

-Cuando trabajó como miembro de la CPI, ¿qué es lo que más le sorprendía del día a día?
-Hace dos años que estoy escribiendo un libro sobre el tema. Pensá que el Juicio a las Juntas fue un hecho histórico, que legalmente siempre había sido posible juzgarlos. No lo hacíamos, pero en 2003 la gente votó para que se juzguen y lo hicimos. Hacer un juicio internacional a Khadaffi no se podía hacer. Fue un tratado internacional de 1998 y modifica todo el sistema internacional porque cada país era soberano y nadie podía juzgar a tu líder. Eso se acabó y los que cometen crímenes van a la CPI. Un cambio enorme. Y me dieron el privilegio de manejar el avión. Tenía que armarlo mientras volaba. Fue lo más fascinante de mi vida. Dejé el cargo a los nueve años, lo que dura el mandato. No hay posibilidad de reelección. Yo decidí no actuar nunca frente a la CPI. Esto me parece más interesante. O discutir Venezuela.

-¿La OEA lo corre de Venezuela como se dijo producto del escándalo o ya estaba hecho el trabajo?
-No me corren de ningún lado. Almagro me llama para ver que podíamos hacer en Venezuela. Le dije “porque no debatimos dentro de la OEA lo que pasa y al final del proceso los Estados pueden decidir si refieren el caso a la Corte o no”. Eso hace que el caso vaya más rápido. Yo no iba a decidir sobre eso, por lo que le propuse nombrar tres expertos. Me dijeron que lo haga yo, ese fue el acuerdo.

-¿Hay una investigación dentro de la CPI por contactos suyos con gente del organismo?
-No. Los periodistas denunciaron que hay una persona que trabajó para los yazidis, cobró una plata y lo están investigando.

-¿Habló con Bensouda después de todo esto?
-Lo que hay es una campaña en contra mía.

-¿Campaña de quién?
-Ese es el tema, me gustaría que el periodismo lo investigue. ¿Quién dedicó el esfuerzo para hackearme? Los periodistas que recibieron la información lo saben. ¿Cómo no exponen eso? Yo no soy la CIA. Hackearon a un individuo. Mis relaciones con Tatanaki son confidenciales. No les importó, eso no es de interés público. Igual que mis cuentas de banco.

-A mí me llama la atención la noticia de “fiscal de la CPI tiene offshore”. ¿Y si recibía dinero a través de las offshore mientras era fiscal?
-Eso sería grave. Pero los documentos prueban que eso no ocurrió. Yo usaba mis ahorros para financiar a mi familia en Buenos Aires.

-Entonces, si no había nada que esconder ¿porqué no ponerlas a su nombre?
-En definitiva estaban a mi nombre.

-Hay que rastrearlas.
-En definitiva, estaban a mi nombre.

-¿Por qué offshore y no en NY?
-Nueva York es offshore también. Significa fuera de la costa, como Uruguay, Holanda. Yo soy offshore. No pago impuestos en Argentina porque no vivo en Argentina.

-¿La Corte lo hubiera cuestionado si lo decía?
-A mí no se me ocurrió que tenía que decirlo y a ellos no se les ocurrió preguntármelo.

-¿No se le ocurrió que tenía que declararlas?
-Vos inventás un deber moral y no tengo.

-No estoy inventando. Nunca tuve una offshore, le pregunto.
-No me preguntaron de mi plata, la que tenía guardada. ¿Y eso que tiene? A nadie le interesaba eso.

-Si esto no se hackeaba, no se sabía la existencia de las cuentas.
-¿Cuál es el interés público de las cuentas?

-Como miembro de la Corte, me pregunto si estaba evadiendo impuestos, por ejemplo.
-Yo no pago impuestos cuando estoy en la CPI. No lo hacía en 2003 y no lo hacía en Argentina porque no tengo que hacerlo. El cargo mío de fiscal me hacía exento de impuestos. El drama de esto es que hablamos 15 minutos, pondrás 3 párrafos, a nadie le importa mucho, nadie lo va a leer, la gente se queda con los tres segundos “Moreno Ocampo es corrupto” porque es offshore. Explicar que no es todo un lío, por eso doy la nota. A nadie le interesa esto, salvo a mis enemigos que le pagan a Infobae e Infobae lo hace por su cuenta.

-Infobae dentro de los enemigos dice usted.
-Se suman tipos que no me quieren. Yo molesté a mucha gente. Cuando investigué la corrupción con Menem era enemigo público.

-Hoy Infobae es de Daniel Hadad.
-Si, y a Hadad hay muchas cosas que no le gustan de mí.

-¿Como qué? ¿Le llama la atención la cobertura?
-Obviamente. Infobae cada dos días publicaba noticias propias y sacaba cosas de hace ocho años que no tienen nada de malo y lo sacaba como una noticia escandalosa y te tiran más basura. Aprovechaban. “Vamos a tirarle a este que no lo queremos y aprovechamos para tirarle”. Eso pasa.

-¿Qué lleva a Hadad a publicar eso?
-Preguntale a él. Me gustaría que ustedes le pregunten a Hadad: “¿Por qué sacaste esa serie de notas'”. O a los de Der Spiegel: “¿Quién les pasó la información? ¿No los manipularon a ustedes?”

-Supongo que se lo preguntaron ellos. Yo me lo preguntaría.
-No me dieron una respuesta. ¿Cómo están seguros que no responden a intereses nefastos? No es un ataque solo a mi, sino a la CPI.

-El medio franés Mediapart dice que usted intercambiaba correos con Angelina Jolie donde anticipa medidas que iba a tomar y que no podía, supuestamente, anticipar.
-Es graciosos. Me cuestionan que hablaba con Angelina Jolie sobre como atrapar a Joseph Kony, criminal que secuestró 20 mil niños y quiso matar a los padres. Me cuestionan como algo raro. Ese era mi error. Ahora, al Chapo Guzmán en México lo agarraron porque quiso juntarse con Kate del Castilo. Entonces, la idea que tuve luego funcionó con el Chapo. Eso me hace gracia. ¿Me critican por hacer mi tarea?

-No, pregunto si podía anticipar, si estaba dentro de las facultades.
-Claro que sí. Yo tenía que planificar como atrapar a los que buscaba.

-La CPI estaba al tanto.
-No tenía que decirle lo que hacía, era independiente. ¿Cuál es el problema de intentar atraparlo?

-No lo hay.
-Angelina Jolie visitó numerosas veces la Corte. Y hablamos una vez de como arrestar a Joseph Kony. En lugar de decir “mira que piola”, me atacan por hacer algo más imaginativo.

-¿No le avisaron que lo habían hackeado?
-No, es una campaña para difamarme a mi y a la CPI.

-¿Hizo alguna presentación judicial?
-Si, la hice en Londres. También estoy viendo el tema de la difamación. Si algún medio dice que cometí un crimen, eso es un delito. Pero no hay un sistema global que te protega, que diga “Infobae no invente noticias contra Moreno Ocampo”. Soy el blanco de una campaña porque investigo al poder.

-Pero ahora ya no.
-Ahora investigo a un gobierno con relaciones con el terrorismo islámico. Esa es mi hipótesis.

-¿Habló con Tatanaki tras todo esto?
-Está furioso. Él también quiere plantear juicios, nadie lo investigó por crímenes de guerra.

Por Ramón Indart – Perfil