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Los desopilantes últimos días de Cristina: ahora dice que Macri le gritó por teléfono

La Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, dio su versión sobre el intercambio que tuvo con Mauricio Macri por el traspaso de la banda presidencial que se hará el próximo jueves: contó que el presidente electo le gritó por teléfono para exigirle que el traspaso presidencial sea en la Casa Rosada.

“Al llegar a Olivos lo llamé. Me pasan el celu y el Presidente Electo comenzó con un elevado tono de voz a exigirme que debía entregarle Bastón y Banda presidenciales en la Casa Rosada, porque era ‘su ceremonia’, y que si no lo hacía como él decía, ¡la Corte Suprema de Justicia de La Nación! le iba a entregar los atributos, porque ya habían consultado”, contó la mandataria saliente en una entrada en su página oficial.

“Debo confesar que me sorprendió la exaltada -eufemismo de gritos- verborragia del Presidente Electo. Cuando logré que me dejara hablar -debe parecerles raro, pero quien hablaba del otro lado del tel. parecía otra persona totalmente distinta a la que aparece en los medios e inclusive con la que he tenido algunas charlas-, a tal punto que en un momento tuve que que recordarle que más allá de nuestras investiduras,él era un hombre y yo una mujer, y que no me merecía que me tratara de esa forma”, siguió la explicación de la Presidenta. Según su versión, mientras se encontraba finalizando un acto ayer en Don Bosco, le llegó un SMS de Macri, lo que desató el llamado y el posterior intercambio.

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Además, Cristina se refirió a la situación que expresa la Constitución Nacional, y fundamentó la decisión de hacer la ceremonia en el Congreso y no en la Casa Rosada: “Cuando pude hablar intenté explicarle lo dispuesto por la Constitución Nacional en sus arts. 91 y 93. Pero que más allá de lo dispuesto por la CN, el acto de trasmisión de mando, por simple comprensión de texto, exige la presencia de 2 personas: la que entrega el mando y la que lo recibe. Que no se trata de una ceremonia de nadie en particular, sino de un acto institucional de un Estado democrático y republicano en general”, explicó.

Cristina explicó que quiere asistir a la asunción de Alicia Kirchner: “El vuelo regular de Aerolíneas a Río Gallegos sale a las 15 hs. y no me va a esperar. Quiero estar en la jura de Alicia Kirchner como Gobernadora, ya que postergó su asunción hasta las 20 hs. para que pudiera asistir.

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El texto completo, acá:

Ayer en el acto en Don Bosco, Quilmes, Provincia de Buenos Aires, pusimos en marcha la primera etapa de la electrificación del ferrocarril Roca, tramo Quilmes-Constitución, y sus nuevos 300 vagones. También inauguramos la nueva estación de trenes de City Bell y el nuevo paso a nivel. Nos acompañó el también nuevo intendente de la Ciudad de La Plata, el Dr. Garro de Cambiemos. Inauguramos un jardín de infantes en Avellaneda, que había sido creado en 1966, pero nunca había tenido edificio propio. El nuevo es muy moderno, cuenta con ascensores y aire acondicionado. Como cierre, Mariano Recalde, Presidente de Aerolíneas Argentinas, presentó el Hangar n° 5, el más grande de Latinoamérica, que está prácticamente terminado y que permite albergar para reparación a la flota de AA, e inclusive sirve para el avión de pasajeros más grande que hoy se fabrica en el mundo: el Airbus 380. El último hangar que se había construido en Ezeiza lo había hecho Perón cuando inauguró el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini.

Al finalizar el acto un colaborador me informa que el Presidente Electo había enviado un SMS diciendo que quería hablar conmigo. Al llegar a Olivos –era imposible contestarle en medio de tanta gente- lo llamé. Me pasan el celu y el Presidente Electo comenzó con un elevado tono de voz a exigirme que debía entregarle Bastón y Banda presidenciales en la Casa Rosada, porque era “su ceremonia”, y que si no lo hacía como él decía, ¡la Corte Suprema de Justicia de La Nación! le iba a entregar los atributos, porque ya habían consultado. Debo confesar que me sorprendió la exaltada -eufemismo de gritos- verborragia del Presidente Electo. Cuando logré que me dejara hablar -debe parecerles raro, pero quien hablaba del otro lado del tel. parecía otra persona totalmente distinta a la que aparece en los medios e inclusive con la que he tenido algunas charlas-, a tal punto que en un momento tuve que que recordarle que más allá de nuestras investiduras, él era un hombre y yo una mujer, y que no me merecía que me tratara de esa forma.

Cuando pude hablar intenté explicarle lo dispuesto por la Constitución Nacional en sus arts. 91 y 93. Pero que más allá de lo dispuesto por la CN, el acto de trasmisión de mando, por simple comprensión de texto, exige la presencia de 2 personas: la que entrega el mando y la que lo recibe. Que no se trata de una ceremonia de nadie en particular, sino de un acto institucional de un Estado democrático y republicano en general. Que debe hacerse en el Congreso (art. 93) porque hasta que no preste juramento ante la Asamblea Legislativa no es Presidente, y que ni bien eso ocurra se le deben entregar en forma inmediata los atributos del Poder Ejecutivo. Y quien lo tiene que hacer es la que ha dejado de ser Presidenta en ese mismo instante, o sea la que suscribe. Que además quiero hacerlo cuanto antes para poder viajar a Santa Cruz, porque el vuelo regular de Aerolíneas a Río Gallegos sale a las 15 hs. y no me va a esperar. Quiero estar en la jura de Alicia Kirchner como Gobernadora, ya que postergó su asunción hasta las 20 hs. para que pudiera asistir.

Me sigue gritando y me dice que no es así, que lo tengo que esperar en la Casa Rosada después de que él jure y hable en el Congreso y allí entregarle Bastón y Banda. Trato de explicarle que después que él jure como Presidente yo ya no soy más Presidenta y que por eso tengo que entregarle Banda y Bastón ni bien él termine de jurar, en forma simultánea, y es ahí cuando me dice, muy enojado, que yo lo tengo que acompañar -y me vuelve a repetir- porque es “su ceremonia”. Bueno, ahí pensé: hasta acá llegó mi amor, y le recuerdo 3 cosas: 1) que no soy su acompañante; 2) que el 10/12 no es su fiesta de cumpleaños sino el día que asume como Presidente de todos los argentinos en un sistema democrático al que hay que respetar y que su símbolo mayor es la Asamblea Legislativa donde jura como Presidente y donde quien termina su periodo le entrega el mando; 3) que no pienso seguir tolerando en silencio, como hasta ahora, el maltrato personal y público que me viene dispensando desde el mismo día en que lo invité a Olivos luego de felicitarlo por su triunfo, ni tampoco las mentiras que se siguen propalando merced a una impunidad mediática nunca antes vista.

Le dije que no me las merecía porque lo había recibido con todo respeto e inclusive fui yo quien le dijo como una opinión personal que el presidente provisional del Senado tenía que ser alguien de su partido, por la línea sucesoria, y que pese a que la bancada del FPV tiene a partir del 10/12 mayoría absoluta de 41 senadores, nuestro espacio iba a votar a quien él propusiera como presidente provisional como una clara señal de gobernabilidad democrática. Es más, me atreví a sugerirle que fuera Federico Pinedo, que además de ser un hombre de diálogo y un caballero, iba a ayudar a la vicepresidenta electa a superar la dificultad objetiva de su salud para estar al frente de sesiones maratónicas como las que se suelen llevar a cabo con mucha frecuencia en el parlamento.

También le dije que íbamos a votar como presidente de Diputados a un miembro de su partido, por ser tercero en la línea sucesoria, también por la gobernabilidad. Tal como se lo dije, ambas cosas sucedieron. Se llevaron a cabo las ceremonias de juramentos de senadores y diputados y autoridades de ambas cámaras con total ejemplaridad. Con palcos repletos de barras que fueron a ver jurar a sus diputados y senadores sin que se haya producido un solo incidente, y estaban todos los partidos políticos con representación parlamentaria. Máximo me contó que después que él juró, Federico Pinedo se acercó a saludarlo y darle la mano. No me equivoqué con Pinedo, siempre fue un caballero

¿Por qué entonces el Presidente Electo dijo luego de la reunión que mantuvimos que había sido una “reunión improductiva”? Cuando en la misma puerta de Villate en Olivos al salir dijo que había sido una reunión cordial y que iba a haber una linda ceremonia de trasmisión de mando, para horas más tarde calificarla de “improductiva”.

¿Por qué se intenta desconocer las innumerables reuniones que han mantenido los funcionarios de nuestro gobierno con las personas que el Presidente Electo designó? Declaraciones, fotos, imágenes dan cuenta de una total normalidad… No se han reunido en las catacumbas, lo han hecho en sus públicos despachos, muchos de ellos hasta más de 3 veces y durante horas.

¿Por qué me maltrata y dice que no colaboramos? Si cuando Lino Barañao, Ministro de Ciencia y Tecnología de este gobierno desde el año 2007, me vino a consultar qué hacer, porque le habían ofrecido continuar en el cargo, le dije inmediatamente que sí, si no, no hubiera aceptado.

¿Por qué el empeño de querer mostrar algo que no existe? Me preguntaba anoche qué es lo que está pasando con algo tan simple como una trasmisión de mando. Porque debo reconocer que el maltrato de esa llamada telefónica que me hiciera el Presidente Electo me resultaba inexplicable y casi increíble. En un país hostigado por los buitres, con un mundo convulsionado económica, política y militarmente, que nos exige extremar unidad nacional, ideas y acciones para que la recesión y la violencia global no nos alcancen, el episodio telefónico me resultaba inexplicable. Hasta que hoy vi la tapa de clarín y sus titulares: (Letras tipo catástrofe) “Macri le dijo a Cristina que el traspaso será en la Rosada” sigue en la bajada de tapa… “El Presidente Electo la llamó por teléfono para comunicarle que la entrega de la banda y el bastón presidencial será en Casa de Gobierno. Antes, jurará ante la Asamblea Legislativa en el Congreso” y agrega, en cuadro especial también de tapa: “Macri textual. Si la presidenta no entrega los atributos, lo hará la Corte”… Y entonces comprendí inmediatamente. Lo de ayer no fue una llamada telefónica para hablar sobre ninguna ceremonia, fue simplemente una operación mediática en donde la sociedad debía leer: “Macri le ordenó a Cristina que tenía que entregarle la banda y bastón en la Casa Rosada”.

Allí fue cuando recordé algo que me había comentado un funcionario de mi gobierno que participaba en las reuniones para organizar la trasmisión del mando con las personas propuestas por el Presidente Electo, cuando Federico Pinedo le dijo que tenía que ser en la Casa Rosada por una cuestión de generar “una imagen de autoridad en el Presidente Electo”. ¿Imagen de autoridad? Pero si lo acaban de elegir presidente con el 51% de los votos. Está bien, el 49 % no lo votó, pero la democracia es así, se gana o se pierde por un voto. En cuanto a imagen de autoridad acuérdense de Nestor Kirchner que asumió con el 22% de los votos, que le decían que iba a ser el Chirolita del anterior Presidente, o que la que mandaba iba a ser yo. ¿Dónde tendría que haber jurado para generar “imagen de autoridad?” ¿Parado arriba de la mesa del salón blanco? La autoridad, no la imagen, no se logra en una ceremonia de trasmisión de mando y mucho menos gritándole a una mujer por teléfono. Una mujer que además de estar sola quiere entregar el mando a quien ha tenido el honor de ser elegido Presidente de todos los argentinos, y hacerlo en el marco constitucional que significa la Asamblea Legislativa, que sintetiza la soberanía popular y la representación federal de un estado democrático.

Si hasta para recibirlo como un gesto más de cordialidad, va a poder observar cuando ingrese a Olivos, que los canteros del parque que rodean al espejo de agua frente al chalet presidencial están recién sembrados de flores de un solo color: amarillo, el color preferido del Presidente Electo. ¿No me creen lo de la cordialidad y las flores amarillas? Acá va la foto. Quedaron muy lindas, y en unas semanas más van a lucir aún mejor, cuando florezcan en todo su esplendor.

En cuanto a la autoridad de un gobierno o de un Presidente: No se construye ni con colores, ni con imágenes, y mucho menos gritándole a una mujer. Es algo más simple pero al mismo tiempo difícil. Gestión cotidiana y confianza de la sociedad de que no se va a gobernar en contra de ella.