El presidente de la Corte Suprema de Justicia inauguró el año judicial. Pidió trabajar para “acelerar las causas de corrupción” y terminar con la “Argentina que duda de todo”.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, instó a la sociedad en su total y el sistema judicial en particular a llevar adelante una “autocrítica” que le permita a los argentinos “hablar en serio de una reforma judicial”
Al dejar inaugurado el año judicial, Lorenzetti pidió dejar de lado la “Argentina pendular” que “duda de todo sobre si misma en decisiones centrales”.
“Hay demandas enormes. El ciudadano que va a un banco maneja un celular está en el siglo XXI, pero llega a un juzgado y está en el siglo XIX. El expediente digital es una urgencia. Hay provincias mucho más adelantadas que Nación. La justicia no es solo lo que se ve en Buenos Aires”, advirtió.
En materia penal, reconoció que se está trabajando “muy seriamente” en una reforma y pidió un sistema que permita “acelerar las causas de corrupción” y las “mega causas que suman a muchos actores”.
Lamentó que “hace muchos años que vemos que se hablan de los mismo temas, pero no podemos generalizarlos”. En este sentido, ejemplificó que “hace más de 30 años se discutemano dura o mano blanda y hoy seguimos con las discusión y no con las soluciones”.
Remarcó que la sociedad muestra nuevos problemas que necesitan soluciones, como los relacionados con las redes sociales y todos sus derivados.
Señaló que si bien los temas de género hace muchos años que ocupan un lugar en la Corte, todavía hoy “no se han logrado resultados efectivos” respecto a temas sobre los que se debe legislar como es la defensa de la mujer, en especial en violencia de género.
“No se puede cambiar una parte sin tener concepción del todo, porque de lo contrario no funciona. Tiene que haber un cultura para que en la sociedad se hable el lenguaje del derecho”, apuntó.
Destacó que si bien valoriza el trabajo del periodismo, “en ningún país del mundo los poderes judiciales tienen altos reconocimientos en las mayorías, porque no es su función”.
Advirtió que no por ello se debe aceptar “la crítica permanente y la búsqueda de desprestigio”.
“No todo está tan mal. Debemos ser armonía en esta sociedad. Las polarizaciones no nos llevan a ningún lado”, agregó.