Jorge “Loma” Ávila, Secretario del Sindicato del Petróleo y Gas Privado, se refirió al convenio votado por los afiliados y dijo que “no representa el mejor acuerdo, sino el más conveniente para que el sostenimiento del empleo y el más acorde al futuro de la industria convencional”.
“No hay nada para festejar, nada para alegrarse. Esto ha puesto al Sindicato en defensa de lo que tenemos y para el futuro brindarle a la operadoras y a todos aquellos que pensaban que no había nada; que siempre nos acusaban a nosotros de ser los responsables de esto”.
Y diferenció a la actividad convencional con la que se produce en el neuquino yacimiento de Vaca Muerta.
“La única inversión que hay son por los no convencionales. Las shales, los gases, Vaca Muerta, el estrecho de Magallanes. Los demás no existíamos y es verdad que encima tenemos la problemática de un crudo que tiene penalización por ser `duro`, porque somos los únicos que exportamos”.
El “Loma” lamentó la incidencia del precio internacional del barril de crudo y la incidencia que provoca. “Parece una paradoja pero esta semana baja el precio del crudo y estamos siempre dependiendo de ese precio. No tenemos una actividad como Vaca Muerta que asegura que entre 2018 y el 2019 pueden incrementarse los puestos de trabajo. Va a ser difícil que alguien venga a invertir. Muchas operadoras piensa en irse y dejar el tendal por eso tenemos que ser inteligentes y esto recién empieza. También hay que agradecer los gestos del Gobierno que permitió que esta mesa se lleve adelante”.
Ávila destacó que a pesar de éste respaldo político, la decisión siempre recae en manos de los gremialistas. “Sabemos lo que tenemos que hacer respetar. Vamos a hacer lo que tenemos que hacer pero nos cuesta un montón hablar estas cosas. Nosotros no estamos preparados para esto. La verdad íntimamente los dolores no se transmiten, pero uno se siente mal porque a nadie le gusta esto. Pero entre lo malo, tenemos que dar una esperanza a nuestra gente”.
“Hay un antes y un después, por supuesto. Venimos de una situación de que en otras épocas no se daba. Venimos del 98 de ser un día mil laburantes y al otro día ser cien, no quedaba ningún equipo laburando. Todos con telegramas de despido. Venimos de un año como 2008 donde hubo una crisis petrolera muy similar pero de un día para el otro quedaron más de 3.500 trabajadores cobrando 4 mil pesos y sin obra social y sin nada en la casa”.
En cuanto a la cantidad de empleos que podrían preservarse con el acuerdo, el secretario general petrolero reconoció: “No hay que creerse el buzón de todo el mundo. Lo digo públicamente. Acá había 1.800 trabajadores para despedir. Mantener la actividad de esta cantidad de equipos paraliza los despidos de hoy. Tenemos que encontrar un mecanismo que nos permita pensar en el futuro porque las energías renovables vienen por nosotros. Todo el mundo está pensando en otras energías. En el mundo ya no se usael petróleo como creemos”.
“No estamos en la bolsa de trabajo –destacó- de ninguno de los demás sindicatos y cuando uno mira la cantidad de desocupación, asusta. La gente nuestra viene de un estándar de vida que lamentablemente cada día se pierde más. De tener un salario digno a un achicamiento que tenemos todos los días, es lo que se está dando”.
Explicó el voto mayoritario y no unánime de las addendas aprobadas en el último Plenario. “Los entiendo a todos, entiendo la posición de cada uno. Del poder de lucha que permite a muchos no mirar todo el vaso. No tienen porqué mirarlo, ese es nuestra obligación. Nosotros tenemos que mirar los jubilados, la obra social. Tengo que mirar cómo está la ciudad”.
“Cuando con el secretario Adjunto de la CGT, que era Pereyra de Neuquén firmó la adenda de los no convencionales, nadie dijo nada. Sin embargo hoy parece que estamos haciendo la prédica del antes y el después. Fue un plenario de casi seis horas. Sin mentiras a nadie. Esto no garantiza nada, sólo que seguimos en la pelea. Si el año que viene no hay precio del gas o no conseguimos alternativas indudablemente será más duro”, finalizó.