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La Justicia de Misiones busca a Jorge Oscar Chueco

Dos hoteles fueron allanados en la ciudad de las Cataratas en busca del hombre de 64 años, abogado de Lázaro Báez, mencionado por Leo Fariña en su ya famosa declaración.

Al ser consultado el viernes por la mañana por Radio República con respecto a los allanamientos realizados en Puerto Iguazú, el juez Lunge comentó que “el procedimiento no fue ordenado por ningún juez federal, sino que los allanamientos fueron ordenados por mí en función de que hay una denuncia nada más. La señora de esta persona denunció su desaparición en la comisaría seccional Primera de Iguazú” y remarcó que no están actuando en el marco de la causa de la ruta del dinero K, como mencionara un medio provincial “sino que estamos buscando una persona porque ha desaparecido, esa es la realidad. Tampoco tenemos ningún exhorto de la Justicia federal, no tenemos ningún pedido de captura en absoluto”según recogió Primera Edición.

Más adelante dijo que los “últimos datos que tenemos son de ayer -jueves- por la tarde”, ya que según la investigación realizada por la policía se pudo establecer que Chueco “estuvo ayer en el hotel Saint George y fue visto por última vez a las 17 horas aproximadamente, en un casino de Iguazú. Es decir que no hace tantas horas que está desaparecido”.

Lunge también dejó en claro que el abogado llegó sólo a la provincia, como un turista más, hace una semana y que su mujer vino luego a buscarlo “porque sabía que estaba depresivo. Todavía no tenemos nada, ningún dato sobre su paradero, lo seguimos buscando hemos encontrado una suma de dinero y una carta de él -presuntamente- y nada más, eso es todo lo que tenemos hasta ahora. Los allanamientos fueron en dos hoteles nada más, en dos habitaciones donde él estuvo”.

El objetivo de estos allanamientos según lo comentado por el juez “fue buscar algunos datos que pudieran ayudarnos a dar con su paradero y los secuestros que se hicieron fueron todos preventivos”. Como ya se mencionó “se secuestró una carta que es muy importante” y unos 40 mil dólares. De la entrevista se desprende que la importancia de la carta radica en que en ella Chueco habría hablado de quitarse la vida.

Viviana Merlo, oficial principal de la Unidad regional Iguazú, en diálogo con República comentó que el “miércoles en horas de la tarde, a las 15.40 aproximadamente, los guardaparques del Área Cataratas informaron que habían hallado a un hombre aparentemente en estado de ebriedad y solicitaban la presencia policial ya que se hallaba tirado en una de las pasarelas en inmediaciones a la Garganta del Diablo”.

Ante este pedido “efectivos policiales se trasladaron hasta el área y trasladaron a Jorge Oscar Chueco, de 64 años, al recinto policial”. Una vez allí el médico policial procedió a examinarlo y “el abogado en ningún momento mencionó que tuviera intenciones de quitarse la vida, se encontraba en buen estado anímico y de salud, sí el médico constató que tenía aliento etílico”, agregó Merlo.

También se supo que Chueco “mencionó haber tomado algún medicamento y un poco de whisky en el Sector de Cataratas y que no recordaba cómo llegó hasta el recinto policial. Luego se retiró de allí, previo diálogo con sus familiares quienes el jueves iban a llegar a Puerto Iguazú”, Merlo indicó que el letrado pudo retirarse dado “que no había cometido ilícito alguno ni existía ningún tipo de pedido de detención es así que continúa sus actividades normales”.

Una vez que su exesposa realizó la denuncia, y como se mencionó antes, efectivos policiales comenzaron con las investigaciones correspondientes para dar con el paradero de Chueco. De los primeros pasos de la investigación se sabe que “a las 19.30 aproximadamente, según lo que se puede observar en las cámaras del hotel, Chueco salió del recinto. Luego tras averiguaciones realizadas, los efectivos se trasladaron hacia otro alojamiento, a varias cuadras del primero”, donde el abogado también habría pagado una habitación por varios días, y “a las 21 o 22 horas hace entrega al conserje de las llaves del lugar”.

Finalmente, Merlo comentó que en la carta hallada, Chueco mencionaba que “el dinero era para la esposa y que padecía una enfermedad terminal por lo que se montó un amplio operativo en toda la ciudad. En el Área Cataratas se verifica el ingreso y egreso de cada vehículo, además de un exaustivo control en los pasos fronterizos, todo con la colaboración de las unidades especiales y dependencias del comando regional afectados a este operativo además de las distintas fuerzas de la ciudad y también con la policía civil de Brasil”.

Desde que Helvetic Service Group se convirtiera en la dueña de “La Rosadita”, los nexos con los integrantes del en ese entonces gobierno K comenzaron a plasmarse en el directorio de la financiera utilizada por Lázaro Báez para el supuesto blanqueo de más de 65 millones de dólares.

Un funcionario de Enargas, Jorge Cerrota, integró el directorio de SGI tras la salida de Federico Elaskar, su antiguo dueño. Pero el otro hombre clave puesto por la firma suiza era precisamente Jorge Oscar Chueco uno de los abogados acusados por el fiscal Juan Carlos Campagnoli de orquestar la maniobra para lavar los fondos de Báez.

Chueco es “representante legal” de Helvetic, misteriosa firma suiza manejada por argentinos, pero cuyos verdaderos dueños no salen a la luz, y una de las dos personas autorizadas para operar en la cuenta bancaria de la firma.

Pero no es sólo un abogado puesto por Helvetic, sino que además es socio en cuatro empresas de Gustavo Cinosi, un empresario de nexos íntimos con Carlos Zannini, y de llegada directa a Cristina Fernández de Kirchner.