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La excéntrica camporista Barbará Grané “vendía” que tomaba el té con Cristina Kirchner

Barbará Grané, la entrerriana camporista que había sido designada por su esposo, el interventor Santiago Rodríguez, en Fabricaciones Militar con un sueldo de $60 mil (sin ningún título universitario que avale su designación), está siendo investigada por el fiscal Guillermo Marijuan por sus suntuosos gastos. Y ahora se conocieron más detalles sobre las excentricidades de la “emperatriz”.

El fiscal federal Guillermo Marijuan está investigando a Bárbara Grané por sus suntuosos gastos durante su paso por Fabricaciones Militares, adonde llegó de la mano de su esposo en 2011, el interventor Santiago Rodríguez.

La joven cobraba $60 mil por mes y era la tercera en la línea de jerarquía de la empresa estatal Fabricaciones Militares. Tanto Grané como Rodríguez son militantes de La Cámpora y llegaron a la empresa en 2011, cuando la agrupación K copó el organismo en su ambición por colonizar todos aquellos lugares donde se pudiera hacer “caja” sin ningún tipo de controles. En ese lugar, en 2011 fue designado como interventor Santiago Rodríguez, un joven que militaba en la agrupación La Cámpora de con 34 años y sin ningún tipo de conocimientos sobre las cuestiones atinentes a ese organismo y que hasta ese momento se desempeñaba como “asesor” en el Ministerio de Producción, hasta que Máximo Kirchner lo llevó a su nuevo destino.

Pero Rodríguez no llegó solo, sino que lo hizo acompañado de su joven novia, a quien designó como directora de Comunicación, Relaciones Institucionales y TIC’s. Grané, también militante de La Cámpora, es oriunda de Gualeguaychú, familiar del actual Secretario de Gobierno de Gustavo Bordet, Germán Grané, y no tenía ningún título universitario que avalara haber sido designada en ese lugar.

La joven militante dejó un recuerdo muy lamentable en su paso por Fabricaciones Militares. Ella hacía valer ser la esposa del jefe, más allá de su función específica, lo que hizo que se le pusiera el mote de “la emperatriz”, dados sus carísimos gustos, según fuentes enterrianas.

Quienes conocieron bien su paso por ese lugar recuerdan que sus caprichos incluían un menú donde no faltaba el mejor salmón rosado, el más delicado champagne, además de otras exquisiteces habituales. “La emperatriz”, como le llamaban, disponía además de un vehículo y chofer exclusivos durante las 24 horas del día que la trasladaban a costosos spa de belleza a los que concurría no menos de tres veces a la semana.

Otro de los gustos de “la emperatriz” era viajar. Durante su “reinado”fueron innumerables los viajes que realizó a diversos lugares paradisiacos a los que invitaba amigas y amigos que la acompañaban, con gastos “pagos”.

“Nos decía que los domingos tomaba el té con Cristina Kirchner, pero todos sabíamos que era una mitómana. Siempre se mostraba benevolente, con una sonrisa, pero gritaba y maltrataba, y jugaba a ser Evita. Usaba rodete, se teñía de rubio platinado y se vestía igual a ella”, contó una fuente que sufrió su “reinado”.

Fuente: Urgente24