Chubut Para Todos

Jorge Vildoza, el torturador de la ESMA que descubrieron que murió hace 11 años

El subdirector de ese centro clandestino de detención consiguió gozar de 21 años de impunidad hasta morir en Sudáfrica en el 2005.

La sede local de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol Buenos Aires) confirmó en las últimas horas lo que era un secreto a voces en los pasillos de los Tribunales de Comodoro Py: que el jefe del grupo de tareas de la Escuela de Mécanica de la Armada (ESMA), Jorge Raúl Vildoza, había muerto ya hace once años en Sudáfrica bajo la identidad de Roberto Sedano.

El subdirector de la ESMA, Jorge Raúl Vildoza, fue el apropiador de Javier Penino Viñas.

“Gastón”, como lo llamaban a Vildoza sus camaradas de las Fuerzas Armadas de la última dictadura cívico-militar, no sólo fue el subdirector de uno de los peores centros clandestinos de detención entre 1976 y 1980 sino que también tenía a su cargo al jefe de Inteligencia, Jorge Eduardo “El Tigre” Acosta y al jefe de Operaciones, Adolfo Miguel Donda.

Javier es hoy un hombre de 39 años, esposo, padre de dos hijos, banquero y residente en Londres.

Pero, lejos de desligar responsabilidades en quienes luego fueron condenados por delitos de lesa humanidad, Vildoza fue piloto en los vuelos de la muerte. La revelación la pronunció ni más ni menos que Javier Penino Viñas, es decir, el hijo de Hugo Reynaldo Penino y Cecilia Marina Viñas que, sin embargo, fue criado por su apropiador, justamente, Vildoza.

Hugo Reynaldo Penino y Cecilia Marina Viñas, detenidos en 1977, continúan desaparecidos.

Javier es hoy un hombre de 39 años, esposo, padre de dos hijos, banquero y residente en Londres, pero su historia comenzó de la peor manera en septiembre de 1977. Nació en el infierno de la clandestinidad. Es que sus padres habían sido secuestrados el 13 de julio en Buenos Aires. Cecilia, embarazada, primero pasó por “El Vesubio” y luego por la ESMA.

Ana María Grimaldos fue condenada a seis años de prisión por ser cómplice del robo de identidad.

Allí, Vildoza se apropió del recién nacido al que llamó Javier. Y mientras disfrutaba del bebé junto a su esposa Ana María Grimaldos, mantuvo en cautiverio a la verdadera madre. De hecho, no fue hasta diciembre de 1983 que Cecilia pudo hablar de milagro con su familia para suplicarles que buscaran a su hijo al que hubiera querido llamar Hugo Carlos.

Sin embargo, el regreso de la democracia de la mano de Raúl Alfonsín, quien se animó a llevar adelante el Juicio a las Juntas Militares, no impidió que los apropiadores de Javier también desaparecieran para siempre a Cecilia en marzo de 1984, según pudieron reconstruir las Abuelas de Plaza de Mayo para realizar la denuncia en la Justicia.

Los Vildoza no sólo le robaron la identidad a Javier sino que también lo condenaron al exilio forzado con tan sólo siete años. Es que el marino represor y su cómplice esposa se dieron a la fuga, ni bien las Abuelas los denunciaron, llevándose consigo a sus dos hijos biológicos y al pequeño apropiado. En la Triple Frontera consiguieron documentos falsos.

El ministerio de Justicia y Derechos Humanos había ofrecido una recompensa para detener a la apropiadora.

“Fuimos a un hotel, del lado brasileño, con el pretexto de conocer las Cataratas del Iguazú, pero un agente de la Armada argentina preparó en una habitación un mini estudio de documentación”, recordó el 25 de febrero del 2015 el propio Javier durante el juicio en el que su apropiadora fue condenada a seis años por “coautora penalmente responsable de la retención y supresión de identidad”.

Con pasaporte falsos para todos, los Vildoza primero se fugaron a la Paraguay del dictador Alfredo Stroessner, donde estuvieron hasta 1989 cuando el regreso de la democracia en el país vecino los obligó a volar hasta Austria para esconderse entre las montañas alpinas. Finalmente se instalaron en la renacida Sudáfrica de Nelson Mandela.

El dictador de Paraguay, Alfredo Stroessner, junto al dictador de Chile, Augusto Pinochet.

Jorge Raúl Vildoza murió el 27 de mayo del 2005 en Johannesburgo, pero bajo el nombre de Roberto Sedano. La cremación complicó aún más la confirmación de su verdadera identidad. Javier estuvo en el velatorio. Tiempo después, la viuda, Ana María Grimaldos, fue detenida en la localidad de Acassuso en el 2012 al poco tiempo de reingresar al país con pasaporte falso.

Finalmente, Javier Penino Viñas, quien primero recuperó el 10 de diciembre de 1999 su identidad y luego se rencontró con su abuela Cecilia Pilar Fernández de Viñas, expresó mientras los jueces Pablo Bertuzzi, Néstor Costabel y Leopoldo Bruglia juzgaban a su apropiadora: “Reconozco mi historia, pero quiero armarla a mi ritmo”.

Fuente:Big Bang News