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Jennifer Dahlgren, la deportista olímpica argentina que lucha contra el bullying

En el panel de Changemakers del Argentina Summit 2018, Jennifer Dahlgren, atleta argentina y campeona sudamericana de martillo contó cómo el deporte la ayudó a superar el bullying.

“El año pasado fue un año difícil, he tenido una carrera muy libre de lesiones y en el mundial de Londres me caí en la entrada en calor. Fue difícil porque está fuera de mi control pero el deporte amateur olímpico tiene mucho de esto, de obstáculos que hay que superar”, empieza relatando Jennifer Dahlgreen, atleta argentina especializada en Martillo, tres veces campeona sudamericana, campeona panamericana junior y medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de 2007 en el panel Changemakers del Argentina Summit 2018 que organizó The Economist en Buenos Aires. Dahlgreen, de 33 años, representó al país en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Pekín 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. En 2017, participó del Mundial de Atletismo en Londres del que se tuvo que volver temprano luego de que por una lesión, no lograra clasificar. Sin embargo, hace ya varios años que la vida de Jenny Dahlgreen dejó de girar sólo alrededor del deporte.

Jennifer Dahlgren en el panel Changemakers del Argentina Summit 2018

“En los últimos años empecé a ver nuevas oportunidades fuera del deporte. A raíz de algunas experiencia personales se me ocurrió empezar a hacer cuentos para chicos sobre el valor de los deportes pero que también hablen de que ser diferente es difícil pero también te puede hacer extraordinario”, explicó. Sus libros, buscan poner foco en un tema que le tocó vivir en carne propia de chica, el bullying. “Nos mudábamos mucho con mi familia cuando era chica, viví muchos años EEUU,  y el 1997 nos vinimos a Argentina. A mí me gustaba mucho el deporte, especialmente el fútbol, tenía otro cuerpo, era grandota y eso me hacía blanco constante de bullying”, cuenta mientras da ejemplos de las crueldades que tuvo que soportar, como que intentaran quemarle un zapato mientras lo tenía puesto.

Tapa del primer libro de cuentos infantil de Dahlgren 

Acerca de cómo combatir el bullying, Dahlgren rescata el valor de la comunicación. “Lo primero es ponerle nombre, eso ayuda. Lo otro es abrir la comunicación, porque está la victima que lo sufre, está el agresor y están los testigos y con el tema de las redes sociales es mucho más tremenda la humillación de la víctima. Creo que comunicarnos con los chicos es fundamental”, explica.

“Era muy insegura y sentía que tenían razón porque yo ya pensaba eso de mí. Tenía el idioma como barrera para expresarme y eso me marcó durante muchos años. De 1997 a 2001 estuve acá y fue la peor época de mi vida pero  irónicamente fue también cuando encontré el deporte y empecé a hacer martilloFue algo que me ayudó a empezar a curarme”, relata. “Llegué al martillo acompañando a mi hermana, a ella la había mandado una profesora y de repente fue amor a primera vista. Siempre había tenido mucha fuerza y cuando hacía deportes como tenis me costaba medirla. En cambio cuando agarré el martillo y me dijeron que la idea era que lo tirara lo más lejos posible entendí que había encontrado mi deporte”, explica.

El deporte es una escuela paralela, nos enseña cosas que una educación formal no nos da, nos enseña de las interacción con otros, de cómo enfrentarnos a los desafíos. Cuando nos ponemos a prueba y empujamos nuestros límites para lograrlo, ahí está nuestro crecimiento. Todo el tiempo el deporte nos forma, además de los viajes, las medallas y las personas que conocí, me di dio educación”, explica.

 

 

De deportista a embajadora del INADI

Lo que siguieron para Dahlgreen fueron años de entrenamiento y juegos olímpicos. “Había separado la Jenny deportista de la Jenny mujer. Durante muchos años no me sentía linda, odiaba mi cuerpo, con mucho trabajo pude ver que todos tenemos un solo cuerpo para vivir esta vida y que a mí me había dado la posibilidad de estar en las olimpiadas, pero me faltaba sanar la autoestima. Ahí fue cuando surgió la idea de los cuentos para chicos. El primer libro para mí fue un gran proceso de catarsis, de contar lo que me había pasado, de empezar a dar charlas en colegios, y hasta dar una charla TED. El año pasado me nombraron embajadora de del INADI, un rol en el que estoy muy comprometida trabajando”, explica.

Pero todavía quedaba un paso más y esa oportunidad llegó en 2015. “Era un momento de muchos cambios para mi, venía escribiendo los libros, venía trabajando mucho esto de amigarme con mi cuerpo y entonces me llaman de ESPN para contarme que estaban haciendo la campaña Body Issue por primera vez en Latinoamérica y querían convocarme para posar desnuda junto a otros deportistas. Enseguida dije que no. Pero después lo pensé y me di cuenta que era una oportunidad de hacer catarsis y producir un cambio porque cuando yo cuando sufría bullying no tenía un ejemplo de mujer con curvas como yo en las revistas. Es difícil desarrollar una autoestima cuando la sociedad te dice todo el tiempo que no encajás y decidí ser el ejemplo que  a mí me hubiese gustado tener”, relata. “En estos 3 años crecí exponencialmente, antes quería pasar desapercibida y hoy por hoy me adueño de mi cuerpo de otra forma, me encantan mis músculos, mis cayos, el deporte me enseñó eso. Fue la primera vez que me sentí cómoda en mi piel”, concluye.

Por Guadalupe Sanchez Granel – Apertura