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Insfrán no permite instalar un radar para la lucha contra el narcotráfico en Formosa

La porosidad y la debilidad de las fronteras argentinas se convirtió en una obsesión para el gobierno de Mauricio Macri.

Según detalla el diario Clarín, se van encontrando con situaciones insólitas como la del radar fijo que nunca se pudo levantar en Formosa porque el gobernador Gildo Insfran no habilitó las obras de infraestructura que necesitaba.

Las demoras en las obras datan de 2014 cuando la Fuerza Aérea recibió tierras fiscales de 1 kilómetro cuadrado en la zona de Pirané. Se trata de un terreno elevado en el que debía ser instalado un equipo tridimensional de largo alcance que fabricó el Invap, de una serie de seis en total que había pedido la fuerza.

La instalación del radar era incluso un plan que viene de la gestión anterior, como parte del llamado Escudo norte que prevé la instalación de siete radares en la zona, tres de los cuales –casi la mitad- tenían que instalarse en Formosa, dos en Misiones, uno en Resistencia, Chaco, y otro en Tartagal, Salta.

Por su cercanía a los centros de producción de cocaína y marihuana –en Paraguay y Bolivia-, Formosa es crucial en el mapa del armado del narcotráfico como también en el de la lucha contra el mismo.

Los radares son cruciales para el bloqueo de las rutas aéreas y la interceptación de vuelos ilegales, en un sistema integral que se complementa con sellado de rutas y vías fluviales.

Hoy Pirané está cubierto con el radar de Saenz Peña, modernizados por Invap y colocado en la gestión del Ministro Julio Martínez, pero ese es un radar móvil. No es lo mismo que uno de los radares primarios argentinos, más potentes que se buscó instalar allí.

También cubre la zona radares en Ingeniero Juárez, Las Lomitas, San Pedro, Pirané y Merlo, para apaciguar la necesidad estratégica de cubrir espacios limítrofes.