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Ignacio Zuleta: “En política no se eligen los adversarios, los adversarios te aparecen”

Basado en un centenar de entrevistas a los protagonistas del Cambiemos, Ignacio Zuleta presentó Macri Confidencial. En un mano a mano con 3 Días, da sus impresiones sobre la fuerza gobernante, sus vínculos con la Corte y el Papa y habla de la figura de Cristina Kirchner. La meta electoral del 2019.

A partir de más de un centenar de entrevistas, que incluyen al propio Mauricio Macri, Ignacio Zuleta, doctor en Filosofía y Letras y con una larga trayectoria en periodismo, narra en su último libro, Macri Confidencial, cómo es la cocina de Cambiemos y qué rol cumplieron figuras como Elisa Carrió, Ernesto Sanz y Emilio Monzó en el armado del Partido del Ballotage que ganó en 2015, así como también Marcos Peña y Jaime Durán Barba. Analiza la relación del Gobierno con la Corte Suprema de Justicia y los empresarios, entre tantos otros temas.

Con una mirada que excede al primer año de Gobierno, Zuleta retrata a Macri como un “negociador florentino” al que no le importa parecer débil, sino que entiende que “que un mal negocio es mejor que un no negocio” y lo define como un caudillo latinoamericano más.

En un mano a mano con 3 Días, habla también de las diferencias de Macri con el kirchnerismo, su relación con el Papa y los empresarios, además del futuro de la coalición que integra. “El principal proyecto de Cambiemos es mantenerse juntos”, afirma.

¿Qué es el “Partido del Ballotage”?
– Es la alianza que integran el PRO, la UCR, la CC y otros partidos, que logró precipitar en 2015 una segunda vuelta. El objetivo era identificarse con el voto no peronista de manera de juntarlos detrás de un candidato y un programa que impidiera el triunfo en primera vuelta del peronismo.

El PRO se presenta como “lo nuevo” en política. ¿Lo es?
– Es una novedad técnica, seguramente, porque Macri es el primer presidente en 100 años de historia electoral que no es ni peronista ni radical. Además, gana la provincia de Buenos Aires en 2015, cuando en 2013 había perdido la inscripción partidaria del PRO por falta de participación en la elección. O sea, viene de la extrema insignificancia. En eso, es una novedad. En cuanto al estilo y a la forma de hacer política, Macri y el PRO son parte de la política de siempre. Macri mismo es un hombre muy experimentado en política. No hay que olvidarse que en 2003 fue candidato a jefe de Gobierno por la lista del PJ de Duhalde.

¿Encontrás continuidades entre el kirchnerismo y Cambiemos?
– No. Creo que hay un formato totalmente distinto en materia política. Creo que hay líneas de la administración en la cuales han tenido que continuar, pero eso es lógico en cualquier gobierno. Acá no hubo una revolución, hubo una elección.

¿Qué diferencias identificás entre la relación que mantiene Macri con los gobernadores y la del gobierno anterior?
– Creo que en la época del ciclo Duhalde – Kirchner hay una enorme concentración en el gobierno nacional en las facultades de asignación de recursos de los fondos públicos. No es que no les dieran plata, pero se administraba desde dos grandes ministerios: el de Infraestructura y el de Economía. En el formato del gobierno de Macri, esos ministerios quedan pulverizados. Se reparten sus competencias entre varios ministerios. También hay una concesión muy importante de facultades de asignación de recursos hacia las provincias y municipios.

Parecería que la Justicia se “despertó” y empezó a avanzar con las denuncias por corrupción. ¿Creés que Cambiemos tuvo injerencia?
– Los jueces con la corrupción están despiertos hace rato, en el gobierno anterior la ministra (Felisa) Miceli fue condenada, (Ricardo) Jaime estaba preso. Es cierto es que hay un hábito en la Justicia de la Argentina, y de otros países, en donde los jueces o el sistema judicial reaccionan sobre la política cuando los políticos han perdido el poder. También es cierto que un gran activo de este Gobierno es el desprestigio del peronismo que se fue, y una de las razones son las denuncias judiciales. No creo que haga nada ni que tenga herramientas fuertes como para incidir sobre la Justicia. Uno mira la actuación de la Justicia durante el año, especialmente la Corte, y si el Gobierno tuviera injerencia hubiera conseguido un fallo por lo de las tarifas un poco más amigable. Más aún, nombró a dos jueces de la Corte que no pertenecían a la política y a quienes Macri no conocía, ni conoce hasta hoy.

Cambiemos, ¿necesita que Cristina desfile por la Justicia y en los medios?
– No sé si esa publicidad que hay sobre Cristina terminó redundando electoralmente a favor del Gobierno. Decir que le conviene Cristina es medio una fantasía. En política no se eligen los adversarios, los adversarios te aparecen. Cristina es el adversario, pero no creo que lo elija. Si es cierto lo que dicen las encuestas, que Cristina tiene el 32% con Scioli en Provincia, más bien le convendría buscar otro adversario, quizás (Florencio) Randazzo o Julián Domínguez… sería mucho más fácil.

¿Cómo ves la relación de Macri con los empresarios?
– En general es difícil, como en el gobierno anterior. Creo que tiene que ver, como ha ocurrido en otras épocas en la Argentina, con la debilidad del sistema político. Porque la experiencia en perspectiva dice que el mundo económico siempre se adapta al mundo político, no al revés. La economía sigue a la política y cuando los gobiernos arrancan, el sistema político arranca muy debilitado. Cuando el Gobierno políticamente empiece a pararse con más fuerza, va a lograr una mayor docilidad en el mundo empresario para lo que él quiere, por ejemplo, inversiones. Pero el mundo económico mira qué es lo que tiene el Gobierno y no tiene mucho. Tiene problemas más que oferta.

¿Y con el Papa?
– La relación no es mala. Convivió los ocho años de su gobierno en la Ciudad y en las listas de Macri siempre hubo gente puesta por el Papa. Y hay funcionarios que tienen la mejor relación con él. El Papa duda sobre el Gobierno, dicen todos los que hablan con él, y no quiere perder influencia sobre el peronismo porque piensa que si hay un conflicto social, puede escapársele de las manos a un gobierno como Cambiemos, y que el peronismo tiene mayores facultades para contenerlo. Además, el peronismo es un movimiento muy clerical y en el macrismo son unos laicos, sacaron todas las leyes que creyeron necesarias. Pero en el momento de las decisiones que le interesan a la Iglesia, cumplió en todas: dinero para Scholas Ocurrentes, participación en los actos del Vaticano, nombrar a Santiago de Estrada secretario de Culto. Macri sabe que su público no es el clerical. No lo va a fastidiar, pero tampoco va a ir a arrodillarse a la Virgen de Luján.

La coalición Cambiemos, ¿seguirá en pie los próximos tres años?
– El principal proyecto de Cambiemos es mantenerse juntos, mantener unido al Partido del Ballotage que le permitió ganar. Si se mantienen juntos, están en las mejores condiciones de asegurarle una reelección a Macri en 2019. Ése es el mandato político principal, y creo que van a hacer los esfuerzos que han hecho antes de convivencia. Muchas veces, los partidos y las formaciones toman decisiones que no están de acuerdo con su interés, pero eso no lo veo hoy, creo que van a tratar de hacerlo.

Por Déborah de Urieta para cronista.com