Si bien por mucho tiempo Sánchez fue reticente a una alianza con Iglesias, tras dos elecciones, finalmente el ala progresista de la política española decidió unirse para destrabar el bloqueo en el parlamento español, que lleva casi un año. Pero aunque el bloque del PSOE y UP ya suma 155 diputados, la investidura de Sánchez todavía depende de las alianzas que pueda tejer con otros partidos más pequeños, fundamentalmente, los regionalistas.
En esta línea, Sánchez también selló un acuerdo con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) que le aportará 6 escaños más. Sin embargo, la clave para que España pueda tener el primer Gobierno de coalición, depende de que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que tiene 13 diputados, se abstenga en la votación en el Congreso.
Las negociaciones coinciden con el pedido de la Abogacía del Estado español para que el líder de ERC, Oriol Junqueras –con una condena firme a 13 años de prisión por delitos de sedición y malversación de fondos, por su rol como líder del proceso independentista de 2017– salga de la cárcel para asumir su cargo como diputado en el Parlamento Europeo.