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Frigerio: “El Central tiene autonomía, pero no implica que esté aislado del Gobierno”

Refuerza el rol y la independencia de la entidad monetaria, pero aclara que los objetivos de inflación los fija el Presidente. Asegura que la reforma laboral sigue en pie

En el despacho que Rogelio Frigerio habita en Casa Rosada, la temperatura contrasta drásticamente con los casi 40º de térmica que al ciudadano de a pie lo derriten a pocos metros, sobre la calle Balcarce. “Está más fresco acá, pero el aire siempre lo tenemos a 24 grados”, aclaran cerca del ministro del Interior y, bromean, lo hacen “para que no se enoje Juanjo Aranguren”. Con agenda intensa en pleno enero, Frigerio se dispuso a hablar mano a mano con El Cronista, en el comienzo de un año clave para el Gobierno.

Se acaba de conocer la inflación de diciembre: 3,1% y 24,8% anual. ¿Qué significa no haber cumplido con la meta inicial?

La lucha contra la inflación es una prioridad. En consecuencia, no haber cumplido con la expectativa no nos puede dejar contentos. No obstante, hemos tenido un nivel de inflación mucho más bajo que en 2016. Esa sí es una buena noticia. Ahora esperamos que la de 2018 sea mucho menor a la de 2017. Claramente hay un sendero declinante que va a terminar con el compromiso de tener una inflación cercana a un dígito al final del mandato.

¿Cuál fue el inconveniente por el que no pudieron cumplir esa meta del 17% anual?

Nosotros estamos trabajando en resolver todas las variables que explican inflación. La más importante es, quizás el mayor problema que tiene la economía argentina: el déficit fiscal. Cada año tenemos que bajar por lo menos un punto en términos del producto, y eso de algún modo también implica que la caída de la inflación es necesariamente gradual.

¿Por eso reformularon las metas de 2018?

La inflación tiene distintos componentes importantes: la núcleo y la de precios regulados. La de precios regulados la maneja el Poder Ejecutivo, no necesariamente la autoridad monetaria. Por eso es lógico que el Ejecutivo sea el que determine los objetivos de las distintas variables macroeconómicas, incluida la inflación. El Banco Central tiene que tener autonomía en los instrumentos que se requieren para alcanzar la meta que fija el Presidente. Así sucedió con la decisión de bajar las tasa. El Central define cual es el timing de la utilización de esos instrumentos.

¿Sorprendió la baja de tasa en 75 puntos básicos?

Me pareció una decisión acertada. Necesariamente hay que acomodar las tasas a la nueva meta inflacionaria. La velocidad de reducción de las tasas de interés la tiene que determinar el Banco Central, pero necesariamente es una decisión condicionada por otras variables, como el déficit fiscal.

Se dudó de la autonomía del Central con esa foto de Sturzenegger, Peña, Dujovne y Caputo. ¿Por qué se dio así?

La foto de fin de año habla a las claras de la necesidad de coordinar políticas. La autonomía del Central, que este Gobierno respaldó desde que inició su gestión, no implica su aislamiento respecto al resto de las decisiones macroeconómicas.

¿Eso hace que se esté en desacuerdo con algunas decisiones?

Probablemente haya decisiones del Banco Central que no sean compartidas por el resto de los que tienen responsabildiades en la política económica del gobierno. Se dan muchas veces estas contradicciones.

¿Preocupa el impacto de la inflación al negociar paritarias?

Nosotros no creemos que la responsabilidad de la inflación esté en los salarios. Por supuesto tiene que haber una lógica salarial vinculada a distintas variables. La más importante es la productividad, así como también la expectativa inflacionaria tiene que estar. En el sector público, y en el privado, no se puede pensar una discusión paritaria sin considerar estos factores.

¿De qué se habló en las reuniones de esta semana entre usted, el Presidente y gobernadores?

En especial, tocamos la necesidad que tienen estas jurisdicciones en transitar un camino gradual hacia el equilibrio de las cuentas públicas. Todos coincidimos en que no se puede vivir siempre de fiado.

¿Qué otras metas tienen en el trabajo con las provincias?

Un objetivo central del Gobierno, también a nivel provincial, es fomentar trabajo de calidad. Creemos, por otra parte, que hemos hecho mucho al firmar el pacto fiscal, un acuerdo histórico para las provincias.

¿Les preocupa particularmente el déficit de alguna provincia?

Nos preocupa cada caso, pero también vemos que se recibieron provincias en estado terminal. Eso ha cambiado y hoy es mucho mejor la situación de las provincias. Y la perspectiva futura es superadora. De acá a pocos años vamos a poder revertir esa situación fiscal y pasar de déficit a superávit.

¿La reforma laboral se cancela para este año?

No. Hemos trabajado muchos meses en la necesidad de coordinar políticas laborales para generar trabajo de calidad. El trabajo de tanto tiempo se tiene que terminar plasmando en la sanción de una ley. Los tiempos los va a terminar definiendo el Congreso.

¿Se hará más difícil negociar con los gremios, frente a tantas detenciones de sindicalistas?

No creo que tenga que ver una cosa con la otra. Hoy la Justicia tiene la libertad de investigar a todos los sectores, sea el Gobierno anterior, el actual, los sindicatos o los empresarios. Tiene las manos desatadas.

¿Se buscó evitar su tratamiento ahora para evitar conflictos como los de diciembre?

Es evidente que el final del año fue bastante convulsionado en el Congreso. Pero la idea es que todas las iniciativas legislativas lleguen con el mejor trabajo y consenso posible. Entendemos que eso lo hemos hecho en el caso de la reforma laboral.

¿Qué opina de las declaraciones de Luis Barrionuevo, que planteó que Macri, si le apunta a los gremios, puede terminar como Alfonsín y De la Rúa?

Fueron declaraciones muy desafortunadas que, si tiene la oportunidad de analizar, no volvería a repetir. Nosotros no le damos ninguna importancia, nos parece irrelevante darle trascendencia a una frase poco feliz de un dirigente.

Hay un proyecto de Cambiemos para limitar los mandatos de los sindicalistas, ¿qué opina?

Creemos en la renovación, en la alternancia en los espacios de poder, que no tiene que ser para siempre, y en la posibilidad de generar nuevos cuadros dirigenciales, que debe redundar en mejores políticas y en cambios positivos. Tiene que haber una renovación.

Para aprobar los proyectos, ¿necesitan que en Diputados se pueda negociar con un sector alineado a los gobernadores como sucedió en el Senado?

No puede depender siempre del vínculo con los gobernadores. Hay un gobierno, como el nuestro, que tiene minorías parlamentarias tan marcadas, que necesita negociar siempre para lograr el quórum y llevar adelante políticas del Poder Ejecutivo. En ese sentido, se está trabajando en el Congreso para lograr acuerdos legislativos con, sobre todo, aquellos que no nos han puesto permanentemente palos en la rueda. Muchos de estos sectores tienen que ver con el justicialismo.

¿Con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ahora como senadora, se podrá dialogar sobre acuerdos?

Nosotros nunca vamos a dejar de convocar a nadie, ojalá se dé la oportunidad y podamos avanzar. Pero en estos dos años de mandato hemos tenido poca suerte con algunos sectores, principalmente con el kirchnerismo.

Por Elizabeth Peger y Bernardo Vazquez – Cronista