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Franco Colagrossi, gamer profesional de River: quién es, cómo llegó al club, qué hace en la actualidad y con qué sueña

Entre la estatua de Labruna, las gigantografías del Monumental repleto y las siluetas de Gallardo y Ponzio rondando la zona, Franco Colagrossi se sienta en el Museo del Estadio Antonio Vespucio Liberti como si fuese el sillón de su casa, el de toda la vida. Hace algunos días que ya no endosa cheques ni realiza trámites para una entidad bancaria.

Los pasillos de su oficina se convirtieron en el gigante Monumental. Ante esa inmensidad, Franco sigue siendo un chico de 26 años al que todavía le brillan los ojos cuando mira el escudo de River y se sonríe cuando recuerda esa primera llamada que la cambió la vida para siempre. Un estudiante, un trabajador, un amante del fútbol y por sobre todas las cosas de los videjuegos. Ese es él. Esas condiciones no lo diferencian del montón de Millennials que a diario caminan las calles de Buenos Aires. Hasta esa llamada. De la noche a la mañana, Franco renuncia su viejo empleo y le comunica a su jefe que se va para jugar en River. Sí, a los 26 años va a ser jugador de River. El jefe se le ríe, los compañeros lo miran extrañados pero ahí va él: a estampar su firma en compañía de Rodolfo D’Onofrio, a tirar paredes con Iván Rossi y Rodrigo Mora, a ser el primer gamer profesional en la historia de un club latinoamericano.

¿Cómo llegaste a ser el primer jugador de River Play?

FC: Llegué gracias a Guillermo Grotz, que me recomendó a la gente de Roma, agencia que estaba llevando a cabo el proyecto junto a la Institución. A él lo conozco de hace casi cinco años, de jugar diferentes torneos de Play Station y él siempre organizando. Recomendó mi perfil y por suerte pude encajar en lo que buscaba el club y eso me pone más que contento.

Desde el momento en el que te contactaron hasta que firmaste, ¿qué procesos e instancias atravesaste?

FC: Guillermo me comunicó que había una reunión en River con representantes de Roma, comentándome acerca del proyecto y obviamente al ser River, vine. Ahí conocí a la gente de Roma, tuvimos una charla en la que me contaron del proyecto y me encantó, porque era una idea súper innovadora y dije que sí, que estaba disponible para dejar mi trabajo y me sumaba. En el paso siguiente, ya vine a la Institución y conocí a Marina Méndez, la CEO de Roma, y ese mismo día tuve una entrevista de una hora con Rodolfo D’Onofrio, de quien destaco la personalidad, y ahí se cerró todo.

En el espacioso Museo de River, que ya no es más que la sala de invitados de su oficina, Franco y Guillermo Grotz, líder y cerebro del plan más grande en la historia de los eSports a nivel clubes en la región, se desenvuelven contando con fascinación las aristas de un proyecto único en Latinoamérica, que tiene detrás un fin social y solidario. En el comienzo, todo parece genial: River y la idea de innovar con un representante en los eSports. Pero, ¿cómo se forma un gamer? ¿Cómo se enseña y se perfecciona, si es que esos procesos ocurren, en la realidad virtual? Franco es el primer jugador representando a un club en Argentina, pero no es el primer profesional. En un viaje al ayer, recuerda las primeras veces que tocó un joystick, como los futbolistas rememoran sus primeros goles en el potrero.

¿Cómo empezaste en el mundo de los videojuegos?

FC: Arranqué a los 8 años jugando al Winning Eleven 3 en la Play Station 1 y de ahí seguí. Al principio jugaba torneos barriales y en clubes de barrio. Después me informé de competencias que se hacían en Palermo en Play Station 2 y después conocí a Guillermo, compitiendo en Play Station 3.

¿Qué consejos le darías a un jugador que recién se inicia en los eSports y quiere poder competir en el alto nivel?

FC: Le diría que disfrute el jugar, sin obsesionarse ni enojarse. Cuando dejas de disfrutarlo se te vuelve una rutina y se transforma en fastidio. Lo más importante es que investigue, cualquier persona que se lo plantee puede llegar a ser un buen jugador pero siempre tiene que averiguar cuáles son las acciones más útiles en el juego. Jugar tranquilo y ser seguro de mente son dos de las claves.

¿Cuántas horas le dedicas a los videojuegos?

FC: La gente piensa que uno está todo el día jugando y no es así. Antes jugaba cuando tenía un ratito, para distenderme y ahora juego un poco más. Unas cuatro horas diarias para disfrutarlo, porque no hay que estar todo el día jugando. Lo que me diferencia de antes es que ahora tengo mucho tiempo más para la investigación: estudiar tácticas, estrategias, ver videos y pensar ideas para los videos que planeo hacer. Esa es la verdadera ventaja que te da por sobre quienes tienen una rutina normal, que solamente les permite sentarse a disfrutar pero no a ser meticulosos como a la mayoría de los gamers nos gustaría.

¿Cuál es la mejor anécdota que tenés jugando videojuegos?

FC: Tengo una que es bisagra, porque fue el día en el que lo conocí a Guillermo. Fue el día en el que salí campeón de la Copa Fravega del 2012. Estaba jugando un torneo de fútbol con mis amigos, yo soy arquero y estábamos por jugar la promoción para ascender. Justo se da este torneo que fue de los más grandes que se hizo en Argentina en fútbol virtual y les dije: ‘Discúlpenme muchachos, tengo que ir’. Me dijeron que no, que era el arquero y es un puesto difícil de cubrir, que era la promoción y no iba a ganar en la Copa. El partido se jugó el sábado, día de la clasificación al torneo: yo me metí a las finales y ellos no ascendieron. Me putearon todo el sábado y el domingo salí campeón y me felicitaron. Todavía hoy me recuerdan esa anécdota y yo siempre les digo que si no hubiera ido a la Copa no lo habría conocido a Guille y no estaría acá. Valió la pena sacrificar el ascenso.

¿Qué consola y videojuego preferís?

FC: Play Station 4 toda la vida, porque siempre banqué esa marca. Es la mejor. Como juego, prefiero el FIFA porque es el número uno del mercado.

Grotz, quien como eSports Manager de River ordena meticulosamente la agenda de su estrella, revela los pasos inmediatos que dará Franco. Sin ser estatua como Labruna y sin firmar autógrafos como Gallardo o Ponzio (por ahora), el gamer tiene un asesoramiento a la altura de lo que representa.

Por ahora solo hay clubes del extranjero compitiendo en los eSports, ¿crees que lo más inmediato sea jugar en un torneo internacional?

GG: Sí, lo primero que va a suceder es un desafío de River contra un equipo internacional, como podría ser el Wolfsburgo, Schalke 04 o el que tenga un jugador.

¿En qué período de tiempo imaginas que se va a dar ese duelo?

GG: Antes de fin de año va a suceder. Desde que lo presentamos a Franco el 7 de octubre no hemos vuelto a publicar absolutamente nada. Tuvimos un enorme impacto en el lanzamiento pero ahora está todo virgen para empezar a explorar qué repercusión podemos generar a nivel competencia. En paralelo a la Copa River Play, que organizaremos, lo más importante es hacer uno o más torneos internacionales.

Con la calma que tiene quien ha concretado sus sueños, Franco detalla entre risas cada uno de sus días en su nueva oficina: sus encuentros con D’Onofrio, sus partidos virtuales contra Mora, Mayada y Andrade, entre otros, y la satisfacción de llevar la número 23 en la espalda, esa que eligió en honor a su ídolo Leonardo Ponzio, ese con el que estará conversando en solo unos minutos. Su vida se ha vuelto una sucesión de sueños cumplidos, desde ese llamado que creyó mentira mientras trabajaba en la entidad bancaria, hasta ese apretón de manos con el capitán de River, que le da la bienvenida.

¿Alguna vez soñaste con que te pase todo lo que te pasó?

Uno puede llegar a soñar que puede ser profesional jugando a la Play Station pero serlo en el club de tus amores y que sea el primer club del continente, con un proyecto social y solidario, me parece algo increíble. Es más que un sueño.

¿Con qué soñás ahora?

Sueño con jugar la final de una Libertadores virtual.

por – Nexogol