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Falleció Emilio Disi

El actor falleció luego de una larga lucha contra un cáncer de pulmón. Tenía 74 años y estaba internado en el Instituto Fleming, en el barrio porteño de Belgrano.

Con gran congoja, la farándula argentina despide a Emilio Disi, uno de las caras más conocidas en la comedia argentina gracias a su varias apariciones en el cine y la TV durante las últimas cuatro décadas, que falleció este miércoles a los 74 años en el Instituto Fleming, a raíz de una descompensación en el marco del cuadro de cáncer de pulmón que padecía.

Disi fue internado el sábado último por la noche en esa clínica del barrio porteño de Belgrano, donde llegó con un cuadro de hipotensión, una presión sanguínea demasiado baja hace que llegue un flujo insuficiente de sangre a los órganos vitales del cuerpo a través de las arterias.

El actor –que era hermano del también fallecido actor y promotor artístico Pepe Parada– nació el 2 de enero de 1943 en el barrio porteño de San Cristóbal y cuenta la historia que para diferenciarse de él adoptó el apellido Disi del nombre la famosa óptica “Di Sí” que encontró en una guía telefónica.

Fanático de Racing, a Emilio se le dio por el fútbol –e incluso llegó a jugar en las inferiores de Racing, Huracán y San Lorenzo- pero el éxito de su hermano en el escenario lo llevó a buscar por ese lado. “En realidad, nací para ser futbolista, pero a los 15 años me picó el bichito del teatro, porque Pepe vivía en el Maipo o en el Nacional y yo iba a visitarlo seguido. Y él, que era de revista, me dijo ‘Si querés ser actor, tenés que estudiar’ y eso que era otro gallego bruto como yo. Le di bola y me metí en el Conservatorio de Arte Dramático. En esa época tenías que tener el secundario hecho y, como eran tantas las ganas de estar ahí, en un mes rendí todas las equivalencias de cuarto y quinto año. Y entré a los 16”, le contó al matutino Clarín.

Su primera película fue Humo de Marihuana (1968), en donde compuso al “loco Melena”. A esa le siguió Somos los Mejores (1968) y Fuiste Mía un Verano (1969). Luego le llegaron participaciones en ciclos de TV como ¡Robot!Alta Comedia y Me Llaman Gorrión, todos ellos entre 1970 y 1972 para el Canal 9 de Alejandro Romay.

Después hubo un parate en su carrera desde la película Los Golpes Bajos (1974) hasta la primera película de Los Superagentes: La Aventura Explosiva (1977) y luego le llegó el salto definitivo a la fama con Los Hijos de López (1980).

Después de ese trabajo, su carrera despegó definitivamente. “Cuando empecé a estudiar en el Conservatorio dijo ´a los 30 voy a ser primera figura´ y eso me llegó a los 36 años. Durante ese tiempo vivía una frustración, hasta que entendí que el sueño se te cumple cuando menos lo esperás”, le contó a DIARIO POPULAR.

Desde ese momento alternó comedias clásicas como Los reyes del sablazo (1983) y El telo y la tele (1985), con dramas policiales como La búsqueda (1985) en la que compuso a un asesino que junto a una banda destruye la vida de la protagonista, Andrea Tenuta.

Una etapa inolvidable

En 1986, la carrera de Disi estaba allí, en lo más alto y por eso, Argentina Sono Film decidió colocarlo al frente de uno de los grupos más disparatados del cine nacional: Brigada Explosiva(1986), una comedia con ribetes policiales en la que lo acompañaban Gino Renni, Berugo Carámbula, Alberto Fernández de Rosa, Mario Castiglione, Paolo el Rockero y Moria Casán.

El éxito fue tan impresionante que junto a (la mayoría de) esos humoristas filmó cuatro secuelas –Brigada explosiva contra los ninjas (1986), Los bañeros más locos del mundo(1987), Los matamonstruos en la mansión del terror (1987) y Los pilotos más locos del mundo (1988)- justo antes de comenzar con una de las duplas más exitosas del cine y la TV junto a Guillermo Francella.

En paralelo, alternó la conducción de un ciclo de entretenimientos como Sume y Lleve (Canal 9, 1987) y la comedia desenfadada como Stress (1988-1991, Canal 13), ambas junto a su esposa de ese entonces, Dorys del Valle.

Con Francella, se reencontraron (ambos habían trabajado juntos en Brigada Explosiva) en Bañeros II La Playa Loca (1989) y repitieron en las dos primeras entregas de Los Extermineitors, antes de trasladarse a la TV con la segunda y tercera temporada de Brigada Cola junto a Fernando Lúpiz, en reemplazo del actor del bigote que había iniciado el ciclo.

Disi guardaba el mejor de los recuerdos de esas películas, aunque considera que nunca se las valoró. “Yo me iría un poquito más atrás, a las películas que hacía yo, que hago de vez en cuando. Como Los bañeros más locos del mundoLos Extermineitors, siempre fueron producciones ninguneadas. Es el cine popular, es el cine donde las críticas están escritas antes de debutar, se lo machacó y bastardeó mucho. Gracias a ese tipo de cine que hacíamos nosotros, entraba plata en el INCAA y se podían hacer unas cuantas películas de la llamada gente joven para experimentar, y sin embargo nunca fue reconocido. Es el cine comercial e industrial que servía para filmar otra película”, contó.

A partir de ahí, el actor comenzó a trabajar junto a Susana Giménez como partenaire de sketches, al tiempo que encabezaba el elenco de ciclos de humor “picaresco” o simplemente “cahabacano” como Rompeportones (1998) o Petardos (1999) para luego dar lugar otra generación de humoristas. “La generación anterior a la mía era muy egoísta. Los cómicos hacían los chistes, los remates, los gags, hacían todo ellos. No dejaban que los cómicos de segunda y tercera línea avanzaran, entonces hay un bache enorme. Una vez muertos los grandes capocómicos del país, no dejaron herencia. Entonces, se produjo un vacío muy grande y muy difícil. Es un oficio totalmente distinto al común denominador del tipo que hace comedia”, relató.

Al cine regresó recién en 2005 con Todas las azafatas van al cielo y luego participó en todos los intentos por revitalizar las franquicias de los Bañeros y Brigada Explosiva, aunque le fue mejor con Querida voy a comprar cigarrillos y vuelvo de Mariano Cohn y Gastón Duprat, la dupla de El Ciudadano Ilustre.

A este film le siguieron El destino del Lukong (2011), La pelea de mi vida (2012), Fermín(2014), Muerte en Buenos Aires (2014) y Locos Sueltos en el Zoo (2015).

A mediados del 2017, Emilio Disi confesó que padecía de cáncer de pulmón, enfermedad que lo tuvo a maltraer durante los siguientes meses y que finalmente le provocó la muerte.

En algunas entrevistas, Disi se confesó un adicto al trabajo, causa por la que se perdió varios eventos en su vida como la crianza de su hijo o la despedida de sus padres pero se justificó con el objetivo que se puso en vida. “Un actor debe luchar contra el olvido a través de sus trabajos. Es un desafío que hay que llevar adelante todo el tiempo. Aquel que tiene una fuerte vocación, debe seguir hasta el final. A mí me gustaría morir arriba de un escenario”.