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El poder se dirime entre Chanchos y Serpientes

Alberto, Axel, Mauricio, Horacio, La Doctora. Pista para el Rata Sergio y la Búfalo Vidal.

El poder se dirime entre Chanchos y SerpientesAntibes, Francia

1.- Años impares

País par de 1816, Rata de Fuego, Argentina debería tener elecciones preferiblemente en los años pares.
Pero desde 1983 -año de la recuperación democrática- se registran en años impares.
Por la Convención Constituyente, desde 1995 transcurren las presidenciales cada cuatro años.
Durante las identidades del Triángulo de la Armonía (mal llamado de la Negatividad).
Triángulo que componen el Chancho, el Gato y la Cabra.
En 2019 -Año del Chancho de Tierra- compitieron dos Chanchos de Tierra (de 1959).
Alberto Fernández, para el portal El Poeta Impopular.
Y Mauricio Macri, el Ángel Exterminador, que intentaba ser reelecto.

2.- Antagónicos naturales

El Chancho sensual es el antagónico natural de la Serpiente enigmática.
En las dos horas del día en que el Chancho reina en el universo, la Serpiente suele estar más vulnerable. Y viceversa.
La Serpiente compone el Triángulo de la Ponderación. Junto al Búfalo y el Gallo.
Alberto (para continuar) y Mauricio (para regresar) dependen, en adelante, de las Serpientes.
En la relación entre Chanchos y Serpientes hoy se dirime el poder.
Estudiar al trío que periódicamente anuncia las extensiones de la cuarentena (“encierro compulsivo” en el portal, o “Estado Protector de Sitio”).
Horacio Rodríguez Larreta, Geniol, Serpiente de Madera, Jefe del Maxi Quiosco del Artificio Autónomo.
Es Rodríguez Larreta el pragmático que contiene la cuadratura más difícil.
La Serpiente misteriosa que acompaña a los dos Chanchos adictos al placer.
El ya citado presidente Alberto, y Axel Kicillof, El Gótico, gobernador de La Provincia Inviable, Chancho de Metal de 1971.
Axel aspira, como Horacio, a despojarle a Alberto la banda presidencial.
Pero la Serpiente (Horacio) aún tiene que imponerse sobre otro Chancho peor (Mauricio).
Estuvo a su servicio ocho años en el Maxi Quiosco. Hasta sucederlo.
Y los dos Chanchos (Alberto y Axel) se encuentran en sus sitios por exclusiva decisión de la Serpiente Mayor.
La expresidenta Cristina Fernández, La Doctora, sigilosa Serpiente de Agua.
La capacidad de programar es un atributo principal de la serpiente. Suele mantener calculadas hasta las improvisaciones.
La Doctora, como típica Serpiente, supo deslizarse hasta dar vuelta la agobiante situación de acoso y adversidad.
Hasta reproducir el regreso al poder a través del antagónico natural. El Chancho. Alberto.
Única Serpiente capacitada para conducir Chanchitos.

Entonces Alberto llega a la cima nominal del poder para cumplir con el encargo de La Doctora.
Alberto tiene tres años por delante para resolver las cuestiones sustanciales.
Como para proyectarse y superar la relación, de lícita competencia y de conveniencia. Con las dos Serpientes.
La ya citada Doctora, en principio, y con Máximo, En El Nombre del Hijo.
También Máximo es Serpiente, pero de Fuego, de 1977.
Y con Axel (legitimado también por La Doctora).
Y hasta con el cuarto personaje. El emancipado que concentra la astucia, la velocidad y la capacidad de multiplicación. La Rata.
Sergio Massa, Rata de Agua, de 1972. Es quien se consolida mientras transcurre 2020 (año de la Rata de Metal).
La Rata anima el Triángulo de la Acción, junto al Mono y el Dragón. Carece en el presente esquema de afinidad genuina.
La Argentina, País Rata, es bastante proclive a atravesar lapsos de declinación como de crecimiento. Altibajos combinados.
Las ratas suben con la misma facilidad con la que caen. O se recuperan.

3.- Horacio entre los Chanchos

Corresponde definir el panorama de Horacio. Serpiente extraña que mantiene el cuadro más complicado.
Debe mostrarse cotidianamente con Chanchos como Axel y Alberto.
Pero debe lidiar también con Mauricio.
Es Mauricio el Chancho que se obstina en volver. Aunque no lo diga. Le fascinó el oficio de presidente. Creía mantenerlo asegurado.
Va a ensayar el regreso a partir de las legislativas de 2021. Año del Búfalo de Metal. Una banca por el Maxi Quiosco.
Desde la monotonía del parlamento, Mauricio va a preparar la postulación presidencial para 2023, Año del Gato de Agua (el Gato mantiene gran afinidad con el Chancho).

Por experiencia propia, el hostigado Horacio sabe que Mauricio es el único Chancho con experiencia en dominar antagónicas Serpientes. Ponerlas a su servicio.
Como a la postergada señora Gabriela Michetti, La Novicia Rebelde, Serpiente de Madera, igual que Horacio (al que combatió en la interna del PRO, «la Mutual»).
O hasta desgastarlos, transformarlos en culpables de la derrota.
Como Marcos Peña, El Pibe de Oro, Serpiente de Fuego, 1977.
Al apartado Peña le facturaron la totalidad de los errores que fueron cometidos, en realidad, por Mauricio.
O como Emilio Monzó, El Diseñador. Otra Serpiente de Madera que le diseñó diversos escenarios teatrales.
Para quedarse, al final, en la platea, fila 14.

4.- Interfiere Vidal. La Búfalo

Los dos Chanchitos, Alberto y Axel, tienen la posibilidad de ser reelectos. Dependen de La Doctora.
Pero Horacio no. Tiene que ir por la presidencia en 2023. El sueño del niño.
O conformarse con los fueros del legislador. Caja de empleados. Nunca arriesgarse al llano.
Pero mantiene el recurso de una socia. Más que aliada es una amiga. Inicialmente fue su secretaria.
La señora María Eugenia Vidal, La Chica de Flores de Girondo, Búfalo de Agua, del Triángulo de la Ponderación (como Horacio).
La exgobernadora va a anotarse, como Mauricio, para las legislativas de 2021. Año, para colmo, del Búfalo.
Significa que los antagónicos Horacio y Mauricio saben que persiste otra competencia para 2023.
No es ninguna Mono de Fuego. Ni la señora Elisa Carrió, La Derrotada Exitosa. Ni la señora Patricia Bullrich, La Rambita.
Interfiere La Chica de Flores de Girondo. Máximo crédito de la Mutual PRO.
Para competir en La Provincia Inviable. Buenos Aires. Y después…
La Búfalo Vidal mantiene las facultades reconocidas del Búfalo para ejercer el poder.
Con la suave tendencia hacia el desliz autoritario.
Como los grandes Búfalos de la historia que aquí es conveniente no evocar.

Por Jorge Asís