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El PJ bonaerense se resiste a pagar el costo de una tregua entre Cristina y Alberto

Resulta curioso que un intendente kirchnerista sea la dificultad más importante que tiene por delante Cristina para la tregua que se propone pactar con Fernández antes de que comience a correr el calendario electoral. La vicepresidenta quiere llegar a esa instancia con Fernández como nuevo titular del PJ, pero rodeado de dirigentes de su confianza y con la designación de Máximo al frente del peronismo bonaerense.

En apariencia, un requisito innegociable para ese acuerdo. Fernando Gray se interpone en esa cláusula. El intendente de Esteban Echeverría se alterna anualmente con el de Merlo, Gustavo Menéndez, en la conducción del peronismo bonaerense. La resistencia de Gray a renunciar por anticipado al mandato que vence en diciembre del año próximo complica los planes de Cristina. Si no tuviese oposición, la lista de unidad que la vicepresidenta impulsa para conducir el PJ nacional quedaría consagrada el 21 de marzo.

El problema es que el 21 de febrero es el último plazo para inscribirla, lo que acota el margen de tiempo y le añade cierto dramatismo al reconocimiento como máxima autoridad del PJ bonaerense que debería tener Máximo antes de esa fecha para hallar una salida al conflicto de intereses suscitado por una misma ambición: ganar las elecciones en octubre. El control del aparato partidario puede jugar un rol central para lograrlo. Es donde se definen la oferta electoral a la ciudadanía y los encargados de representarla: los candidatos. Quién los elige es el centro de una disputa en un momento delicado. No hay síntomas claros de la reactivación que el oficialismo aguarda para marzo. La economía suele tener un papel decisivo en el estado de ánimo con el que se vota. Especialmente en el conurbano, donde conviven dos realidades inquietantes: concentra a los dos tercios del total de electores de la provincia y la tasa de desempleo más alta del país.

Casi el 17% de quienes sufragaron en 2017 por un candidato afín al peronismo carecerán ahora de una alternativa similar. El cálculo surge de la suma de los votos obtenidos por Massa (11,30%) y Randazzo (5,31%) en la provincia de Buenos Aires

También hay otro dato menos visible que es tenido muy en cuenta por las partes en disputa. Casi el 17% de quienes sufragaron en 2017 por un candidato afín al peronismo carecerán ahora de una alternativa similar. El cálculo surge de la suma de los votos obtenidos por Massa (11,30%) y Randazzo (5,31%) en la provincia de Buenos Aires. Una de las razones menos visibles del recambio generacional en el peronismo que agita La Cámpora. Aunque tendría otro motivo. Según Synopsis, en diciembre se confirma que Cristina no supera la constante de 35 puntos de imagen. A Máximo le asignan casi cinco puntos menos (30,3%). Es un misterio saber si el sello del PJ bastaría para compensar ese déficit, pero vuelve lógica la queja de Máximo contra los intendentes el pasado fin de semana en Lomas de Zamora. Los acusó de realizar “operaciones mediáticas” en su contra para evitar que conduzca el peronismo bonaerense. En represalia, amenazó con librar PASO en San Martin, Merlo y Hurlingham, el núcleo de la resistencia en su contra. Katopodis escuchó en silencio. Aunque esté en uso de licencia, el ministro de Obras Públicas es el intendente de San Martín.

A la misma hora, Menéndez y Juan Zabaleta almorzaban en Esteban Echeverría con Gray. Fernández le sugirió a Menéndez renunciar a la presidencia del PJ para facilitar el acuerdo con Cristina. La Cámara en lo Correccional y Criminal de Bahía Blanca aún no resolvió sobre la inhabilitación a ejercer cargos públicos de por vida que pesa sobre el intendente de Merlo. Menéndez pensó en negociar su dimisión a cambio de que se destrabe la reelección de los intendentes por más de un período. Igual que ocurre entre gobernadores y ministros, la confianza de los intendentes del conurbano en que Fernández los defienda del kirchnerismo comienza a decaer. Gray no es partidario de ese tipo de transacciones. Tampoco una que incluya suspender las PASO si Máximo preside el PJ. No solo porque venció a La Cámpora en las de 2011, 2013, 2015 y 2017; también porque cree que se trata de una maniobra distractiva.

Synopsis plantea una hipótesis interesante. Después de examinar el comportamiento electoral entre 2013 y 2017, concluye que el voto peronista alcanza su pico en las PASO y no consigue mejorar su resultado en las elecciones generales. En sentido opuesto, el voto no peronista mejora más de un 20% con relación a las primarias. Algo que incluso ocurrió en 2019. Pese al corte de boleta en su contra, Macri creció ocho puntos en el conurbano. Ese argumento es meditado por el kirchnerismo para resolver su posición en ese tema. Hasta que Máximo propuso en Lomas de Zamora a Espinoza para presidir la Federación Argentina de Municipios (FAM). Zabaleta abrigó alguna expectativa de ocupar ese cargo. El de Hurlingham es el intendente más cercano al Presidente. La iniciativa del hijo de Cristina chocó con el gélido silencio de una mayoría que difícilmente se identifique con la disidencia. El intendente de La Matanza goza de una inusual impopularidad entre sus pares.

Como ya lo hizo con Magario, La Cámpora intenta alejar a Espinoza de La Matanza. Planifica sucederlo con Facundo Tignanelli. Es llamativa la esperanza depositada en Fernández para este tipo de proyectos. De acuerdo con Management & Fit, el 47% de los bonaerenses aprueban la gestión del Presidente. La campaña podría darle continuidad a esta paradoja. Sin candidatos de atractivo electoral, podrían verse obligados a recurrir al funcionario más criticado por Cristina: el Presidente. Ese experimento comenzará hoy con la visita de Fernández a Mariano Cascallares en Almirante Brown y a Ishii en José C. Paz. Máximo confía en que Insaurralde sea la llave de ingreso al PJ bonaerense. O es lo que se insinúa con la resolución del Instituto de Loterías y Casino bonaerense que habilitará en enero siete licencias para explotar juegos de azar online pese a la resistencia de Axel Kicillof.

El titular de Lotería es Omar Galdurralde, vinculado al intendente de Lomas de Zamora. Su vice, María Laura García, lo está con Massa. Lo mismo se especula con Gustavo Ranucci. Asociado a Mony Steffany, dueño del bingo Berazategui, Ranucci es titular de Pasteko SA. La ley sancionada en la gestión de Vidal obliga a contar con un socio internacional que acredite antecedentes para acceder a una licencia. Ligada a ese efecto con Hillside, Pasteko es la segunda preclasificada para hacerlo. La primera es Argenbingo SA con Will Hill Limited. Argenbingo es de Nazareno Lacquanti, titular del Bingo Moreno. Bingo Pilar de Ricardo Glassman y Alejandro Gravier no tendrá un permiso pese a ocupar el tercer lugar. La fusión de Counterparty Service Limited y Stars Interactive los priva de un socio internacional. Los dueños de Poker Star privilegiaron el acuerdo con Atlántica de Juegos SA de Angelici, sexta en la lista.

El cambio favorece al octavo, su viejo amigo y titular del Casino Victoria Daniel Mautone. La de Cristóbal López, Federico Achával y Ricardo Benedicto nunca estuvo en riesgo: Binbaires SA e Intralot International Limited es la séptima preclasificada. Sobre una facturación bruta estimada en 600 millones de dólares anuales, la provincia percibirá 90 millones en concepto de Ingresos Brutos y 60 millones por canon que ingresarán a Lotería. Uno de los costos de la tregua entre Cristina y Fernández que el peronismo se resiste a pagar.

Por Daniel Bilotta – LN