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Droga, gritos y violencia: lo que nadie te contó del ataque de Matías Alé

Mientras se especula con una nueva crisis nerviosa de Matías Alé en la clínica Avril, centro en el que se encuentra hospitalizado desde el miércoles, se conocieron detalles de su último brote psicótico: porro, cuadro de excitación motriz y forcejeo con los policías.

Según relató Augusto Tartúfoli en Intrusos, los efectivos que llegaron al domicilio de Alé en Acasusso lo encontraron en un estado de alteración total. “Cuando lo vieron, uno de ellos le dijo al otro: ‘Este pibe está totalmente pasado de fafafa (nombre vulgar que se le da a la cocaína). ¡Hay que contenerlo ya!’. Entonces, se lo llevaron a un rincón, lo contuvieron físicamente, lo abrazaron entre tres hombres como si fuera un cumpleaños”, contó el periodista, al mismo tiempo que aseguró que “Matías gritaba ‘yo soy Dios y ustedes son mis ángeles’. Después lo cambió por ‘ustedes son mis hijos'”.

“Lo abrazaron tan fuerte, tan fuerte, que finalmente lo cansaron y lo dejaron sentado en el piso casi dos horas. ‘Está re loco, loquísimo’, decían entre ellos. Al final, lo trasladó al Sanatorio Finochietto la misma ambulancia de alta complejidad que cubre las urgencias en la Quinta Presidencial de Olivios. Extraño, ¿no?”, sumó Tartu.

Cuando llegaron los paramédicos, el actor confesó que “había fumado un porro” y que “había dejado de tomar la medicación”, situación que confirmaron más tarde sus íntimos. Desde el último sábado, el mediático no cumplía con el tratamiento de pastillas psiquiátricas que había pautado con su terapeuta, tras recibir el alta médica, allá por diciembre del 2015.

“Su hermano dijo que lo notaba raro. El domingo, por ejemplo, no quiso ver la final de la Copa América y se encerró en su cuarto a escuchar música todo el día”, agregó.

En ese sentido, el psicólogo de los famosos Gervasio Díaz Castelli explicó que ese tipo de conductas son el puntapié inicial para prevenir las recaídas. “Hay que prestarles atención a los cambios de conducta. La mayoría de los pacientes que sufren lo que Matías está sufriendo, es porque de manera autónoma dejan de tomar las pastillas. La persona vuelve a la familia, a su vida normal y luego se pelea con el psicofármaco porque eso representa la enfermedad. Se enoja con la medicación y recae”, explicó.

Por estas horas, el humorista se encuentra internado en Avril, centro por el cual pasaron personalidades como Charly García y Diego Armando Maradona y en el cual él mismo estuvo 42 días a finales del año pasado. Este jueves, recibió la visita de su mamá, Elena, aunque no se pudieron ver por recomendación de los médicos. El día del brote, la mujer se encontraba de vacaciones en España, por lo que se enteró de todo a través de los medios. “Lo vi el domingo antes de viajar y estaba perfecto. Recién voy a poder hablar con él este sábado”, expresó a la salida del lugar.

“Matías no es un nene, tiene 38 años y yo no lo puedo controlar a ver si tomó la pastillita. Si dejó de tomar la mediación y se descompensó, él se tendrá que hacer cargo de su vida”, cerró, con dureza.

En esta historia, todavía falta escuchar la palabra de Elías, el hermano de Alé, quien estuvo en el violento último episodio: intentó contenerlo y recibió a cambio la agresión de una espada samurai.

Fuente: MUY