Chubut Para Todos

Doctrina Cocodrilo Por Raúl Kollmann

En Comodoro Py le dicen, jocosamente, la doctrina Cocodrilo, en referencia al boliche erótico que funciona en la zona de Palermo. Dicen que allí hasta Bill Clinton presenció un baile desnudista.
Hace unos años, un particular denunció a Cocodrilo. Le dijo a la justicia que investigara qué estaba pasando dentro del boliche que había tanta fiesta y tantas chicas. En aquel entonces el juez rechazó la denuncia porque señaló que la justicia no puede ni debe investigar una denuncia general, tienen que ser hechos concretos, precisos, delitos descriptos con minuciosidad.
Con la denuncia de ayer del fiscal Guillermo Marijuán –según dicen jueces de Comodoro Py– pasa lo mismo: “investiguen qué hicieron las 52 universidades estatales con la plata que recibieron”, le dijo el fiscal de la campera y la excavadora a los magistrados. No se trata de ninguna denuncia precisa, descripta con algún rigor, diciendo en tal universidad pasó tal cosa y en tal otra universidad los fondos se usaron de forma irregular. Es como decir, investiguen lo que cobran los abogados o los jueces o los fiscales.
En los últimos tiempos, más de un camarista llama a ese tipo de denuncias “salir de pesca”, es decir tirar una red enorme a ver si queda algo. Y eso está, en teoría, rigurosamente prohibido. Es la doctrina Cocodrilo: usted tiene que denunciar un delito determinado, no una inmensidad imprecisa.
El tema es que hay juzgados de Comodoro Py en los que ya no está vigente el derecho. Y las universidades nacionales, sobre todo las del conurbano, son algo así como un símbolo del “populismo” que despierta un asombroso odio de clase. ¿Qué es eso de llevar universidades a zonas no-tradicionales?
Como hay zonas de los tribunales a los que les dicen “embajadas”, porque no rige la ley argentina, no puede descartarse que algún magistrado se largue a “salir de pesca”, pasando por encima, incluso, de la doctrina Cocodrilo.