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Dietrich impulsa un gremio low cost para pelear la batalla aeronáutica

El Gobierno quiere romper la mesa del sector fogoneando la creación de un sindicato para la empresa Flybondi que podría extenderse a todas las compañías bajo costo.

El Gobierno quiere romper la mesa del sector fogoneando la creación de un sindicato para la empresa Flybondi que podría extenderse a todas las compañías bajo costo.

Con la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo por el conflicto con los pilotos y el personal aeronáutico todavía vigente, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, gesta una nueva herramienta para inclinar la pelea gremial del sector a su favor: la creación de un sindicato que agrupe a los trabajadores de las empresas aéreas de bajo costo.

Letra P accedió al borrador del acta que impulsa la creación del Sindicato de Trabajadores Dependientes de Empresas Aéreas denominadas de Bajo Costo del Interior del país. El documento precisa que, con el aeropuerto de la ciudad de Córdoba como escenario, medio centenar de trabajadores aeronáuticos resolvieron constituir la nueva asociación gremial que contaría con el aval de Dietrich y su par de Trabajo, Jorge Triaca.

Pese a que el acta habla de una organización sectorial, buena parte de los adherentes son empleados de Flybondi, la empresa aérea mimada por el oficialismo que hoy está en el ojo de la tormenta por las permanentes suspensiones e inconvenientes en sus vuelos.

Jefes de cabina, pilotos y supervisores de la empresa amarilla coinciden en la nómina de quienes impulsan el nuevo sindicato, donde también figuran ex pilotos de la Fuerza Aérea. Un dato de color: entre ellos está también Matías Miret, el piloto que estuvo dos años preso por manejar el avión detenido en 2011 en Barcelona con más de 900 kilos de cocaína a bordo.

De hecho, quien figura como vice presidente de la asamblea constitutiva es Patricio Darré, un supervisor de Flybondi que también supo presentarse como un “particular interesado” en la audiencia pública que en marzo de este año realizó la Administración Nacional de Aviación Civil para poder habilitar el aeropuerto de El Palomar, donde opera exclusivamente esa línea aérea.

Desde el Ministerio de Trabajo no confirmaron ni negaron la habilitación del nuevo sindicato, aunque las fichas de afiliación que ya circulan entre los trabajadores de Flybondi llevan el membrete de la cartera a cargo de Triaca y de la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales, a cargo de Karina Palacios.

Los gremios aeronáuticos le adjudican la movida a Dietrich, a quien señalan como el responsable del intento de contrarrestar el poder de la mesa de sindical del sector, que, más allá de las centrales a las que pertenecen sus integrantes, vienen golpeando de manera conjunta para condicionar el funcionamiento de las empresas de bajo costo en pos de garantizar la aplicación de los convenios colectivos de trabajo.

Hacia adentro de la cartera de Transporte debaten si lo más conveniente es crear un sindicato específico para la actividad low cost, esto es, que agrupe a los empleados de todas esas líneas aéreas, o si es mejor impulsar distintos sindicatos de empresa según las necesidades de cada compañía. Una discusión aún abierta.

La disyuntiva surge porque la presión de los gremios aeronáuticos ya tuvo su primera víctima, Avianca. En diciembre pasado, APA, UPSA, APA y APTA consiguieron que esa empresa firmara el primer convenio colectivo para una línea de estas características, que en la práctica igualó sus derechos con los de sus colegas aeronáuticos. Ese acuerdo implicó un golpe para la política aerocomercial del oficialismo, que se sustenta en la desregulación de las condiciones de trabajo.

“La idea del Gobierno es constituir gremios amarillos a la medida de las necesidades empresarias”, señalan desde los gremios y mencionan como caso testigo a la noruega Norwegian. La aerolínea escandinava, una de las principales low cost europeas, había fijado como condición para su desembarco la modificación de las normativas laborales de su personal a bordo y en tierra. Cambios en el otorgamiento de licencias y en los plazos de descanso de los tripulantes, además de modificaciones en las bandas tarifarias, son algunas de las medidas que desde los sindicatos denuncian como violadoras de los derechos.

El enfrentamiento entre Dietrich y los gremios recrudeció en las últimas semanas con el anuncio de medidas de fuerza de los pilotos de Aerolíneas Argentinas. Las acciones fueron suspendidas por la conciliación obligatoria, pero los pilotos continuaron las protestas tomando contacto directo con los pasajeros durante los vuelos, mientras que el Gobierno desplazó al presidente de AA, Mario Dell’Acqua, y colocó en su lugar a Luis Malvido.

“Ante este escenario, seguiremos adelante adoptando todas las medidas necesarias para defender nuestras fuentes y condiciones laborales y luchando para revertir una política aerocomercial que degrada la seguridad operacional y amenaza nuestro futuro”, advirtió la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas a través de un comunicado.

No obstante, la empresa de bandera intimó a medio centenar de pilotos a retractarse de las críticas a la política oficial aerocomercial, algo que augura una nueva escalada del conflicto.

Por Francisco Basualdo – LetraP