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Diego Bossio: “Macri fracasó y hay que buscar otra alternativa”

El diputado cuestiona, en una nota con Mauricio Cantando, el presupuesto y llama a consolidar un frente electoral para 2019 desde el PJ. Y no descarta reencontrase con Cristina Kirchner.

Diego Bossio repite hasta el hartazgo que no está de acuerdo con el “rumbo económico” del Gobierno y que ninguna de las leyes que apoyó en el Congreso lo hacen responsable de la crisis.

Exige más cambios al presupuesto, pero pide no dramatizar porque rara vez se cumple. Y anticipa que buscará limitar los futuros endeudamientos en dólares.

“Macri ya fracasó y hay que buscar otra alternativa”, plantea el diputado de Argentina Federal. Si bien propone “mirar el futuro”, confía en construir un frente electoral amplio y no le cierra la puerta a Cristina. “Si alguna vez tuve diálogo con Macri, puedo hablar con todos”, admite.

-¿Qué postura tendrá con el presupuesto de 2019?

-El presupuesto de 2019 se está discutiendo en la Comisión de Presupuesto. El año pasado duró 24 horas: Ni bien fue sancionado por la Cámara de Senadores, el presidente del Banco Central, el jefe de Gabinete y el ministro de Finanzas cambiaron todos los parámetros macroeconómicos.

Yo creo que eso no se puede repetir. Argentina tiene que tener estabilidad y previsibilidad y un presupuesto no se puede discutir a libro cerrado.

Hubo una discusión previa con los gobernadores, que es genuina, porque cuidan sus propios recursos, pero también requiere una discusión fuerte entre los diputados y senadores. Es lo que estamos haciendo públicamente, planteando sobre la mesa que muchos de los supuestos macroeconómicos del Gobierno no se pueden cumplir el año que viene.

Queremos saber con qué elementos institucionales contamos para que, si no se cumplen esos supuestos, podamos canalizar recursos. El más relevante es el dólar, que está en 40 pesos promedio para el año que viene y parece poco creíble. Hace unas semanas muy poco creíble, hoy hay una pequeña estabilidad cambiaria luego de mucha turbulencia y me parece que es un punto no menor.

Hay un análisis de sustentabilidad, donde preguntamos qué va a pasar con las variantes recaudatorias si se modifican los factores más importantes, como el dólar. No es una instancia finalizada.

“El presupuesto que mandó el Gobierno era invotable. Hay una predisposición a modificarlo pero veremos hasta cuanto están dispuestos”.

– ¿Entonces no piensa votarlo?

El presupuesto tal cual fue enviado por el Poder Ejecutivo es invotable. Hay disposición para modificar muchas cosas como los recortes a la Patagonia, impuesto a las Ganancias, aspectos de la deuda, transporte, cooperativas y mutuales; temas relativos a retenciones y economías regionales. Veremos hasta cuanto está dispuesto el Gobierno a cambiar y hacerlo más viable.

Nosotros no cogobernamos, somos oposición. No estamos de acuerdo con el rumbo económico del Gobierno y tampoco creo que esto sea blanco o negro: si apoyas sos colaboracionista y si votas en contra sos golpista.

El Gobierno sabe bien lo que es votar en contra de un presupuesto, porque ya lo hizo con el de Cristina Kirchner. ¿Qué significa no tener presupuesto? Significa que se reconduce el del año anterior, que tiene partidas muy bajas con respecto al del año que viene, porque se las comió la inflación.

Por eso yo creo que el debate hay que darlo. Soy de la idea de que las instituciones argentinas tienen que dar el debate. Después hay otra discusión de fondo, sobre si los presupuestos se cumplen o no en Argentina.

Quisiera quitarle dramatismo al presupuesto, porque con la herramienta de los decretos de necesidad y urgencia y la facultad de reasignar partidas del jefe de Gabinete nunca se cumplen. Ni ahora ni antes.

pero también hay una discusión de posicionamiento político, de si estás de acuerdo o no con el rumbo económico y nosotros queremos ser claros: No estamos de acuerdo con el rumbo económico del Gobierno.

-El diputado Luciano Laspina ya anunció cambios al presupuesto en función de sus reclamos. Sólo quedó pendiente la negociación por el artículo 53, que permite reasignar partidas. ¿Qué más falta para negociar?

-Quisiera conocer los cambios en profundidad. No se ha presentado un dictamen alternativo con modificaciones concretas para que uno pueda saber qué presupuesto está siendo trabajado en la Comisión.

Hasta ahora hay posiciones por parte de la oposición de los diferentes bloques y reuniones, muchas veces acompañando algunas lógicas de los poderes ejecutivos provinciales. Pero queremos ser prudentes en cuanto al dictamen que se presente y trabajar en el Congreso.

Otro punto es que uno puede estar de acuerdo con la prudencia y el equilibrio fiscal, pero puede no estar de acuerdo con el modelo económico que lleva a ese camino. Este no es un presupuesto de crecimiento, que atienda a las pymes y le de posibilidades de exportar o sustituir importaciones, que atienda de manera particular a la ciencia y a la tecnología.

Es un presupuesto que tiene como objetivo fundamental garantizar el pago de los intereses de la deuda, que es lo único que creció de manera real y significativa.

El presupuesto tiene instancias institucionales complejas. El problema de la Patagonia puede generar una conflictividad muy grande, son cosas que hay que modificar. Independientemente de que el rumbo económico no es el acertado, hay cosas que pueden agravarlo, como el impuesto a las Ganancias en algunos sectores. En ese contexto hemos sugerido modificaciones.

Uno puede estar de acuerdo con la prudencia y el equilibrio fiscal, pero puede no estar de acuerdo con el modelo económico que lleva a ese camino. Este no es un presupuesto de crecimiento, es un presupuesto que tiene como objetivo fundamental garantizar el pago de los intereses de la deuda, que es lo único que creció.

La deuda es un problema de Argentina, que se agravó. En 2001 el Congreso aplaudió el default y nos trajo unos problemas enormes. Empezamos a ordenar el capítulo de deuda, con el canje 1, canje 2, negociación con los holdouts, Club de París y Repsol-YPF.

Un montón de capítulos que terminaron en abril de 2016, cuando ingresamos al mundo ordenados desde el capítulo que habíamos empezado en 2001. Pero se perdió una gran oportunidad y otra vez los niveles de endeudamiento son muy grandes. Y no financió el desarrollo, sino el crecimiento financiero y gasto corriente y la deuda pasó a ser un ítem importante dentro del presupuesto.

Frente a esta situación, nos piden modificar la ley de administración financiera para que parte de la deuda, en vez de pasar por el Congreso, el Gobierno tenga facultades de manejarla. Es lógico que quieran herramientas para resolver temas de reestructuración de deuda, pero que pasen por el Congreso, que no se deleguen temas tan sensibles.

En Argentina hubo un megacanje en 2001 y cuando se leen las crónicas de ese momento el artículo que estaba en discusión era el mismo de ahora.

El secretario de Finanzas dijo que no había urgencia ni ninguna restructuración en camino, con lo cual me imagino que no debe ser una prioridad para el Gobierno. Creemos que hay que hacerlo de manera transparente, en la Cámara de Diputados y en la Comisión de Presupuesto.

-¿Está de acuerdo con crear un fideicomiso para financiar los programas de participación pública privada (PPP)?

-Pasan tres cosas. Primero una gran expectativa del Gobierno de que la obra pública se iban a constituir en un camino alternativo, que eran las PPP, con mucho financiamiento privado. Y la lógica era que como no alcanzan los recursos del erario público para hacer obras tenemos que recurrir a otro tipo de modalidad contractual, donde los privados asumen el riesgo.

El tema es que el riesgo no lo asumen los privados. Argentina ha perdido el crédito internacional voluntario y por eso fracasa y recurre al FMI. Las PPP han sufrido una serie de modificaciones, nosotros creemos en el mecanismo de que un privado pueda poner recursos y cobrarlo de los peajes o de los cánones. Pero que la pongan los privados, no el Estado.

-¿No va a votar el fideicomiso entonces?

-No estamos de acuerdo con que se involucre al Estado nacional en el financiamiento. Estamos de acuerdo que sea riesgo privado, pero no público. Las PPP se crearon para que el riesgo sea privado. Hay una desnaturalización.

El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, decía que las PPP fueron un éxito, pero no arrancó ninguna obra y sólo se firmaron contratos con una cláusula que salvaguarda a los privados y un costo financiero enorme. Ante una pregunta del senador Carlos Caserio, dijo que no sabía cuánto vale un kilómetro de ruta. E hizo una diferencia entre el costo de la ruta y el costo financiero. Yo no vi en ningún lado que los costos financieros no se involucren en el costo total. Porque los intereses se pagan.

Creemos en el mecanismo de PPP y por eso lo votamos. Creemos que hay modificaciones que se pueden entender desde el punto de vista táctico. Pero no estamos de acuerdo en que se involucre a lo público en algo que tiene que ser privado.

Que el Estado se involucre en el control, en que la obra se lleva adelante, pero si vamos a un régimen de PPP y lo financiamos con recursos públicos, no funciona.

-Los intereses de deuda representan el gasto más alto del presupuesto. Usted repite que de 100 pesos que se recaudan, 18 se destinan a la deuda y hace unos años iban sólo 5. ¿Se arrepiente de haber votado el endeudamiento en los anteriores presupuestos?

-Los endeudamientos anteriores eran mucho mayores. El debate es cómo te endeudas. Los endeudamientos nacen sobre la base del déficit fiscal. Si no hay déficit, no hay endeudamiento. Déficit había y se agravó y esa es una responsabilidad del Poder Ejecutivo, no del Legislativo.

Los déficits de antes eran tan grandes como los de ahora, el tema es cómo te financias: con deuda, emisión monetaria o asistencia del Banco Central. Lo que ha hecho el Gobierno es no financiarse con asistencia del Banco Central e ir a un esquema de financiamiento voluntario en el mercado, sobre todo en el mercado externo.

Es entonces cuando planteamos límites a la deuda en dólares. Hay proyectos míos, del senador Adolfo Rodríguez Saá y una bicameral para que se explique lo que estamos diciendo.

El tema de la deuda es un problema, naturalizado en el déficit fiscal y en la forma de financiamiento y por lo cual esta idea de “Vos le votaste el presupuesto” ya no va. Te invito a que mires los presupuestos y las decisiones de los jefes de Gabinete de los últimos años. Se votan presupuestos y el último mes se modifica totalmente. Acá estamos haciendo una discusión política de qué país queremos, no sobre si se cumple o no el presupuesto. El año anterior duró 24 horas y antes, muchos años antes, no duraba nada.

Porque hay una debilidad fuerte del Congreso, porque existe la herramienta que son los decretos de necesidad y urgencia (DNU), porque existen las expansiones de gasto. Esto es un problema institucional que nos antecede a nosotros y tendremos que resolverlo.

“Nunca volví a hablar con Cristina, pero si tuve algún diálogo con Macri podría tenerlo con otros dirigentes. No hay ningún problema personal”.

Tenemos que dar una discusión profunda. Acá no cogobernamos. Quien gobierna es el presidente Macri y yo sí creo que perdió una gran oportunidad, porque en el momento que se resolvió el problema de la deuda, Argentina podía ir a un esquema de crecimiento y financiamiento de la productividad y la baja de las tasas.

¿Qué hicieron? Algo que no estaba en los presupuestos: apreciaron el tipo de cambio, entraron los dólares, altas tasas de interés en pesos, hacían carry trade y endeudaron a Argentina. Pero eso no es política presupuestaria: es política monetaria y del Banco Central.

-¿Coincide con avanzar en proyectos para limitar el endeudamiento en moneda extranjera?

-Sí. Todos los países desarrollados del mundo tienen un marco adecuado de responsabilidad fiscal y de responsabilidad de deuda.

-¿Cuál sería el límite?

-Planteamos un límite que no sólo tenga que ver con los límites fiscales sino la capacidad de generación de dólares de una economía. El problema de Argentina no es de stock, sino de flujo: no generamos lo suficientes dólares para pagar la deuda. Para mí, es más importante mirar las exportaciones y el saldo comercial y la capacidad de dólares genuinos para hacer frente a la deuda pública y privada, que solamente mirar las cuestiones fiscales.

Que el problema sea de raíz fiscal, que es lo que plantea el FMI y el Gobierno, es una diferencia de fondo con el peronismo. Nosotros vemos el problema en la producción, en las exportaciones, en las importaciones y en la sustitución de importaciones y en lo que se llama cuenta corriente: el saldo de dólares.

Macri perdió una gran oportunidad y responsabilizar a la oposición es un error enorme. La oposición hizo lo que tenía que hacer: defender los intereses nacionales, provinciales. El error de Macri es creer que las discusiones puntales, son diálogo. El diálogo es otra cosa. Es lógica y metodología política que todos los gobiernos no la tienen y al no tenerla nos encerramos y cometemos errores.

El problema de la deuda es de flujo no de stock. El peronismo tiene una diferencia de fondo con lo que plantean el gobierno y el FMI. La raíz no está en cuestiones fiscales sino en la capacidad de generación de dólares. Nosotros vemos el problema en la producción, en las exportaciones.

-¿No apoya con la suba de bienes personales pese a que la respaldaron 18 gobernadores en la adenda del pacto fiscal?

-El año pasado votamos una reforma tributaria y dijimos que Argentina tiene una carga tributaria excesiva y debe empezar a bajar los impuestos de manera inteligente, progresiva y pensando en producción.

En el momento que está viviendo Argentina, nuevos impuestos para sectores medios, urbanos trabajadores, profesionales, creemos que es un error. Es una decisión del Gobierno. Los gobernadores no legislan. Hay división de poderes y por eso yo no firmé el pacto fiscal, que es un acuerdo entre los poderes ejecutivos y en donde los gobernadores dicen “Si el Poder Ejecutivo quiere avanzar en algun esquema impositivo, porque tiene responsabilidad, bienvenido sea”.

Pero ningún gobernador peronista legisla acerca de bienes personales. Somos nosotros los que evaluamos las circunstancias y es una responsabilidad institucional del Congreso de la Nación y de la Cámara de Diputados discutir el presupuesto y que sea revisado por el Senado.

Creemos que el momento de discutir bienes personales no es este, porque hoy la familia de clase media está afectada en serio y vamos a afectarla nuevamente. Porque el que tiene una casa y un auto va a pagar.

Lo hablé con Miguel Pichetto, con Sergio Massa y con otros legisladores y me parece que muchas veces, por el ánimo de cerrar la brecha fiscal y quedar bien con el mercado y con el FMI, se crean impuestos que no son buenos.

-¿Respalda la ley para que los jueces paguen Ganancias?

-Estoy convencido de que no hay que sacar ninguna ley. Es una decisión del ente recaudador, porque hay un conflicto de poderes. La ley no excluye a los jueces. Hay una acordada de la Corte en donde dicen “Nosotros no pagamos”. Y mi experiencia es que los conflictos entre poderes se resuelven desde la política. Eso requiere una serie de acuerdos entre los poderes del Estado, porque ante una ley la justicia dijo no pagamos y por eso la AFIP no puede intimar al cobro.

-Argentina Federal, siempre fue el bloque de los gobernadores ¿No es un mal mensaje que voten divididos?

-No es la primera vez que tenemos diferencias, que no son de fondo sino que tiene que ver con al particularidad de cada provincia.

Si se le pregunta a los 33 diputados de Argentina Federal si están de acuerdo con el rumbo económico, todos van a decir que no. Si le preguntas si están contentos con las economías regionales, las pymes, el sector productivo, te dicen que no.

-¿Se va a abstener o va a votar en contra?

-Es una pregunta que no va. Estamos en una discusión en el marco de la comisión de presupuesto y hacienda, no conocemos todavía el dictamen final del presupuesto.

Lo que digo es que no estamos de acuerdo con el rumbo económico del Gobierno y lo vamos a dejar claro en el debate. No estamos de acuerdo con esta lógica de privilegiar la timba financiera, la deuda, las tasas de interés del 73%.

Un exportador me decía con estas tasas no hay dólar competitivo posible porque a él pagan a 90 días y no tiene capital de trabajo, debe buscarlo y pierde toda la competitividad. El Gobierno tiene que cambiar.

Luego, que el Congreso tenga la capacidad de generar acuerdos puntuales para una herramienta concreta que es el presupuesto, es otra cosa.

Lo que discuten otros, de oponerse por oponerse, de no dar la discusión, de no hablar de los temas, de no arrastrar el lápiz, no arremangarse, esa es una posición fácil, sencilla: me opongo, me opongo. Pero así no se construye la democracia.

¿Esto significa que uno es un colaboracionista del Gobierno? Ni soñarlo, las cosas no son ni blanco ni negra. ¿Era golpista Aguad, Triaca, Prat Gay cuando votaron en contra del presupuesto de Cristina? Yo creo que no, ni antes ni ahora.

No sobra nadie 

-Estuvo en Tucumán festejando el 17 de octubre junto a gobernadores y legisladores. El mismo día hubo intendentes celebrando en Merlo. ¿Piensa que pueden coincidir en un espacio político?

-Falta muchísimo para el año que viene y va a correr mucha agua bajo el puente. Nosotros estamos convencidos que Argentina necesita una alternativa distinta al presidente Macri. Estamos convencidos que el peronismo tiene un rol y el acto de (el gobernador Juan) Manzur fue impactante, con no menos de 100 mil militantes de todas las provincias.

Convocaremos a dirigentes de diferentes expresiones que entienden que Argentina tiene que tener una alternativa con una lógica distinta. Y estamos convencidos que tiene que haber generosidad para el año que viene y pensar como un peronismo y sectores más amplios pueden gobernar Argentina. Después entramos en el terreno de la especulación y falta mucho.

-¿Imagina compartiendo un frente con lo que hoy es Unidad Ciudadana?

-Nosotros estamos dentro del peronismo y hemos tomado una decisión de avanzar con el fortalecimiento del Partido Justicialista. Ninguno de nosotros tiene el peronómetro. Tampoco creo que Argentina deba retroceder y la experiencia de Brasil es clara al respecto.

Tenemos que pensar más en el futuro que en el pasado. Me parece que es algo que tenemos que aprender todos los argentinos y creo que el Gobierno de Macri fracasó y frente a eso hay un conjunto de dirigentes del peronismo que creemos que tiene que haber otra alternativa.

Me alegra que haya habido gobernadores convocados por Manzur que esté Massa, Graciela Camaño, el frente sindical y que hay dirigentes como Miguel Pichetto, el senador Carlos Espínola y el diputado Pablo Kosiner, una expresión amplia que tiene que ampliarse, porque no sobra nadie.

-¿Avala una interna opositora amplia, con muchos candidatos?

-No quiero especular sobre eso. El peronismo necesita una discusión interna fuerte y que en el marco de esa reflexión revivamos lo que fue la renovación, donde distintos actores del peronismo empezaron a discutir la sociedad. Hay que discutir más el futuro que el pasado. Nosotros elegimos el camino de Tucumán.

-¿Urtubey? ¿Massa? ¿Cuál es su preferido?

-Hay dirigentes jóvenes que marcaron voluntad que es el principio clave en la política. Urtubey, Massa, Pichetto, Manzur habían mostrado voluntad y Manzur fue explícito en que quiere volver a ser gobernador de Tucumán. Uñac siempre ha mostrado voluntad, es un dirigente que nosotros consideramos, hemos tenido una agenda productiva con él. Hay buenos cuadros en el PJ.

-¿Usted va a ser candidato a algo?

-Hoy estamos trabajando fuerte para tratar de ser una alternativa en 2019 y eso implica reflexionar mucho y entender que hay una deuda: uno de cada 3 argentinos está bajo la línea de pobreza. Eso nos tiene que doler mucho.

-¿Volvió a hablar con Cristina?

-No

-¿No volvería a habar?

-No, no, no volví a hablar. A ver, las cosas no son blanco o negro. No tengo ningún problema personal, de ninguna naturaleza. Todo lo contrario. Si en alguno momento tuve un diálogo con Macri ¿Porqué no tendría un dialogo con otros dirigentes? Con todos creo en en el diálogo. Ahora bien, encaramos una etapa distinta y estamos convencidos. Pero no significa que no dialogue. No se ha dado la oportunidad.