Un secreto nazi salió a la luz. Fue luego de que investigadores rusos desenterraran las reliquias que allí permanecieron durante más de 70 años. Está en el Ártico y era una base meteorológica considerada clave para el régimen de Adolf Hitler.

Llamada “Schatzgraber” o “Tesoro del Cazador” por los nazis, fue construida en 1942, luego de la invasión alemana a Rusia. Los militares que allí habían sido asignados fueron evacuados luego de que varios cayeran envenenados tras comer carne contaminada de oso polar.

La base secreta era fundamental para los nazis en su incursión rusa. Desde allí podían anticipar el estado meteorológico que sería de muchísima ayuda para coordinar los ataques, las batallas y el transporte de equipamiento durante el crudo invierno de sus enemigos soviéticos.

En 1944 -la fecha no fue especificada- y luego de comer la carne cruda de estos animales, toda la guarnición sufrió un envenenamiento masivo. De inmediato un sumergible U-Boat se dirigió para rescatarlos, dejando abandonado el puesto. Allí, los investigadores rusos hallaron 500 objetos, entre los que pueden verse bombas, municiones, papeles y hasta uniformes. El crudo frío polar los preservó casi intactos.

El puesto se encuentra en Alexandra Land, un islote ubicado a mil kilómetros del Polo Norte. Durante años, esa zona fue de vital importancia no sólo durante la Segunda Guerra Mundial, sino también durante los años que siguieron con la Guerra Fría entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.

Ahora los rusos, bajo el comando de Vladimir Putin, están construyendo su propia base militar en esa isla. Son los nuevos vientos que soplan con el anhelo de expansión que vive el gigante ruso.