Chubut Para Todos

Cacho Castaña: “Mis problemas de salud fueron por la cocaína”

En su nuevo libro, el cantante expone su lucha contra las adicciones y cómo eso le impactó en su salud.

Mis problemas graves de salud fueron por la droga. Primero empezó a joderse el bobo, después se complicaron los fuelles por el faso, se hace una rueda. La droga, el cigarrillo, el alcohol. Yo no era de tomar tanto pero la droga te hace tomar alcohol, necesitás alcohol y el alcohol te hace fumar más. Empecé a sentirme mal, los electrocardiogramas no salían bien. Los pulmones, los riñones. Un combo jodido. Y sabiendo que me estaba matando yo no podía dejar la merca. Igual que el cigarrillo.

Venía con problemas de presión alta ya en la época que volví de Estados Unidos pero los problemas de presión los pude controlar. Hasta que empezaron los problemas con el bobo. Me faltaba el aire, cantar me empezó a costar cada vez más, me fatigaba mucho. Tenía muchas pulsaciones. Se me disparó el colesterol.

Las primeras dos internaciones ya me advirtieron que el corazón estaba medio dormido, que estaba laburando al 60% y el otro 40% estaba boleta. Y no les daba bola. En el momento sentía miedo pero cuando me acomodaban arrancaba de vuelta con la falopa.

Sí, tuve mucho miedo la última vez.

Primero porque ni me acuerdo como me llevaron de acá. Creo que me desmayé. Marina me llevó en la ambulancia y ahí fue que estuve dos meses en Los Arcos que decían que no me iba a despertar más. No recuerdo absolutamente nada. Me contaron que venía Palito y que me hablaba al oído, que vino casi todos los días. Ni siquiera éramos grandes amigos. Los médicos decían que no me iba a despertar pero Marina estaba segura de que iba a despertar. Ella también me agarraba de las manos y me hablaba. Y así pasaron los días.

Hasta que me desperté.

Estaba relativamente bien, me faltaba mucho el aire y me hicieron una traqueotomía. Y ahí me llevaron a Remeo, el instituto de rehabilitación de Pilar donde estuve en cama nueve meses. Sin tomar agua, sin comer, por la traqueotomía. Y la cabeza mal: tenía un cagazo padre. Ahí te arrepentís de todo lo que hiciste, de tantas pelotudeces. En el medio me operaron tres veces de la cadera. Iba de Los Arcos a Remeo. No me recuperaba nunca. Fue una locura. No sé cómo vivo. Marina se pasó los nueve meses al lado mío durmiendo en una silla.

Yo la había conocido antes de separarme de Andrea. Ella me levantó a mí. Lo primero fue cuando me mandó café. Una bolsa de café Cabrales, que son de la familia de ella. Llego a mi casa de Belgrano cuando todavía estaba con Andrea. Agarro la tarjeta que decía «Para que los disfrutes con tu familia» y esto que el otro y a los dos o tres días digo: «La voy a llamar a esta mina». En la tarjeta decía Marina Rosenthal, ejecutiva de Café Cabrales. Pensé que era una mina grande. La llamé y chamuyamos un rato largo. Yo le agradecí por el café y ella me contó que me había visto varias veces en el teatro y así estuvimos como una hora. Y a mí me pareció que era una mina joven.

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