Son seis de los ocho cuadernos del arrepentido Oscar Centeno. El periodista de La Nación, Diego Cabot, dice que se los entregó un desconocido que lo contactó por teléfono. Una historia insólita con aroma a operación de inteligencia.
Cabot cuenta que entonces se encontró con la sorpresa de que la bolsa contenía seis de los ocho cuadernos con los que se inició la causa. No está claro por qué faltan los cuadernos números tres y cinco ni tampoco dónde estuvieron los cuadernos todo este tiempo. Queda en el ambiente un indisimulable aroma a operación de los servicios de inteligencia, un estilo a lo Marcelo D’Alessio de poca calidad.
Por Raúl Kollmann – Página/12