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El macrismo y su obsesión por espiar a Emilio Monzó y Nicolás Massot

La interventora entregó un archivo con una lista de políticos espiados durante el gobierno anterior, entre ellos varios ex funcionarios. Pero en una causa judicial se detalla la persecución al ex presidente de la Cámara y al ex jefe de bloque.

Este miércoles se constituirá la bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia del Congreso pero la reunión, que no será en la sala reservada del edificio anexo sino en el Palacio, no será una mera formalidad: su presiente, el diputado kirchnerista Leopoldo Moreau, iniciará una investigación sobre supuesto espionaje ilegal durante el gobierno de Mauricio Macri.

Se basará en una carpeta guardada en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que dice haber hallado su interventora Cristina Caamaño y cuenta con casi 90 correos electrónicos de dirigentes, algunos de ellos parte del Gobierno de Cambiemos como el ex jefe del bloque de Diputados Nicolás Massot (PRO) y el aún líder de la bancada de esa fuerza, el radical Mario Negri. También hay intelectuales y periodistas.

Este martes el material llegaría a la Cámara Federal para que inicie una investigación judicial y mañana será el turno del Congreso, donde la completarán con más información. Según supo LPO, en el oficialismo tendrían identificados a pequeños grupos de tareas de la AFI que durante la gestión de Macri se habrían dedicado a perseguir figuras que le eran incómodas, como el ex presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó y su discípulo Massot, con quienes tuvo diferencias a poco de asumir; y Graciela Camaño, por entonces referente del Frente Renovador de Sergio Massa.

La información la acercaron a la bicameral fuentes de la justicia federal que habrían investigado a agentes orgánicos e inorgánicos involucrados en otras causas judiciales vinculadas a narcotráfico. Algunos habrían participado en un operativo contra José Luis Vila, un histórico agente vinculado a Enrique “Coti” Nosiglia que hasta sonó como directivo de la AFI para esta gestión. Será tema de la reunión inaugural de la bicameral, que el oficialismo domina por su supremacía de senadores propios como Oscar Parrilli, ex jefe de la AFI.

Otros agentes, como tareas extras, contrataban motoqueros para perseguir a los legisladores. Esperaban que salieran del Congreso y seguían sus pasos el resto de la jornada con la tarea de informar cada movimiento, con especial interés en encuentros políticos.

Monzó y Camaño no aparecen en la lista filtrada por el intervenido organismo, que según fuentes de la conducción no es más que un archivo que olvidaron de borrar los empleados de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, la dupla que conducía la AFI durante la presidencia de Macri. En la oposición, sospechan que los nombres fueron elegidos.

El primero de la nómina es Rodolfo Tailhade, diputado kirchnerista, autor de decenas de denuncias contra el gobierno de Macri y miembro de la bicameral de inteligencia durante su gestión. Fue uno de los impulsores de la investigación por espionaje ilegal contra el falso abogado Marcelo D’Alessio, junto al ahora diputado Eduardo Valdés, también miembro de la comisión.

Otros espiados habrían sido los diputados oficialistas Gabriela Cerrutti, Marcos Cleri y (el ahora directivo de la AFIP) Carlos Castagnetto, el embajador en México Carlos Tomada (por entonces legislador porteño), y hasta intelectuales kirchneristas como Araceli Bellota y Ricardo Foster.

Figuran senadores peronistas como Omar Perotti, actual gobernador de Santa Fe y que tenía buena relación con Monzó, tanto que se llegó a especular con su migración al PRO. También Alberto Weretilneck, ahora miembro de la Cámara alta y en esos años gobernador de Río Negro. Indignado, esta tarde preparaba un descargo contra Macri.

Entre los entonces oficialistas se encuentran Laura Alonso, ex titular de la Oficina Anticorrupción; y Ernesto Sanz, el radical que gestó Cambiemos. En sus primeros meses de presidente Macri le encomendaba gestiones políticas y judiciales pero rompió el vínculo cuando descubrió que usaba sus influencias políticas para sumar clientes al estudio jurídico que compartía con Ricardo Gil Lavedra.

El mendocino le cuenta otra historia a los suyos: dice que en las tareas que le encargaban en Comodoro Py se pisaba con otros operadores del Gobierno como el ex presidente de Boca Daniel Angelici, apuntado por Cristina Kirchner como el único no funcionario que participaba de la mesa judicial armada por Macri para fabricarle causas penales.

Moreau expondrá los detalles de la denuncias y, según informaron a LPO desde la Comisión, iniciará una larga ronda de declaraciones que hasta podría incluir a los ex agentes motoqueros que habrían perseguido a legisladores por encargo de Arribas y Majdalani.

Además, el Gobierno le solicitó al Congreso derogar los decretos que transfirieron la Dirección de Escuchas Judiciales de la procuración a la Corte Suprema, donde no pudieron evitar que se filtraran conversaciones de Cristina Kirchner y Parrilli.

Entre los diputados de Cambiemos que integran la bicameral de inteligencia está el jefe del PRO Cristian Ritondo, quien podría pedir que se inicie una investigación. También es miembro el ex secretario de Interior Sebastián García de Luca, un incondicional de Monzó y amigo de Massot, líder de los 15 del PRO que amenazaron con armar su propia bancada hasta febrero, pero nunca se fueron.

El espionaje interno de Macri no es una novedad. La red de D’Alessio, detenido en Dolores, contaba con ex policías que tenían la misión de perseguir a María Eugenia Vidal que, enterada, hace un año llamó a los legisladores del PRO que integraban la comisión para recabar detalles. Pronto podría saber mucho más.