Chubut Para Todos

Debate en el mercado: ¿el dólar oficial debe subir o el dólar libre debe bajar?

No hay alternativas atractivas para colocar el excedente de pesos, y ante el inminente vencimiento de impuestos, financiarse al 24% anual, hace pensar que seguirá en alza. El Gobierno quiere prohibir operaciones.

El gobierno desea controlar al dólar prohibiendo operaciones o ejerciendo un control y revisión de todos lo que realizan los inversores. Esto nunca funcionó, el mercado dejaría de comprar si visualiza un plan económico que aliente la inversión y exportación. El Gobierno nos sube al DeLorean y nos lleva al pasado.

Tenemos tres escenarios muy claros por delante, que impactan de lleno en la economía argentina, ellos son la reestructuración de la deuda pública, el dólar libre (bolsa, blue o contado con liqui) y las perspectivas de actividad económica.

1. Reestructuración de la deuda pública

El bono par bajo legislación extranjera llego a valer u$s28 en la última semana de marzo, hoy vale u$s36. El Bonar 2022 llego a valer u$s27 y hoy vale u$s36. Claramente los bonos bajo ley extranjera, ya sea los del canje 2005 como los emitidos por Mauricio Macri muestran una mejora en precios, lo que alienta a pensar que las conversaciones entre los bonistas y el Gobierno avanzan a paso firme para que Argentina logre un entendimiento y no lleguemos a la cesación de pagos.

Tras la evidencia empírica de los datos, los rumores indican que estamos muy cerca de un entendimiento con mejoras en la estructura de bonos que llegarían de la mano de una menor quita de capital, suba del cupón de renta y una reducción en el tiempo de gracia para el pago de intereses.

La Argentina necesita no caer en cesación de pagos. Si lo hiciera estaría poniendo en riesgo todo el financiamiento del presupuesto nacional y se complicaría la llegada de dinero fresco del BID, Banco Mundial y otros organismos.

Todo hace pensar que el 22 de mayo habría acuerdo, esto debería impulsar a los bonos a la suba, y ubicarlos algo por encima del nivel de 40% de paridad. Esto implica que aquellos que compren bonos a estos precios, si hay acuerdo, tienen un horizonte de ganancias cercano al 15% en dólares.

2. Dólar libre (bolsa, blue o contado con liqui)

El dólar esta descontrolado. Su cotización llegó a $120 y cualquier encuesta que se realice en el mercado encontrará que para los inversores es atractivo comprarlo. Presagian que su valor estará mucho más elevado en los meses que siguen.

Las estadísticas indican que las reservas argentinas se ubican en u$s43.415 millones, y que netas de los créditos con China, encajes del sistema financiero y el dinero en caja para pagos futuros, las reservas reales se ubican en u$s9.750 millones, de las cuales u$s3.400 millones están invertidos en oro. Hay escases de reservas en el Banco Central.

La base monetaria se incrementó el 68,5% en el último año, los pasivos monetarios del Banco central suman $3.942.548 millones, este número versus las reservas nos da un dólar referencial de $90,81 muy lejos del dólar oficial de $67,46 y también del dólar bolsa de $120.

El mercado debate si el dólar oficial debe subir o si el dólar libre debería bajar. Desde lo psicológico cada vez que el dólar libre subió le costó bajar. Los argentinos que han mantenido ingresos durante la pandemia están en modo ahorro, y sus excedentes lo canalizan a través de las compras de dólares. No les satisface una tasa de plazo fijo del 26,66% anual y no son populares los bonos en pesos a una tasa del 30% anual. No hay instrumentos como letras o bonos en dólares que estén pagando renta en forma normal, todos están bajo proceso de reestructuración de deuda. En este escenario todos los caminos conducen al dólar.

Por este motivo, el Gobierno trabaja en prohibir la compra de dólares sin entender que en el mercado lo prohibido se hace cada vez más atractivo. Está prohibido prohibir. Bajo estos supuestos, el dólar debería seguir a la suba.

Sin embargo, en los meses que vienen tendremos el vencimiento del Impuesto a las Ganancias en empresas e individuos, Bienes Personales, anticipo de Impuesto a las Ganancias y aguinaldo en julio. Un raid de desembolsos que dejarían sin liquidez al más pintado. Si dichos fondos se consiguen en el mercado a tasas del 24% anual, nadie cambiara los dólares para pagar impuestos, y esto retroalimentara la suba del dólar ampliando más la brecha. Lo mismo sucederá con los exportadores que pueden demorar la liquidación de su mercadería financiándose a tasas del 24% anual, cuando la devaluación del peso se realiza a una tasa proyectada del 42% anual.

En conclusión, parecería que la gran brecha entre el dólar bolsa o libre y el dólar oficial llegó para quedarse, es la brecha del miedo. Solo podría disminuir si el Banco Central cambia su política monetaria y eleva los tipos de interés, algo que le generaría muchos perjuicios por los pasivos monetarios que tiene la propia entidad. Solo un shock de confianza cambiaría este escenario, algo muy lejano por ahora.

3. Perspectivas de la actividad económica

Nada hace pensar que la economía muestre una leve caída: la mayoría de los pronósticos auguran para el 2020 una caída de 9% del PBI y una recuperación del 3% para el 2021. No tenemos una salida al estilo de una V, es muy probable que tengamos una salida del estilo L. Esperamos que a fines del 2021 la caída del PBI respecto al 2019 sea del 7%, con una población que crecería en 800.000 habitantes. Nos quedaríamos así con un PBI similar al del 2008. Por eso cada Gobierno nos ofrece un viaje al pasado, nos subimos al DeLorean de “Volver al Futuro”, pero para ir al pasado. Sin un plan que incentive las inversiones y exportaciones, será difícil viajar al futuro.

  Por Salvador Di Stéfano – Analista de Economía y Negocios – Ámbito